Ant-Man y la Avispa: Quantumanía, una mezcla entre Star Wars y Avartar de bajo presupuesto

La fase 5 del MCU se ha inaugurado con la tercera entrega Ant-Man, titulada Ant-Man y la Avispa: Quantumanía. La cuarta fase fue más que decepcionante, con algunas propuestas interesantes como Loki (2021) o Doctor Strange en el multiverso de la locura (2022), y una auténtica joya como Wandavision (2021); pero también con verdaderos fiascos como Viuda Negra (2021), Falcon y el Soldado de Invierno (2021) o Eternals (2021) -por nombrar solo algunas-.

Ahora Marvel nos promete que lo bueno de verdad empieza ahora. Yo, sinceramente, cada vez soy más escéptico con que el MCU vuelva tan siquiera a acercarse a los niveles alcanzados con Vengadores: Infinity War (2018) y Vengadores: Endgame (2019).

En Ant-Man y la Avispa: Quantumanía se nos promete que es donde se nos va a presentar al nuevo villano a la altura de Tanos al que se van a enfrentar los héroes en esta nueva fase. Y, efectivamente, así. Prácticamente la única función de Quantumanía es la de presentarnos a Kang el Conquistador (Jonathan Majors). Y aunque ya lo vimos brevemente en Loki, es aquí donde hace por primera vez su aparición estelar.

Por alguna razón, un héroe de segunda como es Ant-Man ha sido el encargado de hacer de hilo conductor para el avance del MCU -siendo clave en la fase 3-. Y aquí vuelve a ocurrir lo mismo. Usan la película para presentar al villano pero, al igual que en las anteriores, la trama en sí de Ant-Man es simplona, no aporta nada y es perfectamente olvidable.

A Ant-Man ha ocurrido algo similar que a Iron-Man, y es que su inesperado éxito tiene mucho que ver con el carisma y la simpatía del actor que lo interpreta, en este caso el eternamente joven Paul Rudd. Pero lo cierto es que los chistes y las poses de carita tontorrona ya van denotando decadencia y, por lo menos en la cinta que nos ocupa, no resultan especialmente graciosas.

Por fortuna, Ant-Man y la Avispa: Quantumanía resulta ser una película coral. A pesar de que en el título solo aparecen dos de sus protagonistas, lo cierto es que la presencia en pantalla se reparte casi a partes iguales entre todos los miembros de la familia Pym. De hecho, el protagonismo cae más en Janet (Michelle Pfeiffer) y en Cassie (Kathryn Newton) que en el propio Ant-Man. Y en cualquier caso más que en la Avispa (Evangeline Lilly), que su presencia en el título es puramente testimonial.

A Michael Douglas se le nota mayor para el papel, más como un convidado de piedra que otra cosa. Mientras que al contrario, Michelle Pfeiffer resulta ser de lo mejor de la película. Una actuación muy solvente para un film de este tipo que sin duda ha sido todo un redescubrimiento de esta actriz para las nuevas generaciones.

Pero sin duda, lo mejor de la película es Jonathan Majors en el papel de Kang el Conquistador. El nuevo villano de MCU con el que tendrán que enfrentarse los Vengadores. La sola presencia de Majors en pantalla eleva muchos puntos la mediocre calidad de esta película. Es una pena que, más allá de presentar al personaje, esta película acabe desperdiciando todo su potencial. No tiene mucho sentido que ocurran algunas cosas que suceden con Kang si finalmente es tan temible y poderoso como se le presupone. Pero qué sabré yo.

En el apartado técnico Ant-Man y la Avispa: Quantumanía es una mezcla entre Star Wars -en un homenaje intencionado a esta saga que se pasa de rosca-; y un Avatar de bajo presupuesto, que en vez de transcurrir en Pandora lo hace en el Mundo Quántico. Pero por muy bien realizado que estuviera -que no lo está-, el hecho de que prácticamente todas las escenas de la película hayan sido rodadas sobre pantalla verde hace que todo resulte muy poco verosímil e infantil.

Ant-Man y la Avispa: Quantumanía pone varias cosas en evidencia. Por un lado que este superhéroe y sus amigos ya cumplieron su papel en las fases anteriores del MCU, ya no son necesarios y deberían haberles dado una salida digna como hicieron con otros.

Por otra parte, es evidente que la calidad de las películas del MCU, por mucho que prometan, siguen en caída libre y no tiene visos de remontar.

A pesar de todo lo dicho, la cinta de Ant-Man y la Avispa: Quantumanía resulta tan entretenida -gracias a su ajustada duración- como olvidable. Solo para fans del MCU que no quieran perder el hilo y deseen conocer a Kang.