Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos entretiene, que no es poco
Marvel Studios continúa con el desarrollo de su Fase VI del MCU con Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos, tras la decepcionante Viuda Negra estrenada este verano simultáneamente en cines y en la plataforma Disney+.
En esta ocasión asistimos, esta vez sí, a una película sobre los orígenes de un superhéroe: Shang-Chi. Se trata de un personaje casi desconocido para el público general, no como otros famosos súpers como Thor, Iron Man, Hulk o Capitán América.
Su aparición en los cómics de Marvel data de los años 70, cuando La Casa de las Ideas trataba de diversificar sus personajes haciéndolos más inclusivos -algo que empezaron a hacer una década antes con los X-Men-. En esta ocasión incluyendo un personaje asiático experto en artes marciales, cuando las películas de ese género -encabezadas por Bruce Lee- estaban más de moda.
En Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos nos presentan al personaje desde cero, relatándonos su origen desde niño y las circunstancias que lo hacen ser quien es. En especial la relación con su familia, donde el conflicto padre-hijo es el eje desde el cual parte todo y alrededor del cual todo gira en esta película. No es algo muy original, pero funciona lo suficientemente bien como para sostener la película.
Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos está claramente dividida en dos partes desiguales. La primera, con el planteamiento y el desarrollo, y con espectaculares escenas de acción; es interesante y resulta muy entretenida. La segunda, cuando se produce el desenlace, es mucho más convencional, anodina y rutinaria. Situaciones que podrían ser asombrosas no acaban de estar del todo bien resueltas, con demasiada animación por ordenador, resultan mucho menos impactantes y emocionantes de lo que sin duda el director Destin Cretton pretendía. Por no hablar de algún deus ex machina muy oportuno para que la trama avance, pero sin mucho sentido.
Lo mejor de la película son, efectivamente, algunas de las escenas de acción, como la pelea en el autobús por las calles de Los Angeles o en la que se produce en los andamios de un edificio. También es muy destacable el homenaje que hacen a las películas chinas de artes marciales. Las referencias al cine de Ang Lee o Zhang Yimou son obvias, con escenas que recuerdan muy directamente a filmes como Tigre y Dragón (2000) o La Casa de las Dagas Voladoras (2004).
Sin embargo, uno de los aspectos más flojos de la producción es la elección de Simu Liu para el papel de Shang-Chi. Mientras que para otros papeles del MCU se optó por actores y actrices con mucho carisma -recordemos a Scarlett Johansson, Chris Hemsworth, Mark Ruffalo, Brie Larson, Benedict Cumberbatch y, por supuesto, Robert Downey Jr.-; en esta ocasión el protagonista resulta de lo más soso y carente de interés en sí mismo. Lo cual, sin duda, resta bastante al conjunto.
Por otro lado, tenemos el incuestionable acierto de casting que es tener a la actriz y cantante Awkwafina en el papel de Katy. No solo lo hace estupendamente y resulta muy divertida, sino que es lo mejor de la película con diferencia. A Awkwafina también la vimos realizar una excelente interpretación en el papel protagonista de The Farewell (2019), y es una actriz con muchos registros que van de lo cómico a lo dramático y con mucho futuro.
Pero aunque Awkwafina resulta bastante divertida, Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos es mucho menos graciosa de lo que pretende ser. Se nota que se esfuerzan por introducir el sentido del humor en la película, pero el resultado es como mínimo irregular. Los chites no tienen tanta gracia y quedan en la mayoría de ocasiones forzados. Algo así como lo que ocurría en Thor: Ragnarok (2017). Eso sí, me resultó muy simpática la recuperación de un personaje antiguo de las películas de Iron Man.
En cuanto al reparto, cabe destacar la presencia de la estrella del cine chino Tony Chiu-Wai Leung, como el padre de Shang-Chi, quien ha participado en películas míticas como Deseando Amar (Wong Kar-Wai, 2000) o Hero (Zhang Yimou, 2002).
En definitiva, esta versión juvenil y americanizada de La Casa de las Dagas Voladoras que es Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos resulta ser una película de acción, fantasía y artes marciales bastante entretenida, aunque no exenta de problemas. En sí misma no es muy memorable, pero parece que será una pieza clave en el futuro desarrollo de la Fase VI del universo cinematográfico de Marvel.
- Awkwafina
- Menos graciosa de lo que pretende ser
- Simu Liu