Black Panther, una película más de Marvel para olvidar

Esta semana se ha estrenado en los cines la última entrega de un superhéroe de Marvel. En este caso le toca el turno a Black Panther, como aperitivo del plato fuerte de Los Vengadores: Infinity War que llegará en abril.

Black Panther es T’Challa, rey de Wakanda, un pueblo del centro de África que permanece escondido de la vista del mundo gracias a la posesión de un mineral llamado vibranium que es la pera limonera. Este mineral les permite tener una tecnología avanzadísima, que es la misma que le da sus poderes a nuestro superhéroe.

Black Panther, como su propio nombre indica, es negro. Resaltar esto podría parecer una tontería, pero no lo es tanto cuando te das cuenta de que es de los pocos superhéroes de Marvel de esta raza, y el único protagonista de su propia película. El tema racial está presente con una denuncia del trato como esclavos que recibieron en el pasado y el lugar que han ocupado en la sociedad estadounidense desde entonces. Y poco más. Esto es lo mejor que se puede decir de Black Panther. Osea, no mucho.

Porque el resto de la película es más de lo mismo, pero peor. Reconozcámoslo, el Marvel Cinematic Universe está muy bien. Nos gustan los superhéroes y que se hayan trabajado un universo tan amplio interrelacionando a tantos personajes es una idea muy interesante. Pero lo cierto es que la mayoría de las películas no funcionan -en especial las últimas- y son completamente prescindibles.

Hay dos tipos de películas de Marvel. Las que no se toman muy en serio a sí mismas y son divertidas en una equilibrada mezcla de acción y humor. Y las que se creen que son una película seria y son insoportables. Entre las primeras encontramos las de Iron Man, las de Guardianes de la Galaxia, Ant Man y las de Los Vengadores. Entre las segundas Capitán América, Dr. Strange y en especial las de la saga de Thor.

Hay un tercer tipo, las del quiero y no puedo. Las que pretenden hacer una comedia y les sale una parodia tirando al ridículo. Ejemplos son la de Spider-man: Homecoming y Thor: Ragnarok.

Black Panther es del tipo «me tomo muy en serio a mí misma». Y eso tiene resultados devastadores. Sobre todo si el esquema es el mismo que el de muchas de sus predecesoras. Por un lado recuerda mucho a estilo de las de Thor -lo que no es nada bueno-. Por otro el villano y la resolución bueno contra malo es la copia de la copia de lo que ya hicieron en Iron Man y desde entonces en casi todas las demás.

La dirección de Ryan Coogler y el guión coescrito por él mismo junto a Joe Robert Cole son penosos. De lo peor que he visto de Marvel, rivalizando de cerca quizá con alguna de la saga Thor. Coogler venía de rodar Creed (2015), aquella secuela de Rocky por la que nominaron al Oscar a Silvester Stallone. Quizá el tema racial de aquella película lo situaba bien para asumir la tarea de Black Panther, una película con mensaje contra el racismo y protagonizada casi en exclusiva por negros. Pero el resultado no ha podido ser más fallido.

El ritmo de Black Panther es tedioso y las escenas de acción sorprendentemente anodinas. Y digo que me sorprende no solo en comparación con otras de Marvel, que también; sino por el hecho de que Coogler venía de realizar en Creed una de las escenas de combate más espectaculares del cine reciente -y en Black Panther hay mucho de lucha cuerpo a cuerpo-.

Llegados a este punto lo único que le pide uno a una película de superhéroes es que sea por lo menos entretenida. Por desgracia cada vez son más los casos que no pasan el listón mínimo del mero entretenimiento y resultan aburridas.

A todo esto hay que añadir el hecho de que se nota demasiado que detrás está la mano negra de Disney. Batallas en las que supuestamente muere gente, pero no se ve ni una gota de sangre. De hecho creo que casi en ningún momento de la película se ve una persona muerta, sino que si se muestra se hace en planos generales o de forma muy fugaz.

El futuro que nos espera en lo que a grandes producciones de cine de entretenimiento se refiere es muy oscuro desde que Marvel, Star Wars y Pixar están en manos de Disney: películas planas, repetitivas y descafeinadas, todas cortadas por el mismo patrón.

Las actuaciones en Black Panther son para cubrir el expediente, así que no me entretendré mucho en ellas. Chadwick Boseman es el rey T’Challa, nuestro superhéroe Black Panther. Michael B. Jordan le da la réplica como el villano. A Jordan ya lo vimos trabajar en la mencionada Creed, también a las órdenes de Ryan Coogler. Y hasta Martin Freeman y Forest Whitaker resultan de lo más anodino.

El más interesante de lejos es Andy Serkis como Ulysses Klaue. Se hace raro ver actuar a Serkis en persona. Si ahora mismo no sabéis quién es os diré que se trata del actor que estaba detrás de Gollum en el Señor de los Anillos, y más adelante también ha interpretado a otras criaturas generadas por ordenador, como el mono César en las nuevas películas de El Planeta de los Simios o Snoke en Los Últimos Jedi.

Las chicas Lupita Nyong’oDanai GuriraLetitia Wright son guerreras, pero no nos dejemos despistar, están ahí para rellenar y equilibrar el tema de género, que nadie diga que no hay mujeres con carisma. Pero al final en realidad son totalmente prescindibles para la trama, ya que la voz cantante la llevan los hombres.

En el apartado técnico hay lo que cabría esperar: buenos efectos especiales pero sobredosis de CGI. Más de lo mismo. Nada destacable ni impresionante. Quizá la única diferencia esté en la música de Ludwig Göransson, que al contener toques africanos le da un aire distintivo en comparación con el resto de anodinas bandas sonoras del Universo Marvel.

En definitiva, Black Panther es una película para olvidar. Algo que, creedme, no os costará mucho esfuerzo.

Black Panther
4.4 Puntuación total
Pros
- No se me ocurre
Contras
- Todo lo demás
Dirección
Guion
Arte
Actuaciones

Un comentario en «Black Panther, una película más de Marvel para olvidar»

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