Misa de Medianoche, otra excelente propuesta de Mike Flanangan

Mike Flanagan vuelve a Netflix con Misa de Medianoche, otra miniserie de terror con el estilo y la calidad a la que nos tiene acostumbrados. En esta ocasión no sigue la serie de «La Maldición de…» como sus anteriores entregas la obra maestra que es La Maldición de Hill House (2018) y la estupenda La Maldición de Bly Manor, ambas adaptaciones de una novela. Ahora se trata de un proyecto personal con guion original a cargo del propio Flanagan del que llevaba tiempo detrás de conseguir producirlo, lo cual ha podido hacer gracias al éxito de sus anteriores proyectos para la plataforma de streaming.

Misa de Medianoche trascurre en una isla, donde hay un pequeño pueblo aislado del mundo y con una comunidad cada vez más reducida debido a los problemas con la pesca, que es su principal fuente de ingresos. La llegada de un nuevo y misterioso cura, el padre Paul (Hamish Linklater), comienza a trastocar la vida del pueblo cuando comienzan a suceder extraños milagros.

Con esa premisa, Mike Flanagan construye un drama con una explícita crítica al fanatismo religioso, pero sin abandonar los elementos fantásticos y sobrenaturales propios del género y de su trayectoria como cineasta. Misa de Medianoche es menos terrorífica que anteriores propuestas y, en general, más dramática. Las relaciones entre los personajes son su punto fuerte, así como las reflexiones sobre la vida y la muerte, la culpa y la redención, que son el trasfondo que Flanagan está realmente interesado en mostrarnos.

Que el creador de esta miniserie es un gran fan de Stephen King está fuera de toda duda. De hecho lo conocemos por haber adaptado varias novelas del autor, como El Juego de Gerald (2017) y, más recientemente, Doctor Sueño (2019). Pero es en Misa de Medianoche donde más se nota la influencia del maestro del terror de Maine en la obra de Flanagan. Aun siendo un guion original, todo parece sacado de un relato de King: el pueblo aislado, el personaje fanático que lo embrolla todo, los aspectos sobrenaturales… Normal que el propio Stephen King haya afirmado que le encanta la serie. ¡Si podría haberla escrito él mismo!

La calidad de la producción es excelente. Flanagan es un maestro, y se nota que se ha volcado una vez más en realizar el mejor producto. En Misa de Medianoche volvemos a encontrar muchos de los recursos a los que nos tiene acostumbrados, como los largos planos secuencia, las aproximaciones de la cámara para resaltar momentos trascendentes y también, por supuesto, algún que otro susto inesperado. Eso sí, nada es tan elaborado y genial como en la magnífica La Maldición de Hill House. Es como si en aquella hubiese volcado todo lo que sabía y después de eso no le quedasen muchas ideas nuevas.

En la parte negativa encuentro que la serie se basa demasiado en los diálogos. Hay muchos y muy largos diálogos y monólogos. En mi opinión, la experiencia audiovisual queda lastrada por tanta verborrea y tanta explicación. No quiero decir con eso que no sean interesantes, en especial la conversación sobre la muerte entre Erin y Riley, pero no cabe duda de que rompen el ritmo de la narración y vuelven a la serie un tanto pesada en algunos momentos. Menos diálogos y más ritmo -y quizá un capítulo menos-, le habría venido muy bien.

Otro aspecto negativo es lo previsible que es. A pesar de los esfuerzos de Flanagan para ocultar ciertas cosas, que revelará por sorpresa al espectador más adelante con la intención de dejarle con la boca abierta; lo cierto es que muchas de ellas se intuyen desde el capítulo uno, o el dos como mucho. Flanagan va dejando pistas que, en esta ocasión, resultan demasiado obvias, restándole muchos puntos de sorpresa a los giros finales.

En Misa de Medianoche vuelven a repetir muchos de los actores y actrices con los que suele trabajar el director, como Kate Siegel o Henry Thomas. Pero en realidad el absoluto protagonista es Hamish Linklater como el padre Paul, que hace una interpretación excelente y es lo mejor de la serie sin duda. Quizá junto con Samantha Sloyan en el papel de la fanática Bev, que está realmente tremenda.

En los apartados técnicos tenemos un manejo de la cámara y una fotografía estupendas, así como un uso de la música cuando menos curioso, que puede que sea demasiado alegre en algunos momentos para lo que está contando. Lo más flojo es sin duda el maquillaje, para el que parece que no contaban con mucho presupuesto.

Misa de Medianoche es una serie de calidad, en la línea de Mile Flanagan, que hará las delicias de los fans del género de terror, pero no en la línea del susto fácil, sino más bien del thriller psicológico a lo Stephen King. Sin embargo, ha quedado lejos de estar a la altura de las dos series predecesoras para Netflix del director.

Misa de Medianoche
6.9 Puntuación total
Pros
- La calidad de la producción
- Hamish Linklater y Samantha Sloyan - El estilo a puro Stephen King
Contras
- Demasiados diálogos
- Muy previsible
Dirección
Guion
Arte
Actuaciones

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