Ruido de Fondo, un Noah Baumbach desubicado
A finales de diciembre del año pasado se estrenó en Netflix Ruido de fondo, la última película de Noah Baumbach, director de películas estupendas como Frances Ha (2012) e Historia de un Matrimonio (2019). En esta ocasión repite con Adam Driver como protagonista y vuelve a contar con la directora y guionista -y su actual pareja- Greta Gerwig. Por cierto, que de esta última estamos esperando con ansia el estreno este verano de Barbie, con guion escrito a medias entre Baumbach y Gerwig.
Ruido de Fondo es una comedia absurda sobre el miedo a la muerte que gira en torno a un accidente químico que libera una enorme nube tóxica y que trastoca por completo las vidas de una familia de clase media. Basada en la novela de Don DeLillo, la película de Baumbach pretende ser una divertida y loca reflexión sobre la vida y la muerte repleta de humor surrealista.
Por desgracia, nada más lejos de la realidad. Ruido de Fondo resulta ser una película fallida donde las pretensiones del director no acaban siendo más que una concatenación de ocurrencias que pretenden ser simpáticas y de autor, pero que nunca llegan a funcionar.
Y es una lástima, porque el primer tercio de la película, el que tiene que ver con el accidente químico, resulta bastante interesante y prometedor. Aunque la película se desmorona hacia el final.
Lo mejor de Ruido de Fondo son las interpretaciones. Tanto Adam Driver como Greta Gerwig realizan unas actuaciones que son de lo poco salvable del film. Aún así, queda muy lejos de los excelentes niveles dramáticos que alcanzó en su anterior película Escenas de un Matrimonio.
Ruido de Fondo también cuenta con una fotografía muy llamativa, de tonos saturados muy contrastados, que recuerda mucho a la estética habitual de las películas de Wes Anderson. Recodemos que Baumbach ha colaborado con este director más de una vez como guionista. Es más, Ruido de Fondo de hecho recuerda a Wes Anderson en algo más que en la estética, y no para bien.
En resumen, Ruido de Fondo aunque tiene una buena factura e incluye unos cuantos buenos momentos y excelentes actuaciones, resulta ser más pretenciosa y, lo que es peor, menos simpática de lo que le gustaría. Y aún así está bastante por encima de la media de calidad de las producciones para Netflix.
Seguro que tiene su público. Yo por mi parte voy a esperar al estreno de Barbie de Greta Gerwig, en la que espero que el guion, escrito por ambos, sea algo mejor.
- La fotografía