Tár de Todd Field con Cate Blanchett es un soplo de aire fresco radical

Todd Field ha regresado la dirección tras más de quince años con Tár y ha conseguido la unanimidad de la crítica especializada, además de un buen puñado de nominaciones a los premios Óscars. Tár es la tercera película del director y guionista, tras las estupendas En la Habitación (2001) y Juegos Secretos (2006). Así que la expectación sobre su nueva producción estaba más que justificada.

Tár trata sobre la vida de Lydia Tár, interpretada por Cate Blanchett, una directora de orquesta excéntrica y mundialmente famosa. Lo primero que llama la atención de la película de Field es lo específicos y técnicos que son los diálogos del primer tercio del film sobre temas de música clásica. Es obvio que se pretende dar un contexto de lo más realista a las actividades y relaciones de la directora. Sin embargo, esto puede hacer que los espectadores menos experimentados en el mundo de la música clásica, los compositores y los aspectos más técnicos se pierdan al principio de la película.

Por fortuna, aunque interesante para quienes nos gusta la música clásica, esta verborrea inicial acaba dando paso a lo que viene a ser el meollo de la película: la cancelación. A partir de su segundo tercio, Tár se convierte en un sutil thriller psicológico que juega todo el rato con la ambigüedad. En ningún momento el espectador llega a saber si realmente está pasando lo que parece que está pasando, y solo algunas pequeñas pistas pueden llegar a arrojar algo de luz si estamos muy atentos.

Como he dicho, el guion escrito por el propio Todd Field gira en torno al debate tan actual sobre la cultura de la cancelación. Y qué mejor contexto para hacerlo que en el mundo de la música y, más concretamente, en el de la música clásica, tan elitista y competitivo. En cierta manera, Tár recuerda a escándalos recientes como el caso de Plácido Domingo.

Pero también aborda otras cuestiones, como el eterno debate de si se puede separar al artista de su obra. Como vemos en el maravilloso plano secuencia de la clase magistral en el que se debate sobre la figura de Bach. Un tanto forzado, he de decirlo. Ningún estudiante avanzado de música cuestionaría la obra de Bach por su vida personal hoy día. Pero supongo que esa cierta impostura de esta escena era necesaria. Además de un reflejo de los tiempos en que vivimos.

Más allá de los temas que trata Tár, la película de Field se sostiene en dos pilares. A saber, el ritmo y Cate Blanchett. Por ese orden. Pongo primero el ritmo, porque el director sabe manejar los tiempos a la perfección y consigue que una película de un metraje tan extenso como esta no decaiga en ningún momento. Y eso es toda una hazaña. Como se dice en la película: «El tiempo es la pieza esencial de la interpretación«. Y eso vale tanto para la música como para el cine. Una lección que Todd Field se aplica a sí mismo a rajatabla. Sin duda su nominación al óscar a mejor director está más que merecida.

Luego está Cate Blanchett que, como siempre, se come la pantalla. Toda la película gira en torno al personaje de Lydia, hasta el punto de que no hay casi ningún fotograma en el que no aparezca. Omnipresente, Blanchett está magnífica dando rienda suelta a este personaje fuerte, ambiguo y obsesivo. Si bien he de decir que en algunos momentos me ha parecido algo sobreactuada, sin duda el rol de Lydia Tár ha pasado ya a formar parte de los grandes papeles en la carrera de esta actriz, que no son pocos.

Lo que menos me ha gustado de Tár es la fotografía de Florian Hoffmeister. Demasiado lavada y abusando del desenfoque en algunos planos no acababa de encajar con el entorno. Sí que quizá asociemos el mundo de la música clásica a los tonos sepias, algo rancios y desgastados. Pero puede que a Hoffmeister le haya faltado algo de brillantez a su propuesta, ya que es un director de fotografía más especializado en películas de época.

Y por último no puedo dejar de mencionar la banda sonora. Qué decir de Mahler. Con que Tár sirva para incitar al público a conocer a este compositor y su excelente 5ª sinfonía el viaje habrá merecido la pena. No cabe duda que la elección de esta obra como pieza sobre la que gira todo el trabajo de la protagonista no es casual, ya que su autor se obsesionó bastante con ella en vida.

Sin duda Tár es desde ya una de las películas del año y de lo mejor que podemos encontrarnos ahora mismo en las salas de cine. Aire fresco, radical y libre en una época que mediocridad.

Tár
7.4 Puntuación total
Pros
- El manejo del tiempo cinematográfico por el director
- Cate Blanchett
- La ambigüedad del guion
Contras
- La fotografía un tanto lavada
- Demasiado lenguaje técnico
- Algunas situaciones un tanto impostadas
Dirección
Guion
Arte
Actuaciones

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