Dopesick, un relato crudo pero necesario hecho con buen pulso

Más allá de los universos de Marvel, Star Wars y los dibujos animados, en Disney+ también podemos encontrar series para adultos de mucha calidad. Es el caso de Dopesick: Historia de una adicción, la miniserie creada por Danny Strong y protagonizada por Michael Keaton.

El tema de la serie es la crisis de los opioides en Estados Unidos. Un escándalo sin duda gravísimo, y del cual podemos ver su profundo calado en la sociedad norteamericana por las repercusiones que esta teniendo en la cultura audiovisual.

Esta cuestión la han tratado de forma ficcionada otras series, como la estupenda Goliat que le dedicó una temporada entera. O, más recientemente, hemos visto como la primera parte de la cuarta temporada de Ozark tocaba también este tema tangencialmente.

La diferencia entre Dopesick y todas las demás es que esta aborda los hechos reales de la tragedia, y lo hace desde todos los puntos de vista posibles. Por un lado tenemos la farmacéutica y la familia propietaria empeñados en hacerse aún más ricos gracias a la venta de opioides; para lo cual no dudarán en utilizar todas las triquiñuelas en hacer pasar el fármaco en cuestión, la oxicodona, por un medicamento inocuo, aunque no lo sea para nada.

Por otro lado tenemos a las diversas autoridades implicadas en la lucha por frenar la epidemia de adicciones y muertes que la oxicodona estaba provocado. En medio de todo esto están las vidas de las personas que, de una forma u otra, se ven atrapadas en la vorágine: desde los visitadores médicos y los propios médicos, que hacen de intermediarios sin saberlo -o sabiéndolo-; hasta las víctimas, que comienzan tratándose un dolor y acaban adictos y, en muchos casos, muertos.

La serie de Strong cuenta todo esto de una forma no lineal, con continuos saltos en el tiempo hacia adelante y hacia atrás, ya que, aunque parezca increíble, esta situación se prolongó durante lustros. Quizá esta forma de narrar resulte al principio algo confusa, porque ha veces en las que uno no sabe en qué momento de la historia se encuentra. Pero lo cierto es que está bien hecho, porque dota a la serie de un ritmo que te mantiene enganchado, a pesar de lo duro del relato y lo prolongado en el tiempo de las distintas subtramas.

La forma de abordar la investigación y los pasos adelante y atrás que dan tanto los federales como el resto de protagonistas, me recuerda en cierta manera a cómo David Fincher enfocó Mindhunter (2017): un relato reposado y, en cierta, manera frío, sobre temas extremadamente escabrosos, que avanza con mucha dificultad y aún así nunca decae.

Dopesick cuenta con un elenco de mucha calidad, entre los que destaca el gran trabajo del gran Michael Keaton como el doctor Samuel Finnix. Excelente es también la interpretación de Kaitlyn Dever, a la que conocemos de haber protagonizado la estupenda Creedme (2019) y que parece haberse especializado en papeles extremadamente dramáticos.

Además, el resto de actores y actrices también realizan un gran trabajo, como Peter Sarsgaard, Will Poulter y Rosario Dawson -a esta última la conocemos por haber participado en las series de Netflix de Daredevil, Luke Cage, Jessica Jones y Iron Fist, y también en Clerks II (2006) de Kevin Smith.

Dopesick: Historia de una adicción es una miniserie dura porque lo que cuenta es real. Pero no solo nos da una lección de historia, sino que nos alerta hasta dónde puede llegar la avaricia, de lo intrincado de los intereses comerciales de las grandes empresas y lo imbricados que pueden estar con las mismas estructuras que supuestamente debían controlarlos.

A pesar de lo denso del tema, Dopesick se ve con mucho interés deseando ver qué pasa en el siguiente capítulo con las vidas de los diversos protagonistas de esta serie coral. Y justo esto es lo que buscamos de una serie de televisión.