The Leftovers: la sombra de Perdidos es alargada

La serie de la HBO «The Leftovers» terminó su segunda temporada en diciembre de 2015 y, sin entrar en el top de las grandes series, tengo que decir que es de lo mejor que he visto en este formato en los últimos tiempos. Claro que habrá que esperar a que concluya para para decidir si es una joya o un bodrio.

¿Por qué digo esto? Pues por algo que queda claro tras ver tres o cuatro capítulos de la primera temporada. A saber, que «The Leftovers» en cada entrega abre más incógnitas de las que cierra -de hecho no cierra casi ninguna-. Un truco muy efectivo para mantener al espectador en vilo. Por cierto, ¿no os recuerda a otra serie? Sí, efectivamente, «Perdidos«.

Claro que en cuanto os diga que detrás de ella está como productor Damon Lindelof empezaréis a atar cabos. Por si no os suena el nombre, resulta que Lindelof fue uno de los cocreadores y productores de «Perdidos» junto a J.J. Abrams. También ha participado en los guiones de algunas películas de ciencia ficción como por ejemplo la espantosa Prometheus (2012) de Ridley Scott -sí, sí, ya sé que estoy pintando la cosa fatal-.

En esta ocasión Lindelof adapta la novela «The Leftovers» de Tom Perrotta -que también es coproductor de la serie-. Se ve que se han juntado el hambre con las ganas de comer, porque la obra original al parecer -no la he leído- peca del mismo gusto por los interrogantes sin explicación. Está claro que la relación creativa entre Lindelof y Perrotta tuvo que ser un flechazo, amor a primera vista.

¿Y de qué va «The Leftovers«? Pues de una premisa muy a lo Stephen King -si me permitís la comparación-: de repente el 2% de la población mundial desaparece. Así, en un segundo, sin más y sin ninguna explicación. Este suceso extraordinario sirve a Perrotta como excusa para hablarnos de cómo intentar sobrellevar el trauma una serie de personajes, cada cual a su manera y con su propia idiosincrasia. No les interesa tanto contar el porqué del fenómeno como la evolución de los personajes.

Y eso sí es interesante. Se nota -o por lo menos así lo parece- que «The Leftovers» no está tan improvisada como lo estuvo «Perdidos«. El hecho de estar basada en un libro aporta claramente calidad al conjunto. Sin embargo también da la impresión de que la trama es estirada de más para que los arcos argumentales abarquen varias temporadas. Y eso, especialmente en la segunda, lastra al conjunto. Esta última temporada -hasta el momento- es a la vez más interesante y más disparatada, desbarrando un tanto en algunos momentos -un poco a lo «Fringe«.

He de decir que he visto las dos primeras temporadas con interés y cierta fascinación. Y eso a pesar de que en algunos momentos transcurren los capítulos con una lentitud exasperante. Tanto que más de una vez me he preguntado si realmente había pasado algo en la entrega que acababa de ver, de si la trama había avanzado lo más mínimo. Pero, lejos de ser esto un inconveniente, más bien la convierte en una serie original y arriesgada, no apta para todo tipo de público.

La producción no destaca demasiado, especialmente en estos tiempos en los que casi todo en el mundo audiovisual se apuesta a la fotografía, que en este caso es correcta, pero no pasa de normalita. Sin embargo el reparto de actores y actrices sí tienen un nivel por encima de la media. Destaca Justin Theroux -al que recordaréis de «Mulholland Drive» (2001)- en el papel protagonista como el agente Kevin Garvey; y también Carrie Coon hace una gran interpretación, como ya vimos en su papel secundario en «Perdida» (2014). Además también cuentan con Liv Tyler, que sigue siendo tan mala actriz como siempre.

«The Leftovers» ha renovado para una tercera y última temporada que presumiblemente se estrenará en otoño de 2016. No sé si es cosa de la HBO o una decisión creativa de Lindelof y Perrotta. No sé si se debe al miedo de la productora a que «The Leftovers» se convierta en otra «Perdidos«, o a que sus creadores tienen realmente claro hacia dónde se dirige su criatura. Pero en cualquier caso a mí me parece un acierto finalizarla en la tercera temporada, antes de abrir más frentes que no puedan cerrar y se desparrame sin remedio.

«The Leftovers» no es perfecta, pero es interesante, extraña y engancha. Si en la próxima temporada logran darle un final decente que esté a la altura no os extrañe que os la empiecen a recomendar por todos lados. Yo lo hago, aunque con reservas. Espero que Lindelof haya aprendido algo del final de «Perdidos«.

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