Por qué The Beatles: Get Back de Peter Jackson es una obra maestra
La serie documental más importante del año, de la década y puede que incluso de los últimos cincuenta años es The Beatles: Get Back de Peter Jackson para Disney+. El director de El Señor de los Anillos recupera el material de video y audio de las sesiones del proyecto Get Back de los Beatles en 1969 y los condensa en tres episodios que alcanzan en conjunto casi las ocho horas de metraje.
Contexto
Es fundamental conocer el contexto para poder apreciar toda la importancia que tiene este documental. En 1969 los Beatles se embarcaron en un proyecto que consistía en hacer nuevas canciones, rodar todo el proceso y terminar con algún tipo de actuación en vivo y un documental. Get Back tuvo muchos altibajos y tensiones, ya que los cuatro Beatles no se sentían del todo cómodos siendo constantemente grabados por micros y cámaras.
Finalmente de todo esto salió el single Get Back/Don’t Let Me Down y el famoso concierto de la azotea. Pero el resto del proyecto fue abandonado, siendo recuperado por el productor Phil Spector más de un año después para dar forma con ese material a Let It Be, el que sería el último álbum publicado por los Beatles.
Poco después del lanzamiento de este disco vio la luz el documental Let It Be dirigido por Michael Lindsay-Hogg, el que fue el encargado de rodar todo el material de las sesiones de Get Back. La película resultante duraba solo 80 minutos, a pesar de que había más de 60 horas de metraje. En ella se mostraba una imagen de los Beatles en la que están siempre discutiendo y donde se respira un muy mal ambiente.
Un enfoque muy oportuno, ya que anticipaba la disolución definitiva del grupo, que se produciría ese mismo año, a finales de 1970, a demanda de Paul McCartney. Aunque todo el mundo cercano al grupo ya sabía que este estaba roto desde finales de 1969, cuando John Lennon lo abandonó. Un hecho que en su momento no se hizo público.
El Get Back de Peter Jackson
Conociendo todos estos antecedentes, lo que aporta la serie documental de Peter Jackson es un cambio de visión fundamental de cómo fueron aquellas sesiones y algunos de los últimos momentos de los Beatles como banda. Rescatando decenas de horas de metraje y audios que han permanecido más de medio siglo enterrados, Jackson nos muestra un grupo de artistas haciendo música, creando y divirtiéndose. Se les ve felices cuando tocan y bromean, a pesar de la incomodidad que supone el hecho de estar permanentemente rodeados de cámaras.
Por supuesto que hubo tensiones. Desde los debates normales sobre cómo hacer esto o aquello, sin mayor importancia; hasta el abandono del grupo durante unos días por parte de George Harrison y cómo el resto del grupo intenta resolver la situación. Pero sea como sea estos momentos negativos son los menos, y una vez superados lo que vemos es al grupo haciendo música, como los genios que eran. Es aquí cuando nos damos cuenta de lo sesgada que era la visión que nos trasmitió Lindsay-Hogg, que es la que ha perdurado en el imaginario colectivo por más de cincuenta años.
Para los fans de los Beatles y de la música
El valor documental de esta serie está fuera de toda discusión. No solo muestra una cantidad enorme de imágenes inéditas, sino que cambia radicalmente la imagen que teníamos del grupo en esos días. Pero desde luego la película de Peter Jackson se disfrutará mucho mejor si el público es fan de la banda y de la música en general.
En The Beatles: Get Back asistimos a cómo Paul McCartney crea desde cero Get Back, la canción que da título al documental; además vemos cómo componen y ensayan el resto de canciones que acabarán formando Let It Be. Pero también otras en versiones muy iniciales que acabarán terminando más adelante, como Old Brown Shoe, con Gegorge Harrison pasando apuros al piano; y las que formarán parte del álbum Abbey Road: Something, Maxwell’s Silver Hammer, Oh! Darling, Octopus’s Garden, I Want You (She’s So Heavy), etc.
En definitiva, asistir en directo a cómo el grupo más grande de la historia componía sus canciones es un documento histórico que hará las delicias de todos los fans del grupo y de la música en general. Quizá a un público que no tenga interés directo en estos temas le pueda parecer innecesario tanto metraje. Pero desde mi punto de vista cada imagen de este documental vale su peso en oro, tanto histórica como musicalmente.
La proeza técnica
Pero si por algo destaca también el documental de Peter Jackson es por la proeza técnica que supone. La calidad tanto de la imagen como del sonido es alucinante. Poder ver ahora en Full HD, con una nitidez total, imágenes rodadas hace más de medio siglo con cámaras e instrumentos de aquella época es increíble. Cuando comencé a ver el documental y vi las primeras imágenes del set donde empezaron a trabajar juro que pensé que era una recreación moderna. No era posible que las imágenes reales tuvieran esa calidad. Pero sí, solo hay que comparar las imágenes del documental de 1970 de Lindsay-Hogg con el de Peter Jackson para ver la enorme diferencia entre ambas y el genial trabajo realizado por el equipo técnico del director neozelandés.
Jackson no solo consigue una definición tremenda en la imagen y los colores, sino que alcanza una limpieza en el audio excepcional. Por ejemplo, Lennon y Harrison rasgueaban sus guitarras para hacer ruido y así poder tener conversaciones privadas que no pudieran distinguirse en los micros. En The Beatles: Get Back estas y otras conversaciones se pueden escuchar limpias de ruido y son perfectamente inteligibles.
Para conseguir todo esto se ha utilizado inteligencia artificial. Ordenadores de alta capacidad han aprendido qué es lo que importa y lo que se debe descartar tanto del vídeo como del audio para poder traernos de vuelta a los Beatles como si se les hubiera grabado ayer mismo, a pesar de haber pasado más de cincuenta años.
El concierto en la azotea
El documental The Beatles: Get Back termina con el concierto íntegro en la azotea. Aunque ya habíamos visto partes de este concierto, me resulta increíble que, dada la importancia de la banda, haya tenido que pasar medio siglo para que podamos verlo entero. Ya solo por eso el documental de Jackson merece la pena.
La única pega que le pongo a la parte del concierto es que la mezcla a pantalla partida con otras imágenes que transcurrían simultáneamente en otros lugares, como las de la gente concentrada en la calle o los policías entrando en la sede de Apple para intentar parar el concierto por el ruido.
No cabe duda de la importancia documental de estas imágenes, pero yo hubiera preferido que encontrasen otra solución para mostrarlas que no impidiese ver el concierto íntegro sin interrupciones. No sé si esto se corregirá en el evento en cines IMAX que habrá a finales de enero de este 2022, donde se proyectará precisamente la parte del concierto en la azotea.
En cualquier caso la serie de Peter Jackson para Disney+ ya se ha convertido en uno de los documentales más importantes de la historia por todo lo que aporta a la imagen que tenemos de los Beatles y a lo que es la música en general.
- El valor musical de ver cómo trabajaban y componían sus canciones
- La proeza técnica en calidad de imagen y sonido