Ser los Ricardo funciona gracias a Kidman y Bardem y confirma a Aaron Sorkin como director

Ser los Ricardo (Being the Ricardos) optaba a tres premios en los pasados Globos de Oro. Finalmente, la producción de Amazon Studios dirigida por Aaron Sorkin solo se ha llevado el premio a la mejor actriz para Nicole Kidman, dejando injustamente de lado a Javier Bardem, que hace aquí una interpretación estupenda.

Ser los Ricardo trascurre a lo largo de una semana en la que podemos ver los preparativos, ensayos y rodaje de un episodio de la famosa serie televisiva estadounidense I Love Lucy (1951-1957). Lo que realmente se nos relata es la relación del matrimonio protagonista formado por Lucille Ball y Desi Arnaz mientras pasan por una crisis.

Esta no es otra que las acusaciones contra Ball por parte de algunos medios de comunicación de pertenecer al Partido Comunista en plena caza de brujas del Comité de Actividades Antiamericanas. Pero la trama política en realidad funciona más como un Macguffin que como otra cosa. La cuestión se reduce a una loable reafirmación por parte de Lucille Ball de la lucha de su abuelo en defensa de los trabajadores, y de una más que cuestionable criminalización de los comunistas por parte de su marido Desi.

Voy a explicar esto último, porque la película dar lugar a confusión por una interesada ambigüedad que puede llevar a malinterpretar los hechos históricos. Ser los Ricardo opta por dar una de cal y otra de arena con el tema político, siendo Desi, como cubano, el encargado de criticar a los comunistas, los cuales -según él- metieron a su padre en prisión, le persiguieron y hasta mataron a los animales solo porque sí.

Pero el caso es que la película y las vidas de los protagonistas trascurren a principios de los años 50 del siglo pasado. Eso es casi una década antes de que se produjera la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro. Con lo que no puede haber relación alguna con los comunistas. Lo hechos a los que se refiere Desi y que afectaron a su familia en Cuba con los de la Revolución de 1933. Eso fue un golpe de estado militar de derechas liderado por sargentos del ejército que acabó dando lugar a la dictadura de Fulgencio Batista.

Por lo tanto, la intención de Aaron Sorkin -que también firma el guion- no puede calificarse más que como malintencionada, ya que confunde al público mezclando hechos distintos de distintas épocas y con distintos protagonistas, contando con que la gente asociará cualquier cosa relacionada con Cuba con el comunismo -aunque ocurriera casi dos décadas antes-.

Volviendo a lo que sí es la trama principal de Ser los Ricardo, la película en realidad nos narra las tensiones entre la pareja protagonista, aunque lo hace de una forma bastante sutil. Pero más que centrarse en la relación sentimental entre ambos -que, por supuesto, también la hay-, el meollo de Ser los Ricardo está en la tensión que se produce al ser una mujer de éxito en EE. UU. en la década de los 50 del siglo pasado, y la reacción que eso genera en todos los hombres que la rodean. Eso es lo más interesante, y también moderno, de Ser los Ricardo. Sorkin lo maneja bastante bien trasmitiendo un mensaje feminista con trazo fino.

Por último, otra faceta de esta obra poliédrica es el poder ver los entresijos de como se realizada una serie de televisión de aquella época. Algo que, para quienes somos fans del cine y la televisión y de todo lo audiovisual, resulta de lo más interesante.

Los puntos fuertes de Ser los Ricardo son excelente elenco y sus magníficas interpretaciones. Nicole Kidman y Javier Bardem se comen la pantalla. Para apreciar mejor la interpretación de Kidman como Lucille Ball hay que verla, sin duda, en idioma original, y así poder disfrutar de los matices de voz imitando a la famosa cómica.

Pero para mí, el mejor es sin duda Javier Bardem, que hace una de las mejores interpretaciones de su carrera. Me ha convencido completamente como Desi Arnaz y espero que la injusticia que se ha cometido en los Globos de Oro no se repita en otros premios.

Pero es que además Ser los Ricardo cuenta con la participación del gran J.K. Simmons en un papel que va de menos a más. También podemos ver a la estupenda Nina Arianda, a la que conocemos de hacer también un gran trabajo en la serie Goliat.

Aunque quizá lo más flojo de la película sea la historia real que relata en sí misma -poca gente hoy en España conoce o le interesa el show de Lucille Ball-, lo cierto es que Aaron Sorkin consigue hacer un relato fluido, con un muy buen ritmo que nunca de cae, y eso es de destacar. Aunque la forma en la que están insertados algunos flashback puede hacer que estos resulten algo confusos al público.

La carrera cinematográfica de este director y guionista que viene de la televisión ha ido de menos a más. Desde la floja Molly’s Game (2017) y la interesante y comprometida El juicio de los 7 de Chicago (2020) hasta ahora se nota un salto de calidad que nos hace tener grandes expectativas en este director en el futuro.

Hay quien compara Ser los Ricardo con un telefilme. Pero de ser cierto, ojalá que todos los telefilmes tuvieran esta calidad. No os la perdáis.

Ser los Ricardo
7.1 Puntuación total
Pros
- El excelente ritmo con el que está narrada
- Las brillantes interpretaciones de Kidman y Bardem
- El mensaje feminista
Contras
- La burda manipulación anticomunista mezclando hechos históricos para confundir al público
- Lo confuso de algunos flashback
- El tema de la vida de Lucille Ball y su marido puede no resultar interesante hoy día para mucha gente
Dirección
Guion
Arte
Actuaciones

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