La Casa del Dragón es irregular, pero promete

Recientemente terminó de emitirse en HBO Max La Casa del Dragón, la esperada precuela de Juego de Tronos basada en el libro de George R. R. Martin. Además, la coincidencia en el tiempo con Los Anillos de Poder de Amazon Prime ha hecho que las comparaciones entre las dos series sean inevitables.

La Casa del Dragón se remonta a unos 170 años antes de los sucesos narrados en Canción de Hielo y Fuego. Aquí se nos relata la historia de la casa Targaryen y sus dragones en un momento en el que la sucesión de la línea dinástica está en cuestión.

A diferencia de Juego de Tronos, La Casa del Dragón sí que es más un juego de tronos que aquella. En esta ocasión el mundo es mucho más cerrado y se circunscribe a las intrigas palaciegas entre los propios miembros de la familia que aspiran al trono de hierro.

El resultado es más un culebrón palaciego que una historia de fantasía épica. La inspiración de Martin en la historia inglesa es ahora más evidente que nunca. Esto no es de por sí ni bueno ni malo. Pero sí es importante saber qué es lo que se está viendo para no acabar decepcionado.

En cuanto a la producción, esta es de una calidad buena -más allá de algunos capítulos con problemas de subexposición-. Pero no llega a los excelentes niveles de Los Anillos de Poder. Algo que se hace más evidente al ver las series en paralelo.

Los problemas en La Casa del Dragón llegan con el ritmo con el que avanza la historia. Al principio los capítulos avanzan dando demasiados saltos temporales. Las elipsis desconciertan y hacen muy difícil engancharse a una historia tan precipitada.

Para colmo, las dos actrices principales que aparecen en los primeros capítulos –Milly Alcock y Emily Carey-, luego son sustituidas por otras –Emma D’Arcy y Olivia Cooke– cuando sus respectivos personajes alcanzan una edad más adulta. Algo que solo ocurre con ellas -y los personajes más niños, claro-, mientras que otros como el príncipe Daemon es siempre interpretado por Matt Smith.

Para mí este cambio de unas actrices sí y otros actores y actrices no no tiene ningún sentido. Cuando ya te has hecho a unos personajes resulta que te los cambian de golpe. ¿Era necesario? Si no han cambiado a unos, ¿por qué a otras sí? Perfectamente podrían haber rejuvenecido o envejecido a las actrices sin necesidad de hacer estos cambios que creo que no le sientan nada bien a la serie.

Dicho lo cual creo que Milly Alcock y Emma D’Arcy hacen un muy buen trabajo como Rhaenyra Targaryen, al igual que Emily Carey y Olivia Cooke lo hacen con el personaje de Alicent Hightower.

La Casa del Dragón es una serie que va de menos a más. Cuando las elipsis se ralentizan la historia toma tierra y cuenta con muy buenos momentos. Algunos de los episodios hacia el final de la temporada son de lo mejorcito que se puede ver ahora mismo en las plataformas de streaming.

Si bien La Casa del Dragón ha resultado ser algo irregular, lo cierto es que la serie está por encima de la media. Por debajo de Los Anillos de Poder o, sin ir más lejos, de las primeras temporadas de Juego de Tronos; pero por encima de las precipitadas últimas temporadas de aquella.

Si para las próximas entregas de La Casa del Dragón sus creadores consiguen centrar la historia con un relato más coherente, lo cierto es que promete mucho y puede convertirse en un clásico a la altura de su predecesora.

La Casa del Dragón
6.4 Puntuación total
Pros
- Las actrices protagonistas
- Algunos de los últimos episodios de la temporada
Contras
- El cambio de unas actrices por otras
- Los saltos temporales
Dirección
Guion
Arte
Actuaciones

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