The Last of Us, ¿obra maestra o decepción?

Esta semana se emitía en HBO Max la que sin duda es la serie del momento y que, aunque aún es pronto para asegurarlo, puede que del año. Por su puesto me refiero a The Last of Us, la adaptación de videojuego del mismo nombre de la compañía Naughty Dog protagonizada para la televisión por Pedro Pascal y Bella Ramsey.

La adaptación del videojuego

En la actualidad no suelo jugar a videojuegos, pero de vez en cuando pruebo y le echo un rato a este o aquel título a ver si me engancha. Normalmente con poco éxito. Será que me hago mayor para según qué cosas. Pero The Last of Us es la excepción. Jugué la primera entrega completa con entusiasmo hasta terminarla y, en estos momentos, voy por la mitad de la segunda, a la que intento dedicarle tiempo siempre que puedo.

Así que esta crítica de la serie de televisión va a ser desde el punto de vista de alguien que conoce el videojuego y le encanta. También de alguien que ama el cine y se preguntaba si la adaptación a un formato cinematográfico del juego funcionaría bien. Porque, reconozcámoslo, lo habitual es que al trasladar un videojuego a la pantalla los resultados suelan ser bastante mediocres.

No es el caso de The Last of Us. La adaptación es brillante, consiguiendo un perfecto equilibrio entre la narración en formato serial de la trama del original y los múltiples guiños a los jugadores. Porque si has jugado al videojuego reconocerás a este o aquel personaje, pero también esa llave inglesa o la forma de bloquear una puerta o saltar una valla. Creo que en este aspecto no me equivoco si digo que The Last of Us es la mejor adaptación de un videojuego que se ha hecho jamás.

Una producción a la altura

Algo que no es de extrañar, porque la serie cuenta con dos pesos pesados como showrunners. En primer lugar el propio Neil Druckmann, director, productor y escritor del videojuego para Naughty Dog. ¿Cómo no iba a ser The Last of Us la más fiel de las adaptaciones si has contado con el creador de la original? Y en segundo lugar está Craig Mazin, cuya anterior creación fue ni más ni menos que la maravillosa Chernobyl -también para HBO-.

Así que lo que nos encontramos en The Last of Us es una excelente producción, una escenografía impresionante que recrea los paisajes devastados del videojuego a la perfección. Por lo demás, no deja de ser una arquetípica apocalipsis zombie con claras influencias de otros relatos similares tales como Soy Leyenda de de Richard Matheson o La Carretera de Cormac McCarthy y sus subsiguientes adaptaciones a la gran pantalla.

El casting perfecto

Está claro que HBO ha invertido mucho en la serie. Pero un relato de este tipo no se sostendría si los protagonistas no estuvieran a la altura. Y es que Pedro Pascal en el papel de Joel y Bella Ramsey en el de Ellie están perfectos. Ambos son intérpretes con mucho carisma y consiguen transmitirlo a unos personajes complejos y de carácter fuerte que viven y se desarrollan en situaciones muy complicadas.

La fugaz polémica que hubo sobre el casting quedó disipada para siempre nada más ver el primer episodio. Y es que es cierto que Pascal y Ramsey no se parecen físicamente demasiado a los personajes del videojuego -en especial ella-, algo que se ha criticado mucho. Pero que funcionan a la perfección en pantalla y que el casting fue un rotundo acierto está fuera de discusión.

¿Demasiados flashbacks?

Según avanzan los capítulos de The Last of Us vamos pillándole el tono a la serie, y nos damos cuenta de que -en la línea del videojuego, que ya tenía de por sí un alto componente cinematográfico-, no va a ser un mata-mata de zombis, sino que se va a centrar mucho más en el desarrollo de los personajes. Tanto de los dos protagonistas, por supuesto, como de otros secundarios o incluso de personajes tangenciales que en algunos casos llegarán a ocupar episodios enteros.

Y es que en The Last of Us nos encontramos multitud de flashbacks que nos van dando contexto sobre la vida en este mundo postapocalíptico a través de las vivencias de sus personajes. Esto lo vemos en el aclamado tercer capítulo, donde la historia de Bill y Frank ocupa todo el episodio. Pero también, solo dos capítulos después, en el quinto, ocurre algo similar con la historia de Henry y Sam. El séptimo episodio es también casi en su totalidad un flashback sobre Ellie y Riley. A lo que hay que sumarle otros flashbacks más cortos salpicados aquí y allá a lo largo de toda la temporada.

Los capítulos rupturistas

Es un recurso habitual en las series el de el capítulo rupturista que te saca por completo de la trama, llevándote a otro tiempo y/o a otro lugar, para aportar cierta información hasta ahora desconocida que pone en contexto ciertos eventos ocurridos y lo prepara todo para el regreso de la trama principal y la apoteosis final. Es por ello que suele estar ubicado más allá de la mitad del arco principal, normalmente al final del segundo tercio, tras el planteamiento y el nudo, precediendo al desenlace.

Por el contrario, los capítulos rupturistas de The Last of Us -que son varios-, llegan muy pronto, duran demasiado, hacen añicos el ritmo narrativo de la historia y, lo peor, no aportan casi ninguna información a la trama principal más allá de dar un poco de contexto de cómo se vive en ese mundo apocalíptico a través de historias tangenciales anecdóticas y siempre melodramáticas.

El ritmo se resiente

En una temporada de nueve episodios, prácticamente la mitad de ellos consisten en flashbacks que se sacan del hilo principal. Por muy entrañable que sea la historia de Bill y Frank, nada justifica que dure un capítulo entero. Se podría haber contado igual de bien en mucho menos tiempo.

Y ese es el gran problema de The Last of Us. La serie empieza a lo grande, funciona como un tiro y tiene una escenografía y unos protagonistas espectaculares. Por lo menos durante los primeros episodios -incluido el tercero con su cambio de ritmo-. Pero a partir de ahí el nivel empieza a descender paulatinamente. Las situaciones se repiten, los flashbacks entorpecen y el interés del espectador va cayendo inevitablemente.

¿Y qué tal un poco más de acción?

A la serie le falta más acción. Se le ha criticado que, para ser una serie de zombis, hay poco enfrentamiento con estos. Y yo estoy de acuerdo. Es evidente y loable el tono que los productores han querido darle a The Last of Us para llevarla a otro nivel y que no sea el típico mata-mata. Pero entre una propuesta que encadene escena de violencia tras escena de violencia sin sentido -a lo John Wick, por ejemplo-, y una serie de zombis casi sin zombis tiene que haber un término medio. Y ese es el punto que The Last of Us no ha sabido o no ha querido alcanzar. Algún flashback menos y alguna escena de acción o terror más le habría venido muy bien.

El final de la temporada es satisfactorio -porque el del juego en el que se basa lo es-, a pesar de que evitan la epicidad que esperaríamos edulcorando el uso de la violencia con la cámara lenta. Aún así el resultado es muy bueno y hará las delicias de los fans del videojuego y de cualquier persona que ame las series de calidad. Así que ahora solo nos queda esperar a que se produzca la segunda temporada que, por supuesto, ya está confirmada.

The Last of Us
7.3 Puntuación total
Pros
- La excelente adaptación del videojuego, llena de referencias
- Las interpretaciones
- La espectacular escenografías
- El tono de la serie que evita ser un mata-mata y se centra en los personajes
Contras
- Los flashbacks, demasiados y muy largos
- Le falta acción con los zombis
Dirección
Guion
Arte
Actuaciones

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