El Camino: Una película de Breaking Bad, ¿era necesaria?
Netflix estrenó el pasado viernes 11 de octubre El Camino: Una película de Breaking Bad. Se trata, como bien saben los fans, de una película que es una secuela de Breaking Bad. En esta ocasión centrada en el personaje de Jesse Pinkman (Aaron Paul).
Últimamente hemos asistido al estreno de varias películas basadas en series que cumplían de alguna manera la función de cerrar algunos cabos que quedaron sueltos en su día. Ejemplos de esto son la película de Deadwood, que le daba un final a una serie que quedó inconclusa; o Downton Abbey, que incluso se estrenó en cines.
En esta ocasión El Camino: Una película de Breaking Bad nos relata la huída de Jesse Pinkman partiendo del instante en el que quedó la serie. Como si no hubiera pasado el tiempo asistimos al regreso tanto de este personaje como otros significativos que han formado parte del universo de Breaking Bad.
Por medio de flashbacks se nos relatan algunos momentos por los que pasó Jesse y que desconocíamos. A la misma vez, estos flashbacks sirven para resucitar momentáneamente a personajes que fallecieron. La lista de cameos no se olvida de casi ninguno. Todo ello dota a la película de un halo de nostalgia por una serie y unos personajes que ya pasaron a la historia.
Más allá de eso, ¿era necesaria? ¿Aporta algo nuevo? La respuesta a las dos preguntas es sencilla: desde luego que no. El Camino: Una película de Breaking Bad no hacía falta en absoluto. Se trata de un epílogo innecesario que no es más que un capítulo doble de Breaking Bad. Una serie, recordemos, que es de las pocas que tienen un final cerrado, digno y a la altura de lo que se esperaba de una serie de esa calidad.
La película solo funciona en el apartado nostálgico, y eso lo hace muy bien. Vince Gilligan se vuelve a poner a los mandos en el guion y la dirección y recupera todo el espíritu que hizo única a Breaking Bad. Están ahí todos los detalles, el humor fino y negro, las situaciones absurdas, etc. Cualquier fan de la serie original seguro que disfrutará de la película.
En cuanto a las actuaciones, a parte de la interpretación de Aaron Paul, que es exactamente como esperábamos; lo más interesante de El Camino es ver a Robert Forster en una de sus últimas apariciones en pantalla -si no la última-, ya que falleció el mismo día del estreno mundial de la película en Netflix.
Por lo demás, lo dicho, El Camino: Una película de Breaking Bad no aporta nada a una serie que ya quedó bien cerrada, ni tan siquiera aporta al personaje de Jesse Pinkman. Solo para incondicionales, como yo, que no se perderían nada que tuviera que ver con Breaking Bad.