Orígenes Secretos es una propuesta española que nos trae Netflix este final del verano. Escrita y dirigida por David Galán Galindo se trata de una revisión del mundo de los superhéroes desde un punto de vista cañí. Dicho así suena bastante original -con permiso de El Vecino-, la cuestión es si lo es de verdad y si llega a funcionar.
Bien, de originalidad nada, porque Orígenes Secretos es una mezcla entre Seven (1995) de David Fincher en la parte detectivesca que gira en torno al asesino en serie; y de El Protegido (2000) de M. Night Shyamalan en la parte del superhéroe. Los homenajes están bien hasta cierto punto. Pero en este caso son demasiado evidentes los referentes, hasta el punto de que todo resulta muy visto ya.
El protagonista es el joven y prometedor detective David Valentín (Javier Rey), el cual da el relevo en el departamento de policía al veterano Cosme (Antonio Resines). A ellos se les suman una serie de secundarios que acompañan a nuestro «héroe».
Por un lado tenemos a Jorge (Brays Efe), que hace el papel de «el compañero fiel». Un rol que no puede ser más arquetípico en el papel de friki de los cómics. Estos personajes tan estereotipados del tipo «el friki» o «el informático» pretenden ser graciosos, pero en realidad acaban resultando planos, simplones, obvios y sin la más mínima gracia. Son la solución fácil de un guionista perezoso que al final solo consiguen lastrar todo el conjunto.
Por otro lado tenemos a Norma (Verónica Echegui), la jefa de policía y superiora directa de nuestro protagonista. Este personaje, que es el de «la chica», es una mujer de armas tomar, lo que se agradece -por lo menos no es la chica tonta-. Pero su comportamiento resulta tan absurdo e incoherente que te saca completamente de la película. Que una propuesta tenga elementos fantásticos o disparatados en su premisa es habitual, pero si no van acompañados de un mínimo de verosimilitud todo queda reducido al puro disparate, como es el caso.
Pero David Galán Galindo no solo ha hecho un trabajo muy flojo con el guion, sino que la dirección de actores es espantosa. A Javier Rey lo hemos visto hacer un excelente trabajo como Sito Miñanco en Fariña, y a Brays Efe lo hemos visto desarrollar todo su carisma como actor en Paquita Salas y, recientemente, en la estupenda Por H o Por B. Sin embargo, bajo la dirección de Galán, ambos parecen actores de tres al cuarto que no saben ni vocalizar. Un desastre.
Solo se salvan Antonio Resines haciendo de Antonio Resines -este por los pelos-, y Ernesto Alterio, que es un actor como la copa de un pino y es capaz de salir airoso de casi cualquier entuerto.
Orígenes Secretos tiene una duración de apenas 90 minutos -quitando los títulos de crédito, ni siquiera llega a eso-, sin embargo se hace larga, muy larga. El ritmo es plomizo y no consigue en ningún momento hacer despegar a esta comedieta mezcla de géneros y estereotipos.
En definitiva, Orígenes Secretos es una mezcla de buenas ideas tomadas de otros clásicos del cine y pasadas por el tamiz de una producción cutre «a la española». Quizá en manos de otro director el resultado podría haber sido mucho más fresco y original, pero David Galán Galindo fracasa estrepitosamente como director.
- La dirección de actores
- El ritmo