Los Dos Papas, una película cobarde y una oportunidad perdida
Los Dos Papas es una película del brasileño Fernando Meirelles para Netflix que ha tenido bastante repercusión debido a su temática. Incluso está nominada en los premios Oscars en las categorías de mejor actor, mejor actor secundario y mejor guion adaptado.
Los Dos Papas trata de unos supuestos encuentros entre Joseph Ratzinger, el entonces papa Benedicto XVI, y Jorge Bergoglio, el actual papa Francisco. Todo transcurre en Roma en los días previos a la renuncia de Ratzinger y la posterior elección de Bergoglio como su sucesor.
Cuando uno ve Los Dos Papas todo está enfocado para dar una apariencia de veracidad, a lo que ayuda la inserción de muchas imágenes reales de archivo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Más allá de los hechos históricos públicos, lo cierto es que los encuentros y las conversaciones que se narran en la película nunca ocurrieron.
Entonces, ¿para qué contar algo que nunca pasó como si estuviera basado en hechos reales? Pues mucho me temo que para hacer que el espectador se confíe, piense que está viendo algo fundado en hechos, objetivo, y se acabe tragando una película de pura propaganda vaticana.
Porque lo que el film pretende de una forma bastante burda es blanquear la imagen de ambos papas. Mientras pasean por el jardín, ven fútbol en la tele y comen pizza, la película de Meirelles pasa de puntillas por el escándalo del «Vatileaks» sobre el mayordomo de Ratzinger, los abusos sexuales a niños y la ocultación de los mismos por la Iglesia, y el pasado nazi del papa emérito solo se menciona de pasada.
Los Dos Papas se centra más en la historia de Bergoglio. Al fin y al cabo es el papa actual y el que más interesa redimir de su oscuro pasado como colaborador con la dictadura argentina de Videla. Para ello recurre a extensos flashbacks donde cuenta su historia desde un punto de vista muy benevolente, con la clara intención de blanquearla.
En cuanto a la cuestión técnica, Los Dos Papas es de lo peor que he visto en mucho tiempo. Nada que ver con otras producciones de Netflix de calidad como El Irlandés o Roma. En este caso se trata de una TV Movie con los recursos de TV Movie y la realización de una TV Movie. Encuadres absurdos, abuso de primeros planos sin sentido alguno y en algún momento hasta recurre al uso del zoom. ¡El zoom!
Fernando Meirelles saltó a la fama al dirigir la interesante Ciudad de Dios (2002), pero después de eso realizó algunas películas bastante mediocres, como El Jardinero Fiel (2005) y la adaptación del libro de José Saramago Ensayo Sobre la Ceguera que se tituló A Ciegas (2008). Desde entonces hasta ahora le había perdido la pista al director brasileño, y creo que voy a seguir así un tiempo más.
Lo mejor de Los Dos Papas son las interpretaciones de sus dos actores principales. Anthony Hopkins está tan correcto como cabe esperar de él. Demasiado encantador para encarnar al personaje que representa, y al cual su sola presencia ya contribuye a blanquearlo. Mucho mejor está Jonathan Pryce, el verdadero protagonista de la película. Tanto es así que en muchas ocasiones parece que estamos viendo al auténtico Bergoglio.
En definitiva, Los Dos Papas es una película muy mediocre tirando a mala, con una dirección lamentable por parte de Meirelles. Pero lo peor es lo tramposa que es. Es injustificable que se nos intenten colar como hechos reales cosas que nunca pasaron para dar una imagen de ambos papas y de la Iglesia Católica muy descafeinada.
Una película cobarde y una oportunidad perdida de hacer un auténtico análisis crítico de dicha institución y sus representantes en la Tierra.
- Su intención de blanquear hechos injustificables
- Técnicamente es una TV Movie