¿Es The Creator la película de ciencia ficción que estábamos esperando?

The Creator ha llegado esta semana a las salas de cine precedida de una expectación enorme al ser aclamada por parte de la crítica como una de las mejores películas de ciencia ficción en años. El hecho de estar dirigida por Gareth Edwards, quien venía de dirigir Rogue One: Una historia de Star Wars (2016) -sin duda una de las más exitosas de la mediocre saga de Star Wars-, solo ha servido para aumentar todo el hype que había en torno a esta película.

En un futuro distópico, las inteligencias artificiales se rebelan contra la humanidad, lo que da pie a una guerra entre humanos e IA. En este contexto la clave de todo estará en manos de una pequeña niña robot. Suena bien, ¿verdad? El debate sobre la inteligencia artificial no puede estar más de moda gracias a la irrupción de Chat GPT y otras IA LLM. Y esta vez en serio, ese futuro ya está aquí, y no como en otras historias de ciencia ficción como SkyNet en Terminator.

Por desgracia todo en The Creator es un despropósito. Uno no tarda mucho en darse cuenta que no estamos ante una cinta de ci-fi de calidad, sino en un batiburrillo que bebe de multitud de clásicos del género, pero sin una dirección clara y, desde luego, desaprovechando por completo todo lo que podría dar de sí el debate sobre las inteligencias artificiales.

En The Creator encontramos referencias a Interligencia Artificial (Steven Spielberg, 2001), a la saga Terminator de James Cameron -y también a Aliens (1986), y su forma de retratar a los soldados de asalto que tanto daño ha hecho en el cine posterior-, a Akira (1988)y hasta a Apocalypse Now (1979), por nombrar solo unas cuantas. Es abrumador, ¿verdad?

Pues todo para un guion absurdo en el que unos personajes planos van de aquí para allá tomando decisiones sin sentido en el contexto de la trama. Porque el guion tiene más agujeros que un queso gruyer. Eso es algo que te puedes permitir en una película de superhéroes que no se toma en serio a sí misma. Pero no en la película de ciencia ficción de la década que se suponía que era la antítesis de MCU o de las películas de DC.

Aún sí, si fuéramos generosos, podríamos perdonárselo si la película funcionase. Pero The Creator carece por completo de ritmo, emoción e interpretaciones decentes. La ya de por sí extensa duración de la película se hace aún más larga para el espectador que no sabe a dónde le va a llevar todo esto.

El trabajo en la dirección de Gareth Edwards deja mucho que desear. No sabe aprovechar los momentos más tensos para transmitirle esa tensión al público, que ve venir con demasiada antelación lo que va a ocurrir y asiste apático a la resolución de las secuencias. Por otro lado, las escenas más pretendidamente emocionales quedan en realidad impostadas al no estar bien construidas previamente, cayendo en el melodrama facilón.

No todo es malo en The Creator. Los efectos especiales son impresionantes. Y mejor aún lo que no son FX. Ya que el haber rodado la película en localizaciones reales y no todo sobre pantalla verde le otorga una textura que se agradece en estos tiempos donde todo es CGI.

También me gustó especialmente el enfoque antiimperialista del guion y la caracterización de las IA. Una pena que no se profundice en nada de eso. Y una pena también la banda sonora de Hans Zimmer, absolutamente rutinaria y anodina. Si no te nombran al compositor ni te das cuenta que es suya.

The Creator al final resulta ser una entrega más de la saga Star Wars -si te fijas bien y cambias la Nomad por un destructor imperial ahí lo tienes- reconvertida en película de ci-fi sin alma ni ninguna idea nueva que aportar. Desde luego no está a la altura de toda la expectación que ha provocado y, en cierta manera, trunca la carrera de Edwards que tan bien encarrilada estaba tras Rogue One, y que ahora ha demostrado ser un director y guionista muy mediocre.