Brooklyn: una fábula que es más de lo que parece
Brooklyn acaba de triunfar en los BAFTA al ganar el premio al mejor film británico. Bueno, teniendo en cuenta que el mejor film británico, y el mejor en general, de este año quizá sea la película Carol de Todd Haynes, es un poco exagerado. Pero aún así me alegro de que propuestas como esta sean bien valoradas.
Brooklyn es una película pequeña en comparación con otras grandilocuentes superproducciones como El Renacido. Pero eso no le ha impedido ser nominada en la categoría de mejor película en los Oscars. Y es que a veces menos es más. Yo personalmente agradezco la honestidad de un film que, despojado de parafernalia innecesaria y de forma clara y directa, nos cuenta una historia. Que no es poco.
Y esa historia es la de Eilis Lacey (Saoirse Ronan), una joven irlandesa que a mediados del siglo pasado se ve obligada a emigrar a Estados Unidos en busca de un futuro del que carece en su tierra natal debido a las dificultades económicas.
Pero más allá de la superficie del drama sobre la emigración y la trama romántica, en Brooklyn de lo que realmente se trata es del crecimiento personal, de alcanzar la madurez a través de las decisiones tomadas, por más difíciles que estas sean. Se trata una hermosa fábula sobre la emancipación.
El director John Crowley se mueve peligrosamente y en un arriesgado equilibrio en el filo del melodrama. El abuso de la cámara lenta y una banda sonora bastante ñoña y, a veces, cargante, hace pensar que en cualquier momento Brooklyn va a descarrilar en la pura sensiblería. El «buenrollismo» general de la película, junto con la historia de amor, no ayudan precisamente a pensar que pueda ser de otra forma.
Sin embargo Brooklyn no solo no se precipita al vacío del melodrama, sino que finalmente remonta llegando a ser una película con mucho más trasfondo del que pueda parecer al principio. Incluso es capaz de tener en vilo al espectador y conseguir conmoverlo.
Buena parte del mérito lo tiene Saoirse Ronan en su papel de Eilis. Cada plano en el que sale ilumina la pantalla en una estupenda interpretación que es el centro de la película. Muy merecida su nominación a los Oscars como mejor actriz y, aunque creo que no está a la altura de Cate Blanchett en Carol, desde luego Brooklyn va a lanzar la carrera cinematográfica de esta chica que ya vimos protagonizando Hanna y The Lovely Bones.
El apartado técnico es bueno en cuanto a fotografía, escenografía y vestuario de época. Me creo el contexto en su sencillez, que es lo importante. Solo me chirrían, como ya he dicho, el exceso de cámara lenta y, a ratos, la banda sonora. Pero esas pegas nunca llegan a pasarse de la raya ni desmerecen el conjunto.
Me ha gustado Brooklyn. Me gusta lo que cuenta y cómo lo cuenta. A veces una historia sencilla, recta, con estructura clásica y bien intencionada como esta puede dar en el clavo. De lo mejor que he visto este año. Absolutamente recomendable.
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