El gran estreno de la semana en cines comerciales ha sido Alita: Ángel de Combate. Una superproducción dirigida por Robert Rodríguez y producida por James Cameron, con guion de ambos junto a Laeta Kalogridis.
Se trata de un remake del mediometraje japonés de anime homónimo: Alita: Ángel de Combate (Gunnm, 1993). A su vez, ambas son la adaptación cinematográfica de un aclamado manga.
Era inevitable que esta película llegara a los cines después de la decepcionante adaptación de Ghost in the Shell (2017) de la que ya hablé aquí. Y es que cuando en Hollywood se carece de ideas y el filón de los cómics de Marvel y DC empieza a agotarse, lo que toca es recurrir al manga japonés.
Alita: Ángel de Combate es un encargo que James Cameron le hace a Robert Rodríguez, y la verdad es que este se limita a hacer una dirección rutinaria. La verdad es que si la hubiera realizado cualquier otro director en nómina de Hollywood no se habría notado la diferencia.
La películas nos narra la historia de Alita, un ciborg con aspecto de niña angelical que es recogido de un vertedero por Ido (Christoph Waltz), un médico que la repara y la cuida como a una hija. Pero, por supuesto, Alita es mucho más que una niña y, aunque no recuerda nada de su pasado, poco a poco iremos viendo de lo que es capaz.
La premisa es ideal para una película de aventuras y acción fantástica adolescente y eso es justo lo que es Alita: Ángel de Combate. Hay algún momento chungo en la película en el que se puede entrever que el manga original es mucho más oscuro y complejo. Pero lo cierto es que Cameron y Rodríguez se esfuerzan en que el conjunto no pase de ser un entretenimiento para toda la familia.
Como tal la película funciona bastante bien, y sin duda un público juvenil -o no tanto- la disfrutará seguro. En mi caso se me hizo un poco larga a pesar de que su duración es de apenas dos horas.
También el guion tiene algunos agujeros con escenas que no vienen a cuento o que no tienen coherencia interna. Algo que a mí me saca de la película pero que otro tipo de público seguro que no tendrá problemas en perdonar.
El punto fuerte de Alita: Ángel de Combate es sin duda el aspecto técnico. No podemos olvidar que estamos hablando de una producción de James Cameron. El personaje de Alita es interpretado por Rosa Salazar, pero lo que nosotros vemos en pantalla es un CGI de ojos enormes que casi parece una persona real. Un trabajo excelente a la altura de lo que esperamos de una superproducción de este tipo.
Aunque para mí lo más interesante de la película es la ambientación en ese futuro distópico mezcla entre Blade Runner y la estética ciberpunk de la década de los 90. No faltan tampoco algún que otro robot muy al estilo de los que a James Cameron le encanta meter en todas sus películas. Por ponerle alguna pega, le falta un punto de oscuridad, más en la línea de cómo se hacía en los años 80.
En cuanto a los actores y actrices, acompañan a Alita el ya mencionado Christoph Waltz y Jennifer Connelly. También podemos ver como uno de los villanos a Mahershala Ali, de actualidad por protagonizar Green Book (2018) -candidata al Oscar a mejor película-, y al que también vimos en Luke Cage. Además de un cameo de Eduard Norton. Todas ellas actuaciones de relleno en una producción donde lo que más importa son los efectos visuales.
Alita: Ángel de Combate está siendo un éxito de taquilla, lo que nos garantiza que habrá segunda parte, ya que queda todavía mucho manga por adaptar. Como entretenimiento es resultón, así que si os gustan este tipo de cosas no dudéis en ir a verla.
- Al ambientación distópica
- Dirección impersonal