La Zona de Interés y el horror fuera de plano

Jonathan Glazer es un director con una larga trayectoria en vídeos musicales pero con una corta filmografía, de la cual la película más destacable es Under The Skin (2013), protagonizada por Scarlett Johansson. En esta ocasión nos presenta La Zona de Interés, un drama sobre el Holocausto desde un interesante punto de vista.

Sobre la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto hemos visto una infinidad de películas cada una con distintos enfoques. Desde obras maestras como La Lista de Schindler (Stephen Spielberg, 1993) hasta la tragicomedia La Vida es Bella (Roberto Benigni, 1997), pasando por joyas como El Hijo de Saúl (László Nemes, 2015) y su radical ejercicio de estilo, por nombrar solo tres.

En La Zona de Interés, Glazer adapta el libro de Martin Amis en el cual se nos relata la vida de Rudolf Höss y su familia. Höss es el comandante del campo de Auschwitz y del exterminio de los judíos que eran enviados allí. Sin embargo, el director no nos muestra los horrores que están ocurriendo en el campo de concentración, sino que lo que vemos es la vida bucólica de la familia Höss en la casa en la que habitan junto al muro que los separa del campo.

El horror en La Zona de Interés está más en lo que no vemos -pero sí oímos, y por lo tanto intuimos-, que en lo que se nos muestra en el plano. En ese sentido, tiene mucho que ver con la mencionada El Hijo de Saúl. En aquella nos centrábamos en un preso judío, con la cámara siguiéndole a todas partes con un plano muy cerrado que impedía ver lo que estaba ocurriendo alrededor. En la película de Glazer nos centramos en Höss y su familia, y solo intuimos lo que ocurre en los márgenes del plano y por aquello que oímos.

Pero en ambas la sensación en muy similar. A veces no mostrar directamente el horror es mucho más aterrador, porque lo que somos capaces de imaginar puede ir mucho más allá y ser más escalofriante de lo que el director pueda llegar a mostrarnos.

Quizá lo más impactante de La Zona de Interés es lo terriblemente actual del discurso. Cómo las personas son capaces de ignorar el sufrimiento de los demás sin la más mínima empatía y humanidad. Cómo son capaces de mirar hacia otro lado si les interesa, aunque el horror esté pasando delante de sus narices.

Mientras veía la película no podía evitar pensar en lo que está sucediendo ahora mismo en Palestina. Cómo los colonos celebraban un festival de música como si nada a escasos metros del muro que los separaba de la Franja de Gaza, el mayor campo de concentración del mundo. Cómo los colonos hacen vida normal en los territorios arrebatados a los palestinos, mientras estos son hacinados en guetos y tratados como si no fueran seres humanos. Y todavía se llama «terroristas» a las víctimas y «víctimas» a los sionistas que están cometiendo el genocidio.

La Zona de Interés tiene esa capacidad de removernos por dentro sin ser explícita en casi ningún momento. Cuanto más cotidiana, tranquila y feliz es la vida de los protagonistas, más terrible es lo que sentimos. No cabe duda que la labor de Glazer en la dirección es sobresaliente y que consigue con creces su objetivo.

Christian Friedel encarna a Rudolf Höss en una interpretación bastante contenida. Mientras es un hombre tranquilo en su entorno familiar, también vemos que es implacable y escalofriantemente efectivo en su trabajo de exterminio. Sandra Hüller es Hedwig, la esposa de Höss que ha conseguido llevar la vida que siempre ha querido y a la que no quiere renunciar. Otra estupenda interpretación de Hüller, a la que también hemos visto hace poco en la flojísima pero premiadísima Anatomía de una Caída (Justine Triet, 2023).

Mención especial merece el uso del sonido, al que han nominado en dicha categoría en los Óscars, y con razón. De hecho, es más fundamental en La Zona de Interés es lo que ocurre fuera de plano que lo que ocurre dentro de él. Y esa información nos llega casi en exclusiva por el sonido. Además, la música ayuda en ciertos momentos a generar la tensión necesaria para que no podamos sentirnos nunca cómodos con lo que está ocurriendo en pantalla.

La Zona de Interés es sin duda una de las películas del año, excelentemente dirigida por Jonathan Glazer. No os la perdáis.

La Zona de Interés
8 Puntuación total
Pros
- Lo que consigue removernos con lo que se insinúa, más que con lo que se muetra
- Lo actual del discurso
- El sonido
Contras
- No se me ocurren
Dirección
Guion
Arte
Actuaciones

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.