Ricky Gervais saca su corazoncito en After Life
El humorista británico Ricky Gervais ha presentado recientemente en Netflix su nueva miniserie After Life. A Gervais lo conocemos por ser el creador de la serie The Office (2001) que triunfó en el Reino Unido, y más aún después en todo el mundo con su versión americana protagonizada por Steve Carell.
Después de eso su humor irreverente ha seguido más o menos la misma línea, pero con muchos altibajos. Desde la serie Extras (2005), donde la gracia estaba en los cameos de famosos, hasta Dereck (2013), pasando por Life’s too Short (2011) protagonizada por Warwick Davis -el enano de Willow-. Aunque para mí lo mejor que ha hecho Ricky Gervais en los últimos años son las hilarantes presentaciones de las galas de los Globos de Oro, donde no dejaba títere con cabeza.
Ahora con After Life, vista la reacción de la crítica y el público, parece que Gervais se ha reconciliado con todo el mundo al aunar en esta miniserie de seis episodios comedia y drama.
La premisa parte de Tony (Ricky Gervais), quien pierde a su mujer de la que estaba perdidamente enamorado por una enfermedad. A partir de ahí Tony pierde el interés por la vida, lo que lo convierte en un cínico sin nada que perder.
Por supuesto es la excusa perfecta para que Gervais pueda hacer un repaso a los temas que son marca de la casa. Un desfile de frikis pueblerinos son el objeto de las burlas de Gervais, algo muy en su estilo. Aunque también hay sitio para temas más profundos, como el amor, la religión, la familia, las drogas, etc.
Me gustaría que esta fuera una buena crítica, porque de verdad que me cae simpático Ricky Gervais. Pero por mucho que preferiría que me hubiera gustado más, lo cierto es que After Life -al igual que sus otras propuestas recientes- se me queda corta, a medio camino de todo.
La parte dramática de la mujer muerta no funciona en absoluto. Quiere dotar al personaje de corazoncito, pero resulta demasiado melodramática para ser creíble, emocionar o hacer gracia -sea lo que sea lo que pretende-.
La parte cómica es un refrito de otros chistes que ya le hemos visto antes, con menos mala baba y más previsibles. De hecho el desarrollo de la trama es de lo más decepcionante.
Dicho todo esto, puede que After Life sea lo mejor que ha realizado Ricky Gervais desde Life’s too Short, que esa sí que era divertida e irreverente -teniendo a un enano como protagonista y conociendo el humor de Gervais os lo podéis imaginar-.
After Life se deja ver y, si sois fans del cómico británico, os gustará. Sino, yo mejor empezaría por ver The Office.