Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina, un entretenimiento poco entretenido
Este Halloween nos llegaron varias películas y series de suspense, terror o, en general, relacionadas con la fiesta de las calabazas. Ya hablé aquí de la estupendísima La Maldición de Hill House (¿a qué esperáis a verla?). Pero hoy le toca el turno a otra de las propuestas estrella de Netflix para la ocasión. Hablo, cómo no, de Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina.
Se trata de una nueva adaptación del cómic del mismo título y que ya contó con otra famosa serie televisiva de mucho éxito entre el público adolescente. (A mí me encantaba el gato de cartón piedra, para qué negarlo)
En esta ocasión la propuesta promete ser mucho más oscura y adulta que su predecesora. Al menos estéticamente, porque os digo ya que no lo es. A partir del tercer capítulo queda evidenciado que se trata de una serie para público juvenil del montón. Lo que es una lástima, porque podría haber potencial, pero el argumento y el guion dejan mucho que desear.
Lo mejor de Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina es sin duda la factura técnica, en especial la fotografía. Los colores saturados son la seña de identidad de la serie, además de unos desenfoques muy marcados de evidente factura digital. Es cierto que la fotografía potencia mucho algunas escenas, como son las que transcurren en el bosque.
El resto es un quiero y no puedo que puede que haga las delicias de un público joven poco exigente. ¿Por qué no? El público juvenil también tiene derecho a tener sus series. Pero por lo demás esta no es una serie para quien espere algo de chicha.
Se ha hablado mucho en las redes sobre el tema del supuesto feminismo de Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina. No sé a qué viene tanto revuelo, ya que la serie no es en ese aspecto para tanto. Más allá de que la protagonista es de carácter fuerte y no se quiere dejar llevar por el destino que le espera, no he visto un especial alegato feminista y sí muchos clichés de instituto.
Sea como sea siempre se agradecen personajes femeninos fuertes en roles protagonistas. Está claro que en los tiempos del #MeToo algo está cambiando, y eso está bien.
Quizá lo más interesante de Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina sea los homenajes que hace a varios clásicos del terror, como por ejemplo Pesadilla en Elm Street o Cementerio de Animales de Stephen King. Si prestáis atención seguro que encontráis muchas más referencias.
En cuanto a elenco no hay nada muy destacable. Kiernan Shipka hace un trabajo correcto como Sabrina y Lucy Davis también como la tía Hilda. Lo mejor es volver a ver en pantalla a nuestra querida Eowyn –Miranda Otto-, en esta ocasión en el papel de la estricta tía Zelda.
En definitiva, Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina se trata de un entretenimiento poco entretenido exclusivo para Halloween. Si te da lo mismo ocho que ochenta puede ser una opción, si eres más exigente te lo digo otra vez: La Maldición de Hill House.