Dark, confusa propuesta sobre viajes en el tiempo

En diciembre del año pasado Netflix estrenó una de las series que más han dado que hablar últimamente. Me refiero a la alemana Dark. Una serie oscura sobre desapariciones y viajes en el tiempo que, dada su intrigante premisa, tiene a priori todos los elementos para convertirse en una serie de culto.

Dark es una serie del tipo «Te-Tiene-Que-Gustar«. Muy influenciada por Stranger Things, la serie alemana recurre también al misterio de la desaparición de un niño y a la nostalgia ochentera. Además añade el elemento de los viajes en el tiempo, lo que a quienes nos gusta ese tipo de fantasías nos encanta. Completa la estampa el tono oscuro de la serie -más allá del propio título-, en especial gracias a una buena fotografía, oscura y fría, muy propia de las producciones nórdicas.

No es de extrañar que a cierto tipo de público -entre los que en principio yo me incluiría- Dark le esté pareciendo una serie estupenda. Porque, como decía antes, te tiene que gustar ya que contiene todos los elementos para que eso esa así.

Sin embargo, y por desgracia, la serie es un completo desastre, y cada vez se está dando cuenta más gente. La palabra que define a Dark es «confusa». Y pretenciosa. La verdad es que en realidad la historia que cuenta no es tan complicada -de hecho se ve venir casi desde el principio-.

No, no es ese el problema. El problema es la narrativa que resulta artificialmente rebuscada. Los guionistas parecen querer decirnos: «mirad qué trama más interesante y compleja nos hemos currado«. Pero lo cierto es que el público al final está más preocupado en no perderse entre los múltiples personajes -en las distintas épocas- que en disfrutar de la trama y el misterio.

Es verdad que las películas y series que se basan en viajes en el tiempo tienen esa tendencia a la confusión. Pero nada tiene que ver Dark con otros antecedentes como la divertidísima Regreso Al Futuro (Robert Zemeckis, 1985) o, aún mejor, la estupenda -y también muy enrevesada- Primer (Shane Carruth, 2004).

Dark empieza bien. Sus primeros capítulos son oscuros y misteriosos, lo cual funciona a la hora de captar la atención y la curiosidad del público. Pero pronto se le ven las costuras: personajes que no pintan mucho, o nada, en la historia principal; efectos de sonido y música para generar tensión donde no la hay, etc.

A partir del tercer capítulo la serie cae en barrena y se vuelve confusa hasta decir basta. Dark es uno de los peores guiones que he visto en mucho tiempo por la pretenciosa y deliberada confusión que pretende generar en el público.

Si le pones interés conseguirás no perderte, por supuesto -recomiendo verla con papel y lápiz-. Pero la cuestión ya no es esa, sino si merece la pena. Cuando te aproximas al final de Dark la verdad es que ya no te importa realmente qué pase o deje de pasar a esos personajes en ese batiburrillo de saltos temporales.

Soy duro porque Dark lo merece. Se trata de una serie con muchos elementos para que guste, pero es a la vez uno de los guiones peor ejecutados que he visto en mucho tiempo. No basta con que nos den unas buenas ideas de partida, también es importante que no nos tomen por tontos.

Yo no la disfruté en absoluto y dudo que le dedique ni un solo minuto a la segunda temporada.