Black Mirror temporada 5: corta pero igual de mala
Este mes Netflix ha estrenado la quinta temporada de Black Mirror. Al final me animo a ver estas cosas, aunque no sé por qué, ya que sé lo que me espera. Debe ser algún tipo de mezcla entre masoquismo y presión social. Por lo menos habiéndola visto puedo decir con argumentos por qué esta serie me parece tan absurda y sobrevalorada desde la primera temporada. Podéis encontrar la crítica de la cuarta es este enlace.
Pero no todo es malo en esta quinta temporada de Black Mirror. La buena noticia es que son solo tres episodios, así que si la veis solo habréis perdido poco más de tres horas de vuestra vida. Ya depende de cómo valoréis vuestro tiempo.
Vamos a repasar cada capítulo.
5×01 Striking Vipers
Una ocurrencia estirada a capítulo de más de una hora. Como todo en Black Mirror parte de una premisa fantástica que podría ser interesante, pero el desarrollo es lamentable. Cualquier expectativa que se pudiera albergar al comienzo del episodio se desploma a los veinte minutos y ya uno solo espera que acabe cuanto antes.
Striking Vipers parece plantear una reflexión interesante sobre las relaciones sexuales. Por medio de un mundo virtual los personajes se deshiniben de prejuicios sociales y pueden ser ellos mismos -en este caso respecto al sexo-. Existe una homosexualidad latente entre los dos amigos protagonistas y esta se resuelve en el juego que da nombre al capítulo. Pero lo cierto es que en él eligen roles heterosexuales, con lo cual cualquier interés queda diluído.
Lo dicho, una ocurrencia sin demasiado fuste.
5×02 Añicos (Smithereens)
En Añicos le toca el turno a las redes sociales. De hecho no disimulan en absoluto las referencias a Facebook. El episodio comienza como un thriller para desembocar en un melodrama de lo más ridículo con el que me es imposible empatizar lo más mínimo. El mensaje anti redes sociales es bochornoso, así como todo el discurso del protagonista y del CEO de la empresa. En esta ocasión el guion de Charlie Brooker -responsable de todos los guiones de Black Mirror– no llega ni a ocurrencia.
Lo mejor del capítulo es la interpretación de Andrew Scott, al que conocemos por haber sido Moriarty en Sherlock. Aunque a mí su histrionismo no me gustaba entonces y tampoco me gusta en este capítulo, donde hace casi el mismo papel pasado de vueltas.
Un capítulo sin interés y olvidable.
5×03 Rachel, Jack and Ashley Too
El tercer y último episodio de esta temporada cuenta con la presencia estelar de Miley Cyrus, la cual prácticamente se interpreta a sí misma: Ashley O, una estrella de pop juvenil presionada por su familia para ser la niña perfecta, pero que al final rompe con ellos para seguir su propia carrera.
El aspecto fantástico viene dado por la muñeca robot Ashley Too -alter ego de la estrella Ashley O-; la moraleja es una simplona reflexión sobre la ambición en el show business a la altura de lo que nos tienen acostumbrados en Black Mirror.
Este capítulo es de los tres el que tiene peores críticas, sin embargo a mí es el que me ha caído más simpático por comparación -que no es decir mucho-. Rachel, Jack and Ashley Too cuenta una historia más directa y menos pretenciosa que los anteriores, y a mí eso en el contexto de una serie que en general me parece una enorme tomadura de pelo me parece positivo. El papel secundario del padre con su empresa antiplagas de roedores y sus investigaciones me ha resultado también muy simpático.
Quizá también haya contribuído a mi valoración el hecho de que las dos canciones que canta Ashley O en el episodio son versiones pop de temas de Nine Inch Nails. En concreto On A Roll es una versión de Head Like A Hole y Right Where I Belong de Right Where It Belongs. Por no hablar de que al final Miley Cyrus, en esta ocasión en el papel de Ashley Fucking O, interpreta Head Like A Hole con la letra original en versión grunge.
Que este episodio se deje ver no significa que sea bueno, como nada en Black Mirror. Pero por lo menos así termino este post diciendo algo positivo para que no me llamen hater. 😉