Aniquilación, un original de Netflix de ciencia ficción con Natalie Portman
Una de las últimas películas estrenadas directamente en Netflix ha sido Aniquilación, dirigida por Alex Garland y protagonizada por Natalie Portman, Óscar Isaac y Jennifer Jason Leigh.
La cinta ha vivido un proceso similar a otros recientes fracasos que han acabado publicándose directamente en la plataforma de vídeo bajo demanda. Los estudios la descartan porque no confían en la calidad final del producto, Netflix compra los derechos a ver qué saca y, como es de esperar, se estrella con todo el equipo. Ejemplos actuales de esto han sido Mute (Duncan Jones, 2018) y especialmente The Cloverfield Paradox (Julius Onah, 2018).
Sin embargo el caso de Aniquilación es diferente ya que viene precedida por muy buenas críticas y cuenta con la dirección de Alex Garland. Este es el segundo largometraje de Garland, su ópera prima fue Ex Machina (2015), una película normalita pero que obtuvo muy buena acogida y que como debut no estaba mal. Además sirvió de trampolín para la carrera de la estupenda Alicia Vikander que nos encandiló en La Chica Danesa.
Aniquilación, al igual que Ex Machina, es una película de ciencia ficción que nos relata la expedición de un grupo de mujeres hacia una zona donde están ocurriendo fenómenos extraños de origen extraterrestre. Qué habrá más allá y qué es lo que está ocurriendo es el leitmotiv con el que se pretende enganchar al espectador.
La idea de partida de Aniquilación es buena, y se agradecen películas de ciencia ficción de este tipo, que insinúan más que muestran y que dejan que el público reflexione sobre lo que está viendo. El problema es que, al igual que le ocurrió a Garland con Ex Machina, la ejecución y el ritmo de Aniquilación no están todo lo bien conseguidos que deberían. Además la mezcla de géneros, con elementos de terror que no sé yo si vienen mucho a cuento, no ayudan a corregir la dispersión de la cinta.
No cabe duda de que Alex Garland es un gran fan de Andrei Tarkovski. Porque Aniquilación es básicamente una versión moderna, cutre y descafeinada de Stalker (1979). Además contiene algún que otro elemento que no puede evitar recordar a Solaris (1972), también del mismo director soviético.
Aunque es de agradecer una película cuyos papeles protagonistas sean casi por completo encarnados por mujeres –Aniquilación pasaría el test de Bechdel-, por desgracia las actuaciones no son nada del otro mundo. Natalie Portman está completamente desperdiciada, aunque correcta. Al igual que Jennifer Jason Leigh, a la que recientemente hemos visto vivir momentos mejores, como en Los Odiosos Ocho de Tarantino. Óscar Isaac tiene un papel más anecdótico y no aporta mucho, un personaje bastante plano, al igual que a los que nos tiene acostumbrados en su papel de Poe Dameron en las últimas entregas de Star Wars.
La producción y los efectos especiales son los propios de una TV movie. Por lo tanto es lógico que el estudio la rechazase para estrenarse en cines. Sin embargo para su publicación en Netflix es perfecta. Una película modesta pero resultona y, en especial, diferente. Algo que los amantes de la ciencia ficción sin muchas pretensiones puedan disfrutar. Y lo que también es importante: esta vez no ha supuesto un estrepitoso fracaso para Netflix, como tantas otras películas.
La verdad es que se le dió mucho bombo en su estreno, y una vez vista, personalmente, le veo potencial, aunque se queda un poco en mejunje… Buena crítica.