Con la excusa de que Woody Allen ha cumplido 80 años este mes de diciembre continúo con los artículos dedicados a repasar su carrera. Anteriormente he escrito sobre los años 70 y los años 80 respectivamente -más o menos-, así que ahora tocan los años 90.
Tercera etapa. 1993-1999. La época dorada.
Si habéis leído el artículo anterior, lo dejamos en la película «Maridos y Mujeres«, una comedia bastante pesimista sobre las relaciones matrimoniales. Y es justo en este momento cuando se produce el gran escándalo en la vida personal de Woody Allen.
Su pareja Mia Farrow descubre en posesión de Allen unas fotos de su hija adoptiva Soon Yi desnuda. Esto produjo la separación abrupta entre Farrow y Allen en medio de un gran escándalo. Con posterioridad Woody Allen hizo pública su relación con Soon Yi cuando él tenía 56 años y ella 20. Relación que se mantienen hasta la actualidad. Contrajeron matrimonio en 1997.
La ruptura con Mia Farrow también afectó a su cine, ya que ella protagonizaba todas las películas de Woody Allen desde hacía una década. Y el siguiente film planificado no era una excepción. Allen tuvo que correr para buscar una actriz sustituta, y para ello recurrió también a otra de sus musas: Diane Keaton. Lo que sin duda fue un acierto, ya que tengo que confesar que Keaton me parece mucho mejor actriz que Farrow.
El resultado fue «Misterioso Asesinato en Manhattan» (1993), una de las películas más redondas y divertidas de su carrera. La pareja Allen-Keaton vuelve a funcionar a la perfección en pantalla con una química indiscutible. El argumento de una pareja de neoyorquinos de mediana edad que se involucran a investigar lo que parece un misterioso asesinato, le sirve a Allen para hacer una gran cantidad de chistes de calidad desternillantes. La presencia de secundarios a la altura de Alan Alda o Anjelica Huston convierten la película en redonda. Otra para el Top 5 de su carrera.
Esta etapa no puede empezar mejor, y de hecho así continúa con «Balas sobre Broadway» (1994). Esta comedia divertidísima y muy original nos cuenta las peripecias de un escritor de teatro que pretender triunfar en el Broadway de los años 20. De los mejores guiones de Allen y la primera comedia que no protagoniza él mismo. Anteriormente ya se había retirado de delante de las cámaras en sus dramas como «Interiores» o «Septiembre«, pero es aquí cuando comienza a centrarse solo en la dirección también en las comedias. Algo que cada vez será más frecuente, ya que conforme su edad es más avanzada creerá que su perfil no encaja con sus personajes cómicos.
En cualquier caso al año siguiente vuelve a protagonizar otra de sus comedias como es «Poderosa Afrodita» (1995) con Mira Sorvino. Quizá esta sea una obra algo menor, en mi opinión, comparada con las anteriores más recientes. Pero en cualquier caso es muy divertida y tuvo mucho éxito en su día, así que debe tenerse muy en cuenta.
En estos momentos Woody Allen pasa por una época dorada. Lleva más de un cuarto de siglo haciendo películas con un gran éxito, contando entre ellas con varias obras maestras atemporales y muchísimas comedias divertidísimas. Aunque él siempre ha sido muy autocrítico con su propio trabajo, su prestigio entre el público y el mundo del cine está en lo más alto,.
Los actores y actrices de Hollywood de pelean por aparecer en una de sus películas, para lo que están dispuestos incluso a rebajar sus cachés. Debido a esto, y quizá también a que Allen ya no contará con una musa clara, durante las próximas películas veremos un desfile de caras famosas sin fin tanto para papeles principales como secundarios.
Al mismo tiempo Allen sigue sin acomodarse y continúa experimentando, esta vez con un musical: «Todos dicen I Love You» (1996). Tal y como comentábamos aquí encontramos un cartel de estrellas de lujo: Edward Norton, Drew Barrymore, Julia Roberts, Tim Roth, Natalie Portman, Goldie Hawn y Alan Alda, además del propio Woody Allen. Como anécdota cuenta la rumorología que el director contrató primero a todas las actrices y actores, y solo después les dijo que era un musical y que tendrían que cantar y bailar, sin ser ninguno profesionales de ello. Aunque la crítica la trató regular, «Todos dicen I Love You» me parece una comedia divertidísima, con chistes antológicos y con algunas escenas inolvidables, como el baile final entre Woody Allen y Goldie Hawn junto al Sena.
En 1997 Woody Allen protagoniza «Desmontando a Harry«, una de sus películas más divertidas y con más mala leche. Quizá influenciado por todo lo que se había dicho de él por su escándalo con Mia Farrow, y porque esta había contado todos los detalles de su vida íntima; Woody encarna a Harry, un personaje egoísta, alcohólico, drogadicto y aficionado a las putas. Un desastre que no puede manejarse bien en la vida y que se expresa por medio de la ficción contando todas las intimidades de sus ex parejas por el camino. Sin duda es una exageración con fines cómicos pero, por mucho que él lo niegue, seguro que de alguna forma está basado en sus propias experiencias de los últimos años.
En «Desmontando a Harry» encontramos otra vez el desfile de estrellas: Kirstie Alley, Billy Crystal, Judy Davis, Tobey Maguire, Demi Moore, Elisabeth Shue y Robin Williams. Todos ellos contribuyen a deconstruir el personaje encarnado por Woody Allen en un viaje que tiene mucho, pero mucho, que ver con la película «Fresas salvajes» de Ingmar Bergman. La película es divertidísima, con escenas memorables como el desenfoque de Robin Williams o la bajada al infierno del propio Woody. Otra para el Top 5 -y no sé cuántas llevo ya-.
El año siguiente el director neoyorquino presentó «Celebrity» (1998). Una ácida comedia sobre la superficialidad y la vacuidad del mundo de las celebridades y del famoseo. La película está rodada en blanco y negro, algo que según comenta un personaje dentro de la propia película es cosa de pedantes. Aquí nos encontramos por segunda vez en esta década una comedia que no está protagonizada por Woody Allen. En su lugar el papel protagonista lo tiene Kenneth Branagh, al que acompaña otro plantel de estrellas como Winona Ryder, Leonardo Di Caprio, Melaniea Griffith o Charlize Theron.
«Celebrity» es una buena película, divertida y muy aguda y despiadada con el mundo de los famosos, Hollywood y demás. Pero falla en el actor protagonista. El problema es que el papel que encarga Branagh está claramente escrito para ser interpretado por el propio Woody Allen. Kenneth Branagh intenta imitar los gestos nerviosos de este con muy poco éxito. Pero si dejamos eso a un lado esta película mantiene el nivel de una década hasta ahora impecable.
Quiero terminar este repaso a los 90 en lo más alto con «Acordes y desacuerdos» (1999). Protagonizada por Sean Penn y con Woody Allen en un papel secundario, «Acordes y desacuerdos» es una comedia dramática sobre un músico de jazz que tiene mucho que ver con el protagonista de «Desmontando a Harry»: alguien que es un maestro en el arte -en este caso en la guitarra-, pero un desastre en la vida. Esta película es a la vez divertida y desoladora, con un Sean Penn estupendo.
Hasta aquí los mejores años de Woody Allen. Aún nos quedan muchas buenas películas en su filmografía, pero los altibajos son cada vez más frecuentes y los desastres mayores. Lo iré contando en los próximos artículos cuando aborde el cambio de siglo.