Esta semana Woody Allen ha cumplido 80 años. Con esta excusa he empezado una serie de posts para repasar toda su carrera. El primero de ellos lo podéis leer aquí y abarca la década de los 70. Ahora vamos a por los años 80.
Segunda etapa. 1982-1992. Un estilo propio y mucha imaginación
Una vez pasadas sus primeras películas basadas en el gag fácil -aunque a veces no tanto-, y tras el éxito de sus comedias más serias y elaboradas «Annie Hall» y «Manhattan«, Woody Allen va fijando a lo largo de la década de los años 80 lo que serán las claves básicas de su cine. Es en estos años cuando cuando se afianzan las temáticas y la estética que tan características le son: las relaciones de pareja, el psicoanálisis, el sexo y la ciudad de Nueva York. Así como la estética en tonos cálidos y la cámara inquieta que tantos mareos ha causado en las salas de cine.
También asistimos en estos años a la inclusión por primera vez en su cine de elementos fantásticos, algo que a partir de aquí será algo recurrente en sus películas. Y es que, al contrario de lo que pueden llegar a pensar quienes no lo conocen muy a fondo, en realidad el cine de Woody Allen es de lo más variado e imaginativo.
Esta etapa comienza con «La comedia sexual de una noche de verano«, una película ligera otra vez basada en una obra de Ingmar Bergman. Para mí una comedia más bien floja, cuyo punto más interesante es que es la primera vez en la que aparece Mia Farrow en una película de Woody Allen, quien a partir de aquí se convertirá en su musa a lo largo de doce años, además de en su pareja sentimental.
Pero es realmente en «Zelig» (1983) cuando Woody Allen nos vuelve a demostrar por qué es uno de los mayores genios que ha dado la historia del cine. Lejos de acomodarse en el mismo tipo de comedias, Allen comienza a partir de ahora a intercalar todo tipo de experimentos, homenajes o elementos fantásticos en su cine, lo que convierte su trayectoria en una obra de lo más variado.
En Zelig Allen encarna a un judío que tiene la capacidad de mimetizarse con quien tiene cerca. Rodada como un falso documental, Zelig hace gala de unos efectos especiales excelentes y de lo más innovadores para la época, en los cuales mezclan la imagen del personaje encarnado por Woody Allen con imágenes de archivo con personajes históricos. Algo que le copiaron más de una década más tarde en la película Forrest Gump.
Dos años después seguiría con la misma línea imaginativa en la maravillosa «La rosa púrpura del Cairo» (1985). Otra cinta fantástica donde el protagonista de una película salía de la pantalla y se convertía en una persona real. Excelente film y uno de los favoritos del propio Allen quien, por cierto. suele ser muy autocrítico con sus obras.
Estamos en la mejor época creativa de Woody Allen, y eso se confirma cuando al año siguiente presenta «Hannah y sus hermanas» (1986), otra obra maestra indiscutible que entra directa en el Top 5 de sus mejores películas. Con la ciudad de Nueva York de fondo Allen da un repaso magistral a las relaciones entre hermanas y entre parejas, y con unos chistes antológicos. Imprescindible.
A «Hannah y sus hermanas» sigue la estupenda «Días de radio» (1987), un homenaje a la radio y a la infancia del propio Allen. Y más tarde otra obra maestra: «Delitos y faltas» (1989). Esta última también pasa a formar parte del Top 5, y en ella por primera vez Woody Allen aborda las consecuencias del delito en su reinterpretación personal de «Crimen y castigo» de Dostoyevski. Sin duda de mis favoritas, y de las más duras, a pesar de ser una comedia.
A lo largo de los años 80 también nos encontramos con algunas películas para mí menores como comedias ligeras tales como «Broadway Danny Rose» (1984) o Alice (1990). O como el divertidísimo episodio «Edipo reprimido» en la película «Historias de Nueva York«. Pero también su vuelta al drama puro al estilo de Ingmar Bergman con «Septiembre» (1987); un dramón durísimo que realiza con mucho más tino que «Interiores«. Fundamental.
He querido acotar esta etapa hasta las primeras películas de los años 90, coincidiendo también con su escandalosa ruptura con Mia Farrow. En 1991 Allen nos presenta «Sombras y niebla«, una cinta muy interesante que es un claro homenaje al cine expresionista alemán de los años 20 del siglo pasado. Otra muestra de la variedad y originalidad del cine de Woody Allen sin ser precisamente original.
Por último terminamos este post a lo grande con «Maridos y Mujeres» (1992). Otra obra maestra a su Top 5 con la que Woody retrata las relaciones matrimoniales y las tentaciones que pueden romperlas. Un claro presagio de lo que estaba a punto de pasar cuando se descubriera la relación de Woody Allen con su hija adoptiva Soon Yi a la espalda de su pareja Mia arrow. Algo que sería un escándalo mayúsculo y que rompería su relación personal y profesional para siempre.