Wonder Woman no es una maravilla pero tiene su aquel
Wonder Woman pertenece al mundo de los cómics de DC, y su característica más llamativa es que se trata de la primera película de superhéroes de esta última era protagonizada por una mujer –Gal Gadot-. Es más, también está dirigida por otra mujer: la californiana Patty Jenkins. ¿Se han vuelto feministas en Hollywood? No, ni de lejos, pero oye, algo es algo.
Y es que el cine es un mundo de hombres. La mayoría de directores son hombres, la mayoría de personajes protagonistas o con papeles relevantes son hombres, y a la mayoría de mujeres se les reservan papeles secundarios para dar la réplica al protagonista masculino y a hacer de «chica de».
En Wonder Woman sin embargo tenemos a Patty Jenkins dirigiendo una gran superproducción -una de las pocas mujeres a las que se les permite hacer algo así- y a una heroína independiente, que hace su voluntad y no la de los hombres que la rodean; hombres que todo el rato están diciéndole lo que tiene que hacer.
Hasta aquí todo lo revolucionario o feminista que puede haber en Wonder Woman. No hay más. Y lo cierto es que no es mucho, pero teniendo en cuenta el contexto sí que puede ser significativo. Dada la buena acogida que ha tenido de crítica, público y taquilla -que al final es lo que importa- puede que los estudios de Hollywood se animen a dejar a más mujeres dirigir y a empezar a replantearse el rol que los personajes femeninos ocupan en las películas. Ya, ya sé que esto es un wishful thinking muy optimista, pero de ilusión también se vive.
Antes de hablar de la película en sí también tenemos que contextualizar el mundo en el cine de superhéroes de DC. Ya sabéis, Batman, Superman, Escuadrón Suicida… A cual peor. La verdad es que DC no solo ni se acerca a la calidad de las películas de Marvel, sino que además la mayoría son auténticos desastres. Solo se salvan aquí alguna de las de Batman dirigidas por Christopher Nolan. Y no todas.
DC necesitaba levantar el vuelo y para ello ha tirado de Wonder Woman, una heroína, una mujer para sacarles las castañas del fuego. Y la verdad es que consigue su propósito. No porque sea una gran película, que no lo es ni por asomo, sino por comparación con el resto de bodrios de DC.
Si tuviera que definir Wonder Woman en una palabra esta sería: simple. La mitología en la que se basa es sencilla, las motivaciones básicas, la moral de blanco o negro y la acción lineal y sin complicaciones. Esto no es necesariamente malo. Acaba con las posibilidades de que tengas ganas de verla más de una vez, cierto; pero es directa, efectista y sin complejos. Una buena filosofía para no caer en tramas barrocas y absurdas como suele ocurrir en las películas de DC.
Se trata pues de un buen entretenimiento para el verano que cumple su objetivo. Aunque tengo que decir que en mi opinión a la cinta le falta ritmo y flojea en algunas parte de la película. Como la introducción que me parece demasiado larga, o la parte central donde hay una importante caída de la tensión narrativa. Tampoco acaban de acertar con el sentido del humor. Lo intentan y hasta pueden sacarte alguna sonrisa, pero en general se queda en un quiero y no puedo.
Sin duda lo mejor son las escenas de acción. Ahí es donde Wonder Woman despega realmente, cuando se dejan a un lado los edificantes discursos sobre el bien y el mal y la esencia de la humanidad y se le da al público lo que quiere: la heroína repartiendo mamporros a diestro y siniestro. Y he de decir que la acción está muy bien coreografiada y rodada, muy por encima de la media en este tipo de películas.
Si os gusta el cine palomitero esta va a ser de las mejores opciones que encontréis este verano en el cine.
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