Hoy voy a hablar de zombis surcoreanos. Así, como suena. Fui a ver Train To Busan, con guion y dirección de Yeon Sang-ho, animado por las buenas críticas que tenía, y la verdad es que la disfruté bastante.
Me gusta el cine de terror, aunque por desgracia la calidad media de las películas que se ciñen a este género suele ir de mala a muy mala. Pero si nos adentramos en el subgénero zombi ya la cosa se desploma hasta el ridículo casi en el 100% de los casos. Tanto es así que valen para poco más que para, a modo de guilty pleasure, echarse unas risas más que unos sustos.
No es el caso de Train To Busan. Bueno sí, te ríes en algún momento, pero porque la película contiene deliberados toques de humor, y no porque como es habitual en este tipo de cine caigan fácilmente en el ridículo. Eso sí, los zombis son zombis y resultan tan tontos como en el resto de films similares -a lo que ayudan ciertas incoherencias del guion muy convenientes en algunos momentos de la historia-.
Pero si asumimos los clichés del género, y esta es una película de género sin matices, lo cierto es que en Train To Busan nos encontramos con un thriller intenso, muy bien construido y que no decae en ningún momento. El ritmo es perfecto, desde la introducción hasta el desenlace, pasando por todas las etapa del viaje hasta Busan. Pura acción y suspense de lo más entretenida. Lo contrario a la pirotecnia estadounidense de los últimos tiempos que tan fríos nos deja.
Es cierto que muy original no es, en el subgénero de zombis poco más se puede hacer. En realidad se trata de una mezcla entre 28 Días Después (2002) y Snowpiercer (2013)-esta última también es surcoreana y transcurre en un tren: muy recomendable-.
En cualquier caso las posibilidades de contar una historia encerrados en un espacio tan reducido como lo es un tren, en principio limitadas, están muy bien explotadas aquí. Desde las diversas escenas de acción y los sustos, hasta los perfiles de cada personaje -muy sólidos y bien construidos-, incluyendo alguna pincelada de crítica social con moraleja tan de moda estos días.
Por otro lado la producción no tiene nada que envidiarle a las películas norteamericanas. Más bien al contrario. Train To Busan demuestra la gran calidad a la que ha llegado el cine surcoerano, aportando desde hace años productos excelentes.
Solo se le nota flojear a la película en las escenas más emotivas, cuando se alargan demasiado y se acompañan con una música de lo más ñoña que no está a la altura de la calidad media del resto del film, siendo casi de serie B. Es en estos momentos cuando Train To Busan cae sin pudor en el más puro melodrama. Afortunadamente son los menos.
Si os gusta el cine de zombis o las pelis de terror en general, o si sencillamente queréis disfrutar de un buen thriller que os tenga pegados al asiento durante dos horas, sin duda Train To Busan es una de las mejores opciones del momento.