Territorio Lovecraft, un relato a la medida de Jordan Peele
Este mes de octubre terminó de emitirse Territorio Lovecraft, la serie de terror de HBO basada en el universo de H. P. Lovecraft producida por Jordan Peele y J.J. Abrams. En realidad, la serie es una adaptación de la novela del mismo nombre del escritor Matt Ruff publicada en 2016. Es importante aclarar esto, ya que puede llevar a confusión y pensar que se trata de una especie de homenaje a los autores de los Mitos de Cthulhu, pero nada más lejos de la realidad.
La serie parte de una novela, que a su vez toma como referencia algunos elementos del universo de H.P. Lovecraft, lo cual hace que haya una enorme distancia entre lo uno y lo otro que puede llevar a una gran decepción a quienes sean más fans del género. En lo que a mí respecta, no he leído el libro de Ruff y tampoco soy un gran conocedor de la obra de Lovecraft y compañía, así que me he enfrentado a la serie libre de prejuicios, más allá de poder identificar esta o aquella referencia a los relatos de Lovecraft.
El libro de Territorio Lovecraft escrito por Matt Ruff -que también colabora como guionistas- le viene al pelo a alguien con la trayectoria de Jordan Peele. En realidad aborda el racismo en los Estados Unidos a mediados del siglo XX, y todas las referencias a lo sobrenatural son solo un contexto, un género, a través del cual trasmitir el mensaje.
Peele se ha caracterizado siempre por realizar películas de terror protagonizadas por negros y con un claro mensaje social contra el racismo. Consiguió la admiración de crítica y público con la oscarizada -aunque sobrevalorada- Déjame Salir (2017), a la que siguió en la misma línea la muy floja Nosotros (2019). Así que una serie sobre el racismo que sufrían los negros a mediados del siglo pasado -y que tan a cuento viene en el presente en la Norteamérica de Trump-, protagonizada por una familia negra -en contraposición al conocido racismo del que hacía gala H.P. Lovecraft-, y con toques fantásticos y de terror solo podría producirla él.
El mensaje político es más que evidente, y es en realidad el centro de la serie. Los privilegios de los blancos sobre los de los negros, y la brutalidad con la que se imponía -y se impone- el racismo contra la comunidad negra son el leitmotiv de Territorio Lovecraft. Quizá sea demasiado evidente y machacón, pero también es cierto que mensajes como estos nunca sobran vistos los acontecimientos racistas que se producen en EE.UU. a diario aún hoy en día.
Pero la serie no se queda ahí y extiende a más contextos la violencia ejercida por la clase dominante blanca de los Estados Unidos. Buena prueba de ello es el excelente episodio seis, ubicado por completo en la guerra de Corea, donde se retrata muy bien la crueldad de las fuerzas de ocupación estadounidenses en su guerra contra el Ejército Popular de Corea, un conflicto que ni les iba ni les venía.
Muchas de las críticas que ha sufrido la serie de Jordan Peele vienen a raíz de la imagen que dan de los blancos. Pero, en mi opinión, es en general bastante acertada. La clase blanca norteamericana de mediados del siglo XX no tiene mucho de lo que estar orgullosa: esa que perseguía y mataba a los negros impunemente, que los trabaja como ciudadanos de tercera o cuarta clase -si no directamente como monos-; pero también la que se metía en guerras al otro lado del mundo para intentar aplastar a otros pueblos en su paranoica lucha contra el comunismo.
Entrando a la realización de la serie en sí, Territorio Lovecraft tiene una buena factura técnica, aunque si bien algunos efectos especiales dejan un tanto que desear. El problema es que resulta un tanto irregular. Es entretenida, pero a veces no se sabe muy bien a dónde va ni por qué algunos personajes hacen según qué cosas o toman según qué decisiones. Algunos capítulos sobran, o te sacan de la trama, como el mencionado capítulo seis: muy interesante por sí mismo, pero que rompe toda la continuidad del relato.
Territorio Lovecraft es bastante loca, en el sentido de que ocurren muchas cosas disparatadas, tales como cambios de cuerpos, viajes entre dimensiones, viajes en el tiempo, magia, monstruos, etc. Eso afecta inevitablemente a su coherencia interna, pero no tiene por qué ser necesariamente algo negativo. Siempre que veo algo así hago referencia la serie Fringe (2008). Una serie sin mucho sentido, que cuando tuvo malos datos de audiencia se volvió mucho más disparata si cabe, lo que le funcionó para no ser cancelada. Es decir, se vas a hacer algo loco e incoherente, haz que sea muy disparatado y no te quedes a medias. En este sentido, creo que Territorio Lovecraft ha conseguido salir airosa a pesar de su irregularidad.
Territorio Lovecraft decepcionará a quienes busquen una adaptación de los relatos de H.P. Lovecraft y compañía. Pero encaja perfectamente en lo que es el estilo de Jordan Peele: una reinterpretación del género de terror para trasmitir un mensaje social sobre el racismo.
La serie es muy mejorable en cuanto a guion, ritmo y dirección -algo también muy caracteristico de Peele-, pero si la ves sin pretensiones resulta entretenida.
Sinceramente, creo que me has convencido, hacía tiempo que pensaba que tenía que sacar algo de provecho a HBO, pero poco me llamaba la atención, ahora, veo que «Territorio Lovecraft» puede encajar totalmente en mis gustos…. hmm, así que, la pongo en lista.
Saludos,
HemosVisto!