Ready Player One recurre a la nostalgia cuando todo lo demás falla

Steven Spielberg ha hecho doblete este año estrenando dos películas. Primero en enero llegó a las salas de cine Los Papeles del Pentágono -candidata además al Oscar a la mejor película-. Y ahora le toca el turno a Ready Player One, así que veamos qué tal es.

Ready Player One representa la vuelta de Spielberg al cine más comercial, de aventuras y palomitero. Es decir, a la esencia del director norteamericano. Se trata de un futuro distópico donde la gente se evade de la triste realidad viviendo una vida alternativa en la realidad virtual proporcionada por un videojuego.

Esa premisa permite dar rienda suelta a todo lo imaginable, ya que en el mundo virtual todo vale y todo se puede hacer realidad. Esta oportunidad Spielberg la aprovecha -o la desperdicia- centrándose en la nostalgia ochentera, ya que la película está cargada de referencias a la cultura pop de la década de los años 80 del siglo pasado.

En última instancia estas referencias son casi el único aliciente de Ready Player One, lo único que importa. Si te va el rollo retro y nostálgico, tan de moda ahora, te encantará el juego que se propone en la película de ir fijándote en los cientos de detalles y descubriendo todas las referencias.

Aunque digo ya que eso en un solo visionado -o en dos o en tres- es imposible. Porque es abrumadora la cantidad de referencias y homenajes que contiene. Algunas son muy obvias, pero otras son detalles minúsculos que apenas duran un segundo. En Internet se pueden encontrar muchas páginas que los recopilan.

Por apuntar un par de las que yo me fijé y que no he visto en las listas. En un momento aparece un cartel electoral de Goldie Wilson para alcalde, una referencia más, de las muchas que hay, a Regreso al Futuro (Robert Zemeckis, 1985). En otro momento vemos que el protagonista lleva en el lateral de sus gafas de realidad virtual el logo de El Gran Héroe Americano, aquella serie de los ochenta protagonizada por una especie de Superman más torpe que Superlópez.

Eso son solo algunos ejemplos de los muchos. El rollo nostálgico está bien, tiene su punto. Pero ahora está tan de moda que empieza a desgastarse. Y en el caso de Ready Player One es tan exagerado y sobredimensionado que resulta abrumador, tosco y cargante. A mí me pareció todo demasiado burdo. En un director de la talla de Spielberg uno espera un poco más de buen gusto. Eso sí, lo mejor es sin duda el homenaje a la película El Resplandor (1980) de Stanley Kubrick.

Además, todo este chorro de referencias al final acaba por comerse la película, dejando a la trama como algo secundario. Es verdad que el argumento más flojo no puede ser. Pero cuando uno va a ver una peli de aventuras no puede esperar más, tampoco seamos tiquismiquis.

Donde sí le veo un problema a la trama es que la estructura más básica es en esencia la de la película TRON (Steven Lisberger, 1982). Y eso no puede contar como un homenaje, porque no es un detalle aquí o allá, sino que es en general una nueva versión alterada de TRON. Lo que en aquella era el interior de los ordenadores aquí es la realidad virtual. Y hasta el malo interpretado en Ready Player One por Ben Mendelsohn es clavado al villano de TRON Dillinger interpretado por David Warner.

El otro punto fuerte de Ready Player One es el aspecto visual. La calidad de los efectos especiales en cuanto a animación CGI es excelente. Aunque también excesiva. Sí que se trata de un mundo virtual que es un videojuego, pero los dibujos por ordenador adquieren tanto protagonismo que la convierten en la práctica en una película de animación.

Los actores y las actrices aparecen poco y sus interpretaciones aportan menos, así que no me voy a detener en ello. Bastante tienen con defender unos roles esquemáticos y estereotipados hasta decir basta, más allá del hecho de que el personaje protagonista que interpreta Tye Sheridan está caracterizado como si fuera el propio Spielberg de joven.

Es una pena, porque el hecho de que todo transcurra en una realidad virtual donde las personas reales se esconden detrás de avatares podría dar mucho de sí jugando con el tema de si las personas son quienes parecen ser. Pero no en una película de Spielberg.

En definitiva Ready Player One es una película de aventuras más bien mediocre que apenas resulta entretenida. Sus puntos fuertes son las referencias nostálgicas y la animación CGI. Y en ambos casos abusa de ello resultando excesiva, cargante y de dudoso buen gusto.

Hace tiempo que Steven Spielberg no está fino con las películas de aventuras. Está mayor para eso. Yo sinceramente lo prefiero ahora cuando se dedica a los dramas serios como este mismo año en Los Archivos del Pentágono, que me pareció estupenda.

Ready Player One
5.5 Puntuación total
Pros
- Algunos de los homenajes
- Excelente animación
Contras
- Demasiados homenajes
- Mucho peso de la animación
- Flojo guion
- Falta de ritmo
Dirección
Guion
Arte
Actuaciones

Un comentario en «Ready Player One recurre a la nostalgia cuando todo lo demás falla»

  • el abril 6, 2018 a las 10:32 am
    Enlace permanente

    Ohhh… le tenía muchas esperanzas a la vuelta del gran Spielberg al cine palomitero… ahora, después de leer tu reseña, se ha caido un poco del pedestal donde la tenía. Pensaré si verla.

    HemosVisto!

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