Fui a ver Passengers cargado de prejuicios y con mucho escepticismo, todo ello fruto de las críticas previas que había leído sobre la película, las cuales eran en general bastante negativas. SIn embargo pudo conmigo mi gusto por el cine de ciencia ficción en el espacio y fui a verla igualmente. Y me gustó. Quizá sea por las bajas expectativas con las que yo iba y casi cualquier cosa las mejoraría, pero el caso es que es una película más que digna.
Passengers tiene el típico enfoque de la soft science fiction clásica: un entorno de ficción futurista en el que no se profundiza demasiado, ya que en realidad es solo una excusa para plantear otra serie de cuestiones más humanas. Y eso es lo que nos encontramos aquí, el dilema ético al que se enfrenta el protagonista ante la angustia de la soledad.
Sin desvelar nada lo cierto es que resulta bastante interesante: ¿qué harías tú en su lugar? Dicho dilema es el punto central de la trama, más que la historia de amor o los problemas técnicos de la nave espacial. Sin embargo al final está algo desperdiciado y se acaba diluyendo entre la ñoñería y los fuegos de artificio. Algo, por otra parte, esperado en este tipo de cine dirigido para el gran público.
Aunque Passengers está bien, yo hubiera preferido ver otra película. Una en la que, básicamente con el mismo guion, los roles de los protagonistas estuvieran intercambiados. Habría sido menos estereotipado -y menos machista- e infinitamente mucho más interesante. Pero bueno, Hollywood es así. Si no la habéis visto aún, cuando lo hagáis pensadlo.
Más allá de eso Passengers se trata de una película con un ritmo admirable. Con únicamente dos protagonistas principales se las arregla para no decaer en ningún momento. Especialmente loable es lo comedido del guion de Jon Spaihts y la dirección de Morten Tyldum. No abusa de los aspectos que forman la trama, no se recrea innecesariamente en ninguno de ellos. Cada parte dura lo que tiene que durar y se pasa a la siguiente justo cuando corresponde. Ni siquiera las escenas de acción se prolongan más de lo estrictamente necesario, nada que ver con lo eternas que se hacen en la mayoría del resto del cine de acción actual.
Por supuesto no todo es perfecto en Passengers. Hacia el final empieza a flojear. Desde el deus ex machina para que la historia avance -tan necesario como artificial-, hasta el desenlace que desperdicia la potencialidad del dilema ético planteado en aras de un final made in Hollywood.
Los dos protagonistas están correctos. Chris Pratt hace bien su papel sin destacar demasiado. Jennifer Lawrence por otro lado es lo mejor de la película. Sin que su rol dé en principio para lucirse mucho, lo cierto es que en los momentos dramáticos Lawrence demuestra su calidad como actriz. Una lástima que en general esté desperdiciada en películas de este tipo.
Passengers es una película de ciencia ficción nada pretenciosa, lo que es de agradecer, aunque con unos efectos visuales a la altura de lo que se espera de este tipo de cine. Se ve con interés y sin que decaiga la atención. Para pasar un buen rato e incluso para reflexionar un poquito.