Crítica de A Moon Shaped Pool de Radiohead
Radiohead son unos maestros en muchas cosas. Entre ellas está sin duda el tema de la promoción. Hace tiempo que demostraron que saben hacer de cada uno de sus lanzamientos un acontecimiento mundial con poco esfuerzo y casi ninguna inversión económica.
Sabíamos que tenía un disco en el horno principalmente por el hecho de tener ya anunciada la gira. Lo que nadie esperaba que estuviera tan pronto disponible y por sorpresa.
En una genial estrategia de promoción Radiohead eliminó de golpe todo su contenido en las redes sociales. Eso fue suficiente para que toda la prensa hablara de ellos sin invertir en una campaña propiamente dicha.
La publicación por sorpresa del vídeo de Burn The Witch cuando ya estaban en boca de todo el mundo y, tres días después, del de Daydreaming incluyendo la fecha del lanzamiento del nuevo disco fue la guinda del pastel de otra genial campaña de promoción por parte de los ingleses.
Efectivamente, el domingo 8 de mayo se publicó para su descarga digital A Moon Shaped Pool, el noveno álbum de estudio de Radiohead. Yo me he dado una semana para escucharlo suficiéntemente -en mi casa no suena otra cosa- y así poderle hacer una crítica en condiciones.
En general
La primera impresión es que no estoy escuchando nada novedoso. Por una parte Radiohead no han arriesgado en este disco en el plano sonoro, tal y como nos tienen acostumbrados. Por otra parte hay que tener en cuenta que la mayoría de los temas incluidos en A Moon Shaped Pool no son canciones nuevas sino descartes de otras épocas rescatados ahora.
Algo normal en una banda con una trayectoria tan extensa, y que ya había hecho con algún que otro tema en discos anteriores. Sin embargo en este caso los temas rescatados son mayoría, algo que nunca había preponderado tanto en ningún álbum suyo y que quizá denote algo de agotamiento creativo.
Personalmente A Moon Shaped Pool me parece un cruce entre Amnesiac (2001) e In Rainbows (2007). Amnesiac porque es un álbum lento y poco accesible, e In Rainbows porque este nuevo disco es más, digamos, orgánico en lo musical.
Y es que Radiohead ha relegado a un segundo o tercer plano los sintetizadores para hacer un álbum basado en guitarras, bajo, batería, pianos y especialmente ambientado por instrumentos de orquesta sinfónica. Esto es lo que me recuerda a In Rainbows -que me encanta, a pesar de que hay quien lo critica-, y hace de A Moon Shaped Pool un disco atemporal.
Tema a tema
El álbum comienza con Burn The Witch, que fue el primer adelanto -cuyo vídeo que es un claro homenaje la película El Hombre de Mimbre (1973)-. El tema tiene poco o nada que ver con el resto del disco, así que hacen bien en ponerlo el primero para enseguida pasar a otra cosa. Con un ritmo muy marcado, principalmente a cargo de las cuerdas de la orquesta, Burn The Witch es sin duda el tema más accesible de A Moon Shaped Pool.
En segundo lugar llega Daydreaming, también segundo vídeo promocional, y con el que ilustro esta crítica. Y es que creo que esta canción es mucho más representativa del tempo general del álbum. La voz lánguida de Thom Yorke junto al arpegio machacón al piano -que rompe el ritmo a mitad del tema-, y eso coros un tanto extraños que vienen y van -especialmente al final-, hacen de Daydreaming otro de los temas más interesantes de A Moon Shaped Pool.
Le sigue Decks Dark, una canción que parece puesta en tercer lugar para dejarnos claro por dónde van los tiros del disco: se trata de un álbum lento, evocador, para escuchar tranquilamente. Un buen tema que me recuerda mucho al estilo de Amnesiac -quizá por cómo entra la batería y los sonidos atmosféricos que lo envuelven-.
Desert Island Disk es, prácticamente, un tema acústico a guitarra tal y como lo era Faust Arp en In Rainbows. Seguimos instalados en el low tempo que ya va a caracterizar definitivamente a este A Moon Shaped Pool.
El quinto tema del disco es Ful Stop, y con él volvemos a engancharnos a un ritmo persistente que nos saca que la languidez de los primeros temas de álbum. Con una intro de casi dos minutos antes de escuchar la voz de Yorke, Ful Stop va aumentando constantemente la tensión hasta que entra la batería y va modulando la armonía. Tema típico de Radiohead, que también podría haber estado en In Rainbows, muy de mi gusto.
Con Glass Eyes volvemos a los temas lentos, casi acústicos, esta vez con los arreglos basados en la orquesta sinfónica. Es una canción corta pero resultona que prepara el camino para la parte final del disco.
Y aquí llega Identikit, de momento una de mis favoritas de A Moon Shaped Pool. Me gusta la melodía de la estrofa, pero especialmente el cambio a mitad de canción repitiendo el verso «Broken hearts make it rain» persistentemente, primero por la voz sola de Thom Yorke y después por el coro. Los pelos como escarpias.
The Numbers es otro tema basado en guitarra acústica y piano, donde la batería y el bajo marcan el ritmo muy a lo Amnesiac. Y por supuesto la entrada de las cuerdas -tan presentes en este A Moon Shaped Pool– le da el punto que la integra con el resto del álbum. Me gusta, especialmente su final abrupto.
Y llegamos a uno de los momentos álgidos del disco: Present Tense. Este tema es preciosisísimo. De lo mejor de A Moon Shaped Pool. Se trata de otro tema antiguo rescatado para la ocasión. Thom Yorke canta una melodía maravillosa acompañado de una guitarra acústica contrapuntística -¿es un aire de bossa nova lo que estoy escuchando?-, y arropado por una excelente armonía vocal. Estupendo estribillo que nos recuerda a los mejores Radiohead.
La recta final comienza con Tinker Tailor Soldier Sailor Rich Man Poor Man Beggar Man Thief. Quizá lo más llamativo de este tema sea el título, más largo que un día sin pan. Por lo demás otro tema muy a lo Amnesiac que encaja bien en este álbum, pero no destaca especialmente.
A Moon Shaped Pool finaliza con otro tema ya conocido desde hace tiempo por los fans de Radiohead: True Loves Waits. Lo cierto es que una vez escuchado el disco, con su -en general- tempo lento y lánguido, no se me ocurre mejor final para el mismo. Un temazo donde la voz y el piano de Yorke pone la piel de gallina sí o sí.
Conclusión
Tras escucharlo atentamente varias veces no cabe duda de que A Moon Shaped Pool es un gran disco. No sé si está entre lo mejor de Radiohead -posiblemente no-, pero desde luego es mejor que el anterior The King of Limbs (2011).
Eso sí, no es un álbum fácil y accesible, y al carecer de hits destacados va a ser difícil que atraiga a público nuevo hacia Radiohead. Reconozcámoslo, A Moon Shaped Pool es solo para quienes ya seamos fans y estemos dispuestos a escucharlo ininterrumpidamente una y otra vez hasta que te entre por las orejas y te llegue al corazón.
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