¿Call Me By Your Name es la obra maestra que dicen?
Otra de las películas candidatas al Oscar a la mejor película que se ha estrenado recientemente en las salas es Call Me By Your Name. El film viene precedido de estupendas críticas y una larga lista de nominaciones a premios como los Globos de Oro, los BAFTA o los ya mencionados Oscar -cuatro nominaciones-.
Se trata de una película italiana dirigida por Luca Guadagnino y con un guion también firmado por él mismo y por el director y escritor James Ivory -todo basado en una novela de André Aciman-.
Lo que nos cuenta Call Me By Your Name es una historia de amor estival entre Oliver, un joven americano que va a pasar el verano al norte de Italia con su profesor y colega; y Elio, el hijo de este último, que pasa el tiempo dedicado a la música. Al principio se muestran distantes, pero poco a poco va surgiendo el amor entre ambos.
La historia en sí no aporta nada nuevo. El relato de despertar sexual, en concreto homosexual -y para más inri en verano-, lo hemos visto ya una y mil veces en infinidad de películas. En concreto existe un subgénero gay en el que esta película encaja perfectamente, y del que hemos visto el reciente ejemplo de Tierra de Dios (2017) o la más clásica Brokeback Mountain (2005) -por mencionar solo un par-.
La diferencia con otras películas es la naturalidad con la que Guadagnino hace el relato. Para ello se toma su tiempo en situarnos en el contexto de la familia, la casa de campo y el pueblo; y en contarnos las idas y venidas entre Elio y Oliver desde la inicial distancia entre ambos hasta sus cada vez más frecuentes acercamientos.
El romance queda bastante creíble y en ese aspecto es de lo mejor que hemos visto en este subgénero. Sin embargo Call Me By Your Name carece de drama. Transcurre en los años 80 -otra vez se recurre a la nostalgia ochentera- en un entorno burgués e ideal. La familia es culta, moderna y comprensiva y los protagonistas no tienen más trabas que sus propios prejuicios, contradicciones y sentimientos.
Es decir, estamos ante una historia de amor muy bien contada y muy creíble que no aporta nada nuevo y está vista mil veces, en un entorno buenrollista y bienintencionado que carece del más mínimo drama. En especial el monólogo final del padre me resultó muy poco creíble -y eso que se supone que es uno de los momentos álgidos-. En general empaticé bastante poco con el contexto.
La otra baza que juega Call Me By Your Name es la de la interpretaciones. En especial la del joven Timothée Chalamet en el papel de Elio Perlman. Él es la película y hace una actuación loable. A su lado está Armie Hammer –Animales Nocturnos (2016), Operación UNCLE (2015)- en el papel de Oliver. Hammer está correcto, pero no aguanta la comparación con Chalamet.
Call Me By Your Name es una buena película, pero que me parece que está siendo sobrevalorada por cierta parte de la crítica. A mí no me entusiasmó tanto. Aunque es cierto que tiene algunos grandes momentos, como por ejemplo el plano final de Elio frente a la chimenea mientras aparecen los títulos de crédito. De lo mejor de la película.
- Timothée Chalamet
- Falta de drama
La verdad es que las historias de desamor se han visto muchas veces, aunque en esta «Call me by your name» ha conseguido algo que para muchos parece imposible, hablar de amor entre dos personas y sus problemas y plasmarlo natural como lo que es… es la crítica la que llena artículos con las palabras «homosexual»/»gay» como si las personas amasen distintos en relación a su condición, cuando el amor nunca ha entendido ni de género ni de edad.