Esos son otros López

Café Society: Woody Allen correcto y rutinario

Como cada año acudo fiel a la cita con el gran Woody Allen, y eso que en los últimos tiempos no se ha caracterizado precisamente por entregarnos películas destacables. «Café Society» (2016), aunque es mucho mejor que la anterior «Irrational Man» (2015) -podéis leer mi crítica aquí-, por desgracia podría incluirse en la categoría de «ni-fu-ni-fa» del director neoyorquino.

Woody Allen sitúa la acción en la época dorada de Hollywood de los años 30 del siglo pasado. Lo cual le sirve para criticar la superficialidad de las estrellas y las productoras de la  llamada «Meca del Cine» con su habitual fino e irónico sentido del humor. Aunque la crítica es descafeinada en todo momento, ya que Woody no puede -o no quiere- ocultar la nostalgia que siente por los tiempos del cine en blanco y negro y los grandes estudios.

A la misma vez el protagonista, Bobby Dorfman (interpretado por Jesse Eisenberg), es un joven de Nueva York que viaja a Los Ángeles en busca de fortuna en el mundillo del cine. Los orígenes de Bobby son la excusa del director para enfrentar los dos mundos. Por un lado el superficial y soleado Hollywood, siempre odiado por Allen, y por el otro el lluvioso y gris Nueva York que tanto ama.

Estos elementos desarrollados por medio del hilo conductor de un triángulo amoroso son los que construyen el armazón de «Café Society». Sin embargo, aunque son prometedores, lo cierto es que todos se quedan en la superficie. El dibujo y la crítica de Hollywood es superficial, el retrato del Nueva York de los gánsters es caricaturesco y la historia de amor nunca acaba de despegar.

Este último es uno de los peores problemas de la película. Según avanza la trama la tensión va gradualmente en aumento, sin embargo Allen opta por no inclinarse del lado más dramático y prefiere que la historia se vaya diluyendo. Algo que decepciona un poco, llegando a resultar un tanto aburrida en algunos momentos.

Lo mejor de «Café Society» es sin duda el sentido del humor del que hace gala. Está lejos del nivel de las mejores comedias de Woody Allen, pero tiene sus chistes y risas garantizadas. Eso sí, todos sobre los mismos temas de siempre mil veces trillados: la religión, los judíos y los enredos amorosos. Y es que ese es el terreno en el que mejor se mueve el director neoyorquino.

Los actores están correctos en sus papeles, aunque sin destacar especialmente. Jesse Eisenberg encarna al personaje al que el propio Woody Allen daría vida si fuese mucho más joven. Es algo habitual en su cine desde hace dos décadas, y la verdad es que Eisenberg da bastante bien el pego. Desde luego mejor que Kenneth Branagh en «Celebrity» (1998).

Las chicas Kristen Stewart y Blake Lively alcanzan el aprobado raspado, aunque creo que Lively está un tanto desaprovechada. Y Steve Carell también cumple bien su papel, sobre todo teniendo en cuenta que tuvo que sustituir a última hora a Bruce Willis con el rodaje ya en marcha. La versión oficial es que Willis tenía problemas de agenda, pero yo creo que a Woody Allen no le gustó y lo despidió.

En cuanto al apartado técnico he de decir que la fotografía a manos de Vittorio Storaro me pareció exagerada y cargante. Igual es una cuestión subjetiva mía, pero me estoy cansando de la moda de componerlo todo del mismo color sepia, hasta el punto de que el tono de la piel es casi el mismo que el de la chaqueta o el del escritorio. Además el montaje contiene algunas transiciones a la altura de «Movie Maker» de Microsoft. Supongo que por algún tipo de homenaje a la época de Hollywood que se muestra, pero que en cualquier caso chirría un disparate.

Conclusión: «Café Society» es una película del montón dentro de la filmografía de Woody Allen. Aún así es mejor que las tres anteriores. Es entretenida, cuenta una triste y desesperanzadora historia y reparte a diestro y siniestro la suficiente ironía como para arrancar algunas risas. Mejor opción para ir al cine que «Escuadrón Suicida».

<<Woody Allen: Irrational Man

Woody Allen: Crisis In Six Scenes>>

Salir de la versión móvil