El estreno comercial de la semana ha sido Aliados, protagonizada por Brad Pitt y Marion Cotillard y dirigida por Robert Zemeckis. Se trata de una película de espías ambientada en la Segunda Guerra Mundial con un estilo cinematográfico deliberadamente clásico y, quizá, un tanto anacrónico.
La acción comienza en Casablanca en 1942, un guiño a la obra de Michael Curtiz que desde el principio deja ver por dónde van a ir los tiros -que también los hay-. Sin embargo lo que a priori puede parecer una película de acción y romance pronto se torna en un drama de suspense con muchos tintes del cine de Hitchcock.
El resultado es una buena cinta en conjunto gracias a sus aciertos, pero lejos de ser perfecta debido a sus carencias. En cuanto a los aciertos no cabe duda de que la dirección de Robert Zemeckis es una garantía de calidad. Zemeckis es uno de los mejores directores de cine comercial con películas a su espalda como la saga de Regreso Al Futuro (1984), ¿Quién Engañó a Roger Rabbit? (1988), Forrest Gump (1994), Contact (1997) o Naúfrago (2000) -por nombrar solo algunas-.
La maestría del director hacen que el ritmo de Aliados no decaiga en ningún momento y la cinta sea disfrutable de principio a fin como una buena película del género de espías. Además contiene estupendas escenas, como cuando los protagonistas están en el coche en medio de una tormenta de arena.
Hasta aquí todo bien. Pero en el apartado de carencias he de decir que hecho en falta una mayor profundización en la historia de la pareja protagonista. En un momento dado de Aliados se acelera la historia rápidamente, a base de postales episódicas, para pasar por encima su historia de amor y centrarse en lo que realmente importa.
Yo hubiera preferido una película más larga que nos contara con más detalle la evolución de su relación sentimental y su vida cotidiana, y que de esa forma nos permitiera profundizar más y empatizar con los personajes. Es decir, apostar por algo más épico -yo creo que el tema da de sí para hacerlo-, pero quizá menos comercial. En manos de Zemeckins no tendría porqué haber afectado al ritmo y podría sin embargo habernos entragado una película que nos dejara una impronta mayor en la memoria.
La pareja protagonista, encarnada por Brad Pitt y Marion Cotillard, acapara la pantalla y sostiene prácticamente ellos solo toda la película. Ambos por separado está mejor que bien -aunque quizá Brad Pitt esté demasiado circunspecto en general-. Sin embargo la química entre ellos tampoco es que destaque especialmente.
El mayor lastre de Aliados es su empeño, un tanto impostado, de hacer cine clásico de espías y Segunda Guerra Mundial como se hacía en la década de los años 40, pero en 2016. Al final todo queda un tanto descafeinado. Lo que era emocionante en otra época no lo es tanto ahora. Además la cinta, en mi opinión, resulta un tanto previsible, y eso a pesar de los empeños en despistar al espectador.
En cualquier caso Aliados es una buena película que va a encantar a quienes gusten de un cine más clásico y siempre correcto. A pesar de sus defectos yo la vi sin que mi interés decayera en ningún momento, y por lo tanto os la recomiendo para pasar un buen domingo por la tarde en familia.