El pasado mes de abril finalizó la tercera temporada de Ash vs. the Evil Dead. Por desgracia la productora canceló la serie, pero no pasa nada, con tres temporadas es suficiente para disfrutar de las peripecias de Ash Williams luchando contra el mal.
Ash vs. the Evil Dead se trata de una continuación de las trilogía de películas de Sam Raimi que comenzó con Evil Dead (1981) y continuó con Evil Dead 2 (1987) y Army of Darkness (1992). Se trata de películas de terror tirando a serie B cargadas de humor negro y mucha sangre.
En ellas Raimi demostraba su pulso como director y también, por qué no decirlo, su particular sentido del humor y mala baba. Todo esto depurado y con más madurez lo pudimos ver años después en la estupenda Arrástrame al Infierno (2009). A Sam Raimi también lo conoceréis por haber sido el responsable de la primera trilogía de Spiderman en el cine.
Ahora vuelve a retomar su obra Evil Dead para la televisión como creador y director tan solo del primer episodio de la primera temporada. Pero todos los elementos que convirtieron a las obras originales en películas de culto siguen ahí. Y no solo eso, sino que más bestia, más sangriento y más divertido que nunca.
Pasados más de 30 años nos encontramos a un cincuentón Ash Williams –Bruce Campbell repite en el papel- viviendo una vida vulgar. Pero, cosas que pasan, se ve obligado a coger otra vez su motosierra y a luchar contra las fuerzas del mal traídas por el Necronomicón.
En sus aventuras le acompañan Pablo Simon Bolivar –Ray Santiago– y Kelly Maxwell –Dana DeLorenzo-, quienes sin quererlo se ven envueltos en la espiral de mal, violencia, sangre y muertos vivientes que rodea a Ash.
Ash vs. the Evil Dead es divertidísima. Si toleras la sangre a borbotones es imposible no reírse. Cada situación es más loca que la anterior y más esperpéntica. Tiene mucho mérito inventar situaciones nuevas que puedan sorprender y divertir al espectador durante los treinta capítulos de las tres temporadas.
El problema del que adolece Ash vs. the Evil Dead es que al final resulta muy repetitiva. La primera temporada es una locura, pero la segunda empieza a flojerar. Se resiente por falta de originalidad y porque las situaciones son siempre las mismas solo que intentando llevarlas cada vez un poco más allá.
Creo que la segunda temporada fue la verdadera causante de la cancelación de la serie. Aunque entretenida los espectadores mostraron cierto cansancio, y para cuando llegó la tercera las cifras de audiencia cayeron y no compensaron a la productora.
Una pena, porque la tercera temporada remonta. Y eso que sigue siendo más de lo mismo. Pero es tan divertida y salvaje que uno se lo pasa en grande entre tanta sangre y vísceras.
En cuanto a la producción es más que correcta. Las actuaciones están en general bien, destacando por encima de todos Bruce Campbell al retomar su papel de Ash, ese antihéroe malhablado y vulgar que se dedica a acabar con el mal con su motosierra.
El apartado de los efectos especiales se aleja de la moda digital y mantiene todo el toque artesanal y orgánico de las películas originales, y ya marca de la casa de Raimi. No lo querríamos de otra manera.
Ash vs. the Evil Dead es una serie muy divertida y muy disfrutable -en especial si no tenéis alergia a la sangre-. Es una pena que la hayan cancelado, pero ahí quedan tres temporadas para pasar un buen rato sin pretensiones ni prejuicios.