La producción de Movistar+ que viene pisando fuerte para convertirse en la mejor serie española del año, y de mucho tiempo, es Antidisturbios. Se trata de una miniserie de seis capítulos creada por Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen, y dirigida por este último.
Lo primero que hay que mencionar es que viene precedida de polémica. Algunos sindicatos policiales de ultraderecha han calificado la serie literalmente de ser una «basura». Con ello, en un alarde de torpeza y falta de inteligencia, solo han conseguido generar un efecto Streisand de manual. Es decir, han alimentado la polémica al rededor de la serie y lo que han conseguido es el efecto opuesto al que buscaban, dándole mucha publicidad y haciendo que la vea más gente aún.
Es verdad que algunas escenas en lo referente a la actuación los antidisturbios no resultan del todo creíbles. Vamos a achacar eso a licencias que se toman los autores de cara a la creación de la ficción -que no nos olvidemos que se trata de una serie de ficción, por mucho parecido que tenga con la realidad-. Pero la mayoría no desentona nada con la violencia que ejerce este cuerpo de la Policía Nacional.
Sin ir más lejos, hoy mismo, unas pocas horas antes de escribir este texto, he visto en el informativo unas imágenes de dos antidisturbios propinando empujones a dos señoras de avanzada edad en una manifestación. Así que tampoco cabe discusión sobre cómo se comportan los antidisturbios en este país, por más que algunos sindicatos intenten lavar la imagen de un cuerpo que se vuelve a manchar cada vez que uno pone el Telediario.
Lo bueno de todo esto es que, por mucha polémica que haya generado Antidisturbios y mucha publicidad que haya recibido, la serie sobresale por méritos propios, y al final eso es lo que queda.
Antidisturbios es una miniserie redonda, con un guion sólido y rodada con pulso firme y un ritmo perfecto. Algo al lo que nos tienen acostumbrados Peña y Sorogoyen en lo referente al guion, y este último en la dirección, como así lo demuestra algunos de sus estupendos trabajos anteriores como Stockholm (2013), Que Dios Nos Perdone (2016), El Reino (2018) y Madre (2019).
En contra de lo que pueda parecer por su título y la polémica, la miniserie no se centra en retratar la realidad de los antidisturbios del CNP. Aunque hay varias secuencias que reflejan muy acertadamente cómo se las gastan, lo cierto es que no es más que una excusa para ajustar cuentas con la corrupción policial, judicial, urbanística y política de una época no tan lejana como para que podamos hablar de ella como ya pasada. En ese sentido esta serie tiene mucho que ver con El Reino, hasta el punto de que podrían ser historias paralelas.
Al igual que en la mencionada película, Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen arman un guion muy valiente y explícito que retrata las miserias del sistema del Estado Español. A nadie se le escapan los paralelismos con las cloacas del Estado en las que participan tanto altos cargos de la policía y la judicatura como políticos del Partido Popular. ¿O es que acaso el personaje Paco Revilla no es un claro alter ego del comisario Villarejo?
Por otro lado, los creadores de la serie aprovechan la oportunidad para hacer un retrato social de la situación que viven las familias desahuciadas por los intereses espurios de unos pocos. Al igual que se acercan al drama que viven los migrantes que llegan a España en patera y se ven avocados a buscarse la vida con dignidad en un país corrupto que se lo pone todo en contra.
Más allá del mensaje social y político de Antidisturbios, con lo que nos encontramos es con un thriller de género policial que cuenta con todos los elementos que cabría esperar de un sólido neonoir: violencia, sexo, drogas, traición, corrupción, etc. En ese sentido cabe recordar, otra vez, que por muy realistas que resulten algunas escenas, estamos frente a una ficción que tiene que funcionar como tal. De ahí que algunas situaciones, aunque no resulten muy realistas, sí que sean necesarias para la verosimilitud y el avance de la ficción. Sin duda la miniserie tiene una deuda con la mítica The Shield (2002-2008).
Además de todo lo anterior, tenemos unas interpretaciones a cuál más estupenda. En una serie bastante coral cabe destacar a Vicky Luengo, todo un descubrimiento que realiza una actuación indispensable para que Antidisturbios llegue a ser lo que es. Sin duda un acierto de casting. Raúl Arévalo hace un gran trabajo, como es habitual en él, pero por encima de todos yo destaco el papel de Hovik Keuchkerian como Salva. Aunque lo conocemos por ser Bogotá en La Casa de Papel, es aquí donde realiza una interpretación enorme.
Rodrigo Sorogoyen junto a su guionista habitual Isabel Peña han vuelto a realizar un trabajo más que notable, en la que sin duda es una de las series de televisión españolas más potentes y valientes de todos los tiempos. Recomendarla encarecidamente es quedarse corto.
- La excelente realización, desde el guion a la dirección
- Las interpretaciones