El Asesino, David Fincher en forma ¿o no?
David Fincher es uno de los mejores directores de las últimas décadas, de eso no cabe duda. Ahora vuelve con El Asesino, su segunda colaboración con Netflix tras Mank (2020), protagonizada por Michael Fassbender.
Antes de nada, una reflexión sobre la financiación de películas por parte de las plataformas de streaming. Por un lado, gracias a ellas tenemos grandes películas, como las de Scorsese o las dos últimas de Fincher. Pero por otro lado, a Netflix y compañía les interesa que sean vistas en su propia plataforma, y solo las estrenan en unos pocos cines de cara a la temporada de premio. Esto nos esta privando de ver las películas de algunos grandes directores en pantalla grande. Para quienes somos amantes del cine, esto a veces es un serio inconveniente.
En el caso de Fincher, la anterior colaboración con Netflix no fue del todo brillante. Mank, como ya comenté entonces en mi reseña, no estaba a la altura de a lo que nos tiene acostumbrado el director de Colorado. Teníamos que remontarnos a su anterior película, la estupenda Perdida (2014), para dar con una obra de calidad.
El Asesino, por lo tanto, es la película que tiene la complicada tarea de confirmar si Fincher sigue en forma, tras casi una década sin presentar una película memorable; o si, por el contrario, sigue la estela de Mank y la mediocridad en la colaboración con Netflix.
Lo cierto es que El Asesino se queda a medio camino. Se trata de una película sencilla -que no por ello simple-, lo cual contrasta con la pretenciosidad de Mank -recordemos estupenda fotografía en blanco y negro de esta última-. Cuenta lo que tiene que contar, que no es mucho, pero lo hace muy bien, con un pulso propio de los maestros como Fincher.
Sin embargo, aunque El Asesino se ve con interés, lo cierto es que una vez acabada la película el poso que deja es minúsculo. Más allá de la historia de venganza de este asesino más mediocre de lo que él mismo se cree, -y que podría haber protagonizado perfectamente Liam Neeson-; queda poco que recordar.
La fuerza el personaje interpretado por Michael Fassbender está en su monólogo interior y en las contradicciones entre lo que piensa y lo que luego acaba haciendo. Es lo más interesante de El Asesino. Y eso a pesar de la omnipresente voz en off, algo que detesto en el cine, aunque en esta ocasión reconozco que encaja con el concepto de la película.
El problema de tanta introspección es que la interpretación de Fassbender queda encorsetada en una constante cara de póker que acaba siendo completamente anodina.
El Asesino, en su sencillez, resulta incluso más interesante que Mank, pero en cualquier caso queda lejos de lo que fueron sus grandes películas. Es una buena opción para ver en Netflix.
