Un Lugar Tranquilo (A Quiet Place) es un thriller de terror que viene precedido por muy buenas críticas y por la originalidad de su propuesta. Sin duda es una de las películas más interesantes en lo que va de 2018 y una seria candidata a los premios que están por llegar.
Innovar en el género del cine de miedo es francamente difícil. Está todo hecho y en la mayoría de los casos se tiende a ir a lo fácil: el susto a base de efectos de sonido. Pocas son las excepciones a esta regla, entre las que quizá se encuentran las de Expediente Warren y Déjame Salir.
En el caso de Un Lugar Tranquilo la novedad viene de la premisa, la cual consiste en un futuro postapocalíptico donde la raza humana ha sido casi exterminada por unos seres cuya principal particularidad es disponer de un agudísimo sentido del oído. Estos responden rápida y letalmente a los ruidos fuertes, por lo que los protagonistas tienen que estar siempre en silencio.
No sabemos de dónde han salido ni cuáles son sus motivaciones, pero eso no es lo importante. La película va al grano. Y en este caso menos es más. Es un acierto no haberse metido en dar explicaciones e ir directamente a la acción. En este sentido me recuerda en cierta manera al quinto capítulo de la cuarta temporada de Black Mirror, titulado Metalhead.
El hecho de contener muy pocos diálogos convierte a Un Lugar Tranquilo casi en una película minimalista de autor. Aquí pesan más los gestos y las interpretaciones contenidas que la verborrea. El sonido también adquiere un papel protagonista a la hora de narrar la historia. No me sorprendería que fuera una fuerte candidata a la categoría de mejor sonido de los próximos Oscars.
Lo de que Un Lugar Tranquilo es una película de autor no van tan desencaminado. John Krasinski ha coescrito el guion -partiendo de una historia previa de Bryan Woods y Scott Beck-, protagonizado la cinta en el papel del padre Lee Abbott y también la ha dirigido él mismo.
A Krasinski lo recodaréis por ser el entrañable Jim Halpert en The Office -la norteamericana- enamorado de Pam la secretaria. Para Un Lugar Tranquilo John Krasinski también se ha reservado un papel de buenazo-hasta-decir-basta que le pega mucho, aunque resulta un tanto empalagoso.
El resto de actores realizan un buen trabajo. Tanto Emily Blunt, que hace uno de los mejores papeles de su carrera -ya sé que no es decir mucho, pero es lo que hay-; como los niños, en especial la niña Millicent Simmonds.
El punto fuerte de Un Lugar Tranquilo es lo bien manejado que está el suspense en la película. De las mejores que he visto en este sentido en mucho tiempo. Mérito indiscutible de director que la hace muy recomendable tanto para amantes del género como para todo tipo de público que quiera ver algo un poco diferente.
El punto flojo es que el guion tiene más agujeros que un colador. Para ver Un Lugar Tranquilo hay que aceptar la propuesta desde el principio y dejarse llevar sin hacer preguntas. Yo lo hice y la disfruté bastante. Aunque lo cierto es que nada tiene sentido.
No desvelo nada, pero ¿de dónde sacan la energía eléctrica? ¿Por qué en un mundo donde todo tiene que estar en silencio viven en una casa llena de trastos por todas partes que pueden caerse fácilmente y hacer mucho ruido? ¿Por qué no se han hecho un refugio insonorizado y viven en él? ¿De dónde sale el clavo? ¿De la nada? ¿Desde cuándo está ahí y a quién se le ha ocurrido clavarlo así y no quitarlo? Y estas son solo las preguntas que se pueden plantear sin hacer spoilers.
Por desgracia estos detalles la convierten en una película menor. Sin embargo el enfoque es muy original y el suspense está muy conseguido. Un Lugar Tranquilo se ve con mucho interés y yo os la recomiendo ahora que todavía se puede ver en grandes salas.
- Lo original