Esos son otros López

Yo, Tonya: un biopic original y divertido

Yo, Tonya

Yo, Tonya

Una de la películas más esperadas de la temporada es Yo, Tonya. Aunque ha pasado sin pena ni gloria por las nominaciones a los Oscars a los principales premios. Eso sí, opta a los de mejor actriz (Margot Robbie), mejor actriz secundaria (Allison Janney) y mejor montaje.

Yo, Tonya se basa en hechos reales y nos cuenta la vida de la patinadora artística Tonya Harding. Tonya viene de una familia de clase baja y desestructurada, además su vida personal y su relación de pareja con su marido Jeff dista de ser la ideal -él la maltrata-. Vamos, lo contrario de la imagen que se espera de alguien metida en el entorno elitista del mundo del patinaje.

Sin embargo Tonya fue la primera mujer estadounidense en hacer un triple axel en la historia del patinaje artístico femenino. Sea lo que sea un triple axel parece muy difícil de realizar. Ese hecho la metió en los libros de historia de ese deporte. Pero sus problemas personales y cierto suceso, al que en la película llaman «el incidente», complicó mucho su carrera como patinadora.

En Yo, Tonya lo que tenemos es un biopic sobre la vida de Tonya Harding en el que se abarca desde las relaciones con su estricta madre y con su violento marido, hasta su dedicación profesional al patinaje.

Sin embargo no estamos ante un biopic al uso. Donde bien podría haber un drama convencional nos encontramos con una comedia fresca, original y divertida. Yo, Tonya tiene un guion perfectamente construido -a cargo de Steven Rogers-, con un enfoque con toques de falso documental muy acertado para alertar al espectador sobre la posibilidad de que algunos de los hechos que se relatan -dadas las contradicciones en las que incurren las fuentes-, puede que no sean del todo tal y como se ven en pantalla.

No entiendo muy bien por qué no está nominada al Oscar al mejor guion original, la verdad. En especial cuando hay otras películas nominadas en esa categoría mucho más normalitas y convencionales en cuanto a guion se refiere, como Déjame Salir o La Forma del Agua.

El director Craig Gillespie demuestra un estupendo pulso a la hora de narrar esta historia de forma tan original. El ritmo es muy bueno. Aunque quizá decaiga un poco en el último tercio de la película, no es nada significativo que pueda echar por tierra el resultado final.

Donde mejor se aprecia la calidad técnica del director es en las escenas de patinaje. La cámara se mueve con tremenda soltura por la pista, sigue y rodea a la patinadora acompañando su movimiento con una fluidez impresionante. Cámara y patinadora bailan en la pista de hielo con una coreografía perfecta. Es sin duda por estas escenas por las que Yo, Tonya se ha ganado la nominación al mejor montaje.

Margot Robbie aprendió a patinar para esta película, y la verdad es que lo hace muy bien. Obviamente hay trucos de cámara y efectos especiales para que parezca que tiene un nivel de patinaje que es imposible que tenga. Pero está tan bien hecho que nos convence y siempre nos resulta creíble.

La interpretación de Margot Robbie es excelente. Ya la habíamos visto en papeles secundarios muy diferentes a este, como por ejemplo el de la mujer de Leonardo DiCaprio en la estupenda El Lobo de Wall Street (Martin Scorsese, 2013), o muy caracterizada como Harley Quinn en la horrenda La Liga de la Justicia (2016).

En Yo, Tonya Robbie hace un papel de absoluta protagonista y la verdad es que está estupenda y demuestra algunos registros que no le habíamos visto hasta ahora. Más que merecida la nominación al Oscar a mejor actriz. Habrá que seguirle la pista de cerca.

El resto del plantel de actrices y actores también está muy bien. En especial Allison Janney como LaVona, la estricta madre de Tonya. Pero también Sebastian Stan como su marido Jeff -al que conocemos por ser el Soldado de Invierno en las películas de Marvel-, y que hace una buena interpretación lejos de los personajes planos de las películas de superhéroes. Otros secundarios, como Paul Walter Hauser en el papel del patético guardaespaldas Shawn, son también un acierto de casting.

Yo, Tonya consigue algo muy difícil: que una la historia de la vida de una patinadora y todo lo que le acontece nos resulte interesante. A pesar de que nos pille tan lejos y, en última instancia, el meollo del asunto no pase de ser una anécdota. Curiosa, disparatada, con personajes ridículos, pero una anécdota al fin y al cabo.

Todo eso es mérito de un buen guion y una estupenda dirección que han sabido dotar a Yo, Tonya del enfoque justo que necesita esta historia para ser contada. A lo que hay que sumarle el gran trabajo de Margot Robbie como Tonya Harding. No os la perdáis.

Yo, Tonya
7.5 Puntuación total
Pros
- Enfoque original
- Margot Robbie
- Escenas de patinaje
Contras
- Caída del ritmo hacia el final
Dirección
Guion
Arte
Actuaciones
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