La película Steve Jobs (2015) es completamente innecesaria. Sí, es cierto que Jobs fue un personaje del cual se puede contar una buena historia, tanto por su personalidad como por su vida privada y, por supuesto, por su carrera empresarial. Pero el caso es que ya se ha hecho varias veces de una u otra forma y nunca ha acabado de funcionar. ¿Qué le ha llevado a pensar a un directivo de Hollywood que esta vez sería distinto? Es un misterio.
La realidad es que Steve Jobs es un peñazo de mucho cuidado. No perdáis el tiempo en verla. Ni es un biopic sobre la vida del fundador de Apple, ni es una forma de profundizar en la persona que hay detrás del mito. Más bien se trata de pinceladas inconexas de unas cosas y otras a lo largo de los años. Las situaciones son tan irreales que no hace falta investigar para darse cuenta de que nunca ocurrieron así ni remotamente. No tiene ningún interés.
Pero claro, es que se trata de una película dirigida por Danny Boyle –Trainspotting (1996), Slumdog Millionaire (2008)-, y eso implica añadirle el sello de autor sí o sí. Lo que el director, o los productores de Hollywood, no parecen entender es que no se puede llamar a una película con el título de «Steve Jobs» y luego no contar prácticamente nada o, peor, hechos desvirtuados que nunca ocurrieron.
Steve Jobs está nominada tan solo a dos premios Oscars referentes al elenco de actores: Michael Fassbender al de Mejor Actor y Kate Winslet al de Mejor Actriz de Reparto.
Fassbender últimamente esta hasta en la sopa. Lo hemos podido ver haciendo doblete en la cartelera con esta película y con Macbeth (2015), además de hace poco con Slow West (2015). A mí me parece en Steve Jobs tan inexpresivo como en todas sus películas anteriores desde Shame (2011), y no entiendo en absoluto a cuento de qué viene su nominación, ya que aquí no hace un trabajo especialmente destacable.
Por no hablar de su falta de parecido con el personaje. Y es que por más que le vistan con el jersey de cuello vuelto y le pongan las gafas redondas Fassbender no se parece lo más mínimo a Steve Jobs. Mucho mejor lo hacía, de largo, Ashton Kutcher en jOBS (2013). Otra película fallida sobre Steve Jobs que más parecía un telefilm, pero eso sí: la caracterización era estupenda. Supongo que Boyle decidió que ya que no podía alcanzar un parecido como el conseguido por Kutcher lo mejor era distanciarse lo más posible. Si ese era el objetivo desde luego que lo consiguió.
Kate Winslet, una de las mejores actrices de Hollywood de las últimas décadas, por otro lado sí que defiende bastante bien su papel secundario de la asistente de Jobs. La caracterización es estupenda, tanto que al principio me costó reconocerla. Pero, ¿ese papel y esa actuación se merecen un Oscar? No creo que sea para tanto. Sin embargo sí que se llevó el Globo de Oro, luego habrá que tenerla en cuenta en las quinielas.
Si os interesa el tema de la vida de Steve Jobs, y de cómo él y algunos otros cambiaron el mundo de la informática, os recomiendo que os olvidéis de estas películas recientes y que veáis Piratas de Silicon Valley (1999). A pesar de las inexactitudes esta sí que cuenta una historia y, además, es muy entretenida y curiosa. Y eso que es una TV Movie. Pero es que a veces menos es más.