Mr. Robot es una serie de televisión norteamericana cuya premisa se basa en plagiar casi todo de una conocida película -que no voy a desvelar para no destriparle nada a nadie-. Y cuando digo «casi todo» quiero decir casi todo: la estética, la trama, los giros, la voz en off…
Este hecho, que se nota desde el principio -si la veis seguro que la caláis enseguida-, le quita gran parte del interés a lo que por otra parte es una serie bien realizada y bien interpretada. Pero es que claro, por poner un ejemplo, yo también podría hacer una serie sobre el espacio, con naves, robots graciosos, unos monjes con poderes y un malo que resulta ser el padre de unos de esos monjes. Y sería un pelotazo… si no fuera un plagio de Star Wars.
Pues eso es básicamente lo que han hecho en Mr. Robot. Y el detalle de que incluso en algún momento recurran a la banda sonora de la película en que se basa para decirnos a los espectadores: «oye, que no es un plagio, que se trata de un homenaje» no los salva en absoluto.
Una lástima porque el resto de la trama tiene mucho potencial y si los guionista hubieran sido menos pretenciosos y se hubiesen dejado de plagios para centarse en desarrollar la trama habría estado bastante bien.
Mr. Robot nos cuenta la historia de Elliot Anderson (Rami Malek) un ingeniero de sistemas que trabaja en una empresa de seguridad informática. Pero además, en su vida privada, es un obsesivo hacker antisistema, con un montón de problemas psicológicos, sociales y adicción a las drogas. (Sí, otra vez el mismo personaje de siempre basado en Sherlock Holmes y que hemos visto en series como House o The Knick: el genio inadaptado y drogadicto). Elliot se ve envuelto con un grupo de ciberterroristas llamados Fsociety en su lucha contra las grandes corporaciones de dominan el mundo.
La trama engancha desde el primer y estupendo capítulo piloto que, por desgracia, es la cumbre de la serie. La primera mitad de los diez capítulos que consta la primera temporada promete mucho más de lo que finalmente da. Aparte de alguna subtrama aparentemente sin fuste y de relleno -salvo que la desarrollen más adelante-, todo transcurre bastante bien hasta los tres últimos capítulos cuyo desenlace es confuso y muy decepcionante.
Parece que los guionistas lo apuestan todo al giro final. Pero como se trata de algo que es tan previsible desde el minuto uno, cuando llega, el espectador ya está esperando algo más. Y ese algo más nunca se produce. Una lástima, porque la serie se ha estado dirigiendo hacia algo que luego se dispersa, se diluye, pasa sin pena ni gloria. En general está todo muy mal resuelto. Las cosas como son.
En cuanto a los actores el nivel está bastante alto. Rami Malek hace un papelón interpretando a Elliot Anderson. Hay que reconocer el acierto de casting. Él es toda la serie, su personalidad se come la pantalla y refleja a la perfección todos los matices de la complejidad del personaje. Pero también Martin Wallström hace un gran trabajo desarrollando la extraña personalidad del villano Tyrell Wellick.
Mención aparte merece la aparición estelar de Christian Slater que, aunque no aporta mucho más que su rostro famoso, le da bien el contrapunto al protagonista. Así como el resto de secundarios, que están a la altura de unos personajes bastante bien construidos.
Técnicamente Mr. Robot está muy bien hecha. Una estética impecable a la altura de las mejores series contemporáneas. Además está muy cuidados los detalles, especialmente aquellos relacionados con la informática. De hecho quizá para un profano pueda llegar a saturar tanto término técnico, pero es lo que le da el punto friki. Además, trabajan con Linux y consolas SSH en vez de con ventanas que parpadéan llamativamente en varios colores. Y eso siempre es de agradecer.
Si a todo esto le sumas el potencial de la trama y las excelentes actuaciones solo te puede quedar la sensación de oportunidad perdida por cómo está de mal rematada. Mr. Robot ha renovado para una segunda temporada. Quizá sea la oportunidad de remontar aprovechando sus puntos fuertes, pasando de plagios y enmendando la dispersión final de la primera temporada.
ACTUALIZACIÓN de la segunda temporada:
Terminada de ver la segunda temporada de Mr. Robot se confirman los peores presagios. La serie no solo no remonta, sino que sigue siendo tramposa y dispersa. Y lo peor: tremendamente aburrida. La segunda temporada tiene todo lo malo de la primera multiplicado por mil sin ninguno de sus puntos positivos -si es que alguna vez los hubo-.
Mi recomendación: no la veáis. Ni lo intentéis. No perdáis un minuto de vuestras vidas por este desastre.