Llevo escuchando desde el vienes pasado compulsivamente el nuevo disco de Metallica «Hardwired… To Self-Destruct«. La verdad es que me está encantando, pero a la misma vez me produce sensaciones personales contrapuestas. Voy a explicarme.
Yo soy muy fan de Metallica, pero a la vez soy un fan bastante atípico con respecto a lo que podríamos denominar, con un poco de guasa, «el heavy metalero de toda la vida«. Me crié con los primeros de la banda allá por los años 80, aunque yo siempre fui más de los Maiden, me ganaron definitivamente con ese estupendo disco que es «…And Justice For All» -aunque tiene una producción y una mezcla horrorosas-.
Luego llegaron los años 90 y el «Black Album« -oficialmente titulado «Metallica«-, en el cual se notaba por primera vez una evolución en el sonido y con el que dieron el salto al gran público gracias a temas como «Enter The Sandman» y, sobre todo, «Nothing Else Matters«. Mención especial al que para mí es mi tema favorito de la banda: «Sad But True«.
Esta repentina popularidad debida a una mayor accesibilidad de sus temas hizo que muchos fans del metal más clásico vieran este disco como una traición. Estoy seguro que con el paso del tiempo, y la trayectoria posterior de Metallica, ya no piensan lo mismo.
Con el «Black Album» Metallica dio un paso fundamental hacia delante y eligieron la senda de reinventarse continuamente para no quedarse estancados. Y en general, con la perspectiva del tiempo, no cabe duda de que fue un acierto. Solo hay que ver cuántas bandas de heavy metal de los años 80 sobreviven en la actualidad y qué lugar sigue ocupando Metallica hoy día.
Para ello optaron por arriesgar a tope, a pesar de la presión ejercida sobre ellos por los fans más recalcitrantes y conservadores del metal. Algo que les honra y que yo admiro especialmente. Por desgracia los resultados fueron como mínimo decepcionantes, por no decir un completo desastre. Me refiero, cómo no, a los álbumes «Load» y «Reload«, que no hay por donde cogerlos.
Ya en el nuevo siglo XXI vuelven con «St. Anger«, un disco de metal contundente, cargado de energía y con un sonido renovado con un toque más metálico en la batería. Además el álbum no contiene ni un solo de guitarra. Toda una declaración de intenciones en su continua tendencia a renovarse y, en este caso, de alejarse del heavy metal clásico que se espera de ellos.
A mí «St. Anger» me parece una maravilla. ¿Entendéis ahora por qué digo que soy un fan atípico de Metallica? Los fans lo criticaron sin piedad, imagino porque un heavy no perdona que no haya solos de guitarra. Pero a mí me parece original, valiente, potente y lleno de temazos.
Por eso cuando lanzaron su siguiente álbum de estudio «Death Magnetic« se cambiaron las tornas. Metallica finalmente cedió a la presión de los fans y, en un giro de lo más conservador, lanzaron un disco con todos los elementos clásicos del metal que ellos mismos hacían en los años 80. Los fans aplaudían con las orejas, mientras que a mí me pareció un paso atrás lamentable y un disco, en general, bastante soso y aburrido.
Llegamos a la actualidad con el lanzamiento la semana pasada de «Hardwired… To Self-Destruct«, el cual sigue la estela de «Death Magnetic» de heavy metal clásico, para el que mis expectativas estaban por los suelos. Sin embargo para mi sorpresa me he encontrado un disco estupendo, lleno de energía y con una producción excelente. Sí, sigue siendo el metal de toda la vida, pero incuestionablemente bien hecho, y desde luego mejor que el anterior álbum.
«Hardwired… To Self-Destruct» tiene temas estupendos como «Hardwired«, «Atlas, Rise!«, «Moth Into Flame» o «Halo On Fire» -por nombrar solo algunos-. Y si escucháis además la versión de lujo del disco encontraréis una maravillosa versión de «Remember Tomorrow« de Iron Maiden.
Por último os voy a contar una pequeña anécdota. Estando escuchando el disco, a mitad de un tema, decidí volver atrás algunas canciones para volver a escuchar creo que era «Halo On Fire«. Hice doble click en esta para que se reprodujera, pero nada ocurrió, la música siguió sin alterarse. Me sorprendí un poco, ¿por qué no iba el reproductor? Pero mayor fue mi sorpresa cuando comprobé que el reproductor sí que iba y sí que había cambiado de canción. Solo que yo no había notado la diferencia.
Sí, todas las canciones suenan iguales. Es lo que tiene volver al heavy metal conservador de toda la vida. Aún así, si os gusta -y a mí me gusta mucho-, «Hardwired… To Self-Destruct» es un discazo de metal que va a hacer las delicias de los más fans.