Hoy, viernes 24 de marzo, se ha publicado Memento Mori, el nuevo disco de Depeche Mode que hace nada menos que el número 15 de su carrera. Tras el repentino fallecimiento de Andrew Flecher el año pasado, Martin Gore y Dave Gahan decidieron continuar con la producción del álbum. Según ellos porque lo mejor era centrarse en la música, que es lo que mejor saben hacer; pero también porque un disco de Depeche Mode es algo muy grande, implica a mucha gente y muchos puestos de trabajo y el calendario ya estaba en marcha.
Siendo realistas, en el plano estrictamente musical no se echa en falta la presencia de Andy, el cual no solía aportar mucho al trabajo de la banda y, de hecho, en esta ocasión todavía no había llegado a participar en el proceso ni siquiera escuchado las demos que ya llevaban un tiempo trabajando Martin y Dave.
El disco ha sido producido por James Ford, que repite con Depeche Mode tras Spirit (2017), su anterior trabajo. Esto sin duda es una mala noticia, vistos los resultados de aquel álbum, uno de los más flojos de su carrera, si no el que más. En esta ocasión se le da también bastante relevancia a la participación de Marta Salogni, la ingeniera de sonido que ha participado en la producción y la mezcla del disco.
My Cosmos is Mine
Memento Mori comienza con un tema lento y oscuro, con toques industriales, que pretende marcar la tónica del álbum, aunque luego no sea tan así, como veremos. La canción está basada en un único acorde y un riff de bajo que sostiene la lánguida voz de Dave a lo largo de todo el tema. Salvo en el puente, un alegato contra la guerra que es el único momento donde encontramos una progresión armónica que rompe con la monotonía del conjunto.
My Cosmos is Mine es sin duda de los temas más interesantes del disco. Esos contrastes extraños, sin concesiones comerciales, a los temas más pop son fundamentales para que los álbumes de Depeche Mode tenga ese algo que los diferencia de cualquier otro grupo. Sin embargo, creo que la coda del tema se alarga demasiado para ser la primera pista del disco. Le sobran fácilmente treinta segundos para ser más concreta y dar paso en seguida a la siguiente.
Wagging Tongue
Este es sin duda uno de los mejores temas de Memento Mori. Algo curioso, porque es una de las pocas colaboraciones entre Martin y Dave que han llegado a estar en un disco.
Una melodía pop, sencilla pero resultona, que recuerda a mucha música ochentera. A lo que quizá ayuden los arreglos con un arpegio de teclado simple y machacón que funciona muy bien. Wagging Tongue bien podría haber sido un hit si le hubieran impuesto un tempo más rápido.
A mí se me queda a medio camino: una excelente base a la que no se le ha sabido sacar todo su potencial. Una muestra más de las carencias de James Ford como productor. Aún así, la melodía de este tema es capaz de metérsete en la cabeza y no parar de tararearla en todo el día. Para hacer este tipo de temas pop también hay que valer.
Ghosts Again
El tercer corte de Memento Mori es el conocido primer single escrito en Martin Gore y Richard Butler. Se trata de la primera colaboración, de las varias que hay en el disco, con el cantante de The Psychedelic Furs. Una unión que, vistos los resultados, ha traído un nuevo aire fresco a Depeche Mode.
Ghosts Again es el hit pop que tanto necesitaban los anteriores álbumes de la banda. Desde Precious que pertenecía a Playing the Angel (2005) no teníamos un sencillo de esta calidad que te enganche desde el primer momento. De eso hace casi veinte años, que se dice pronto. Por ejemplo, Delta Machine (2013), que es el mejor álbum de DM en este siglo, hubiera sido redondo si hubiese contando con un hit como este.
Musicalmente Ghosts Again es un círculo de cuatro acordes que se repiten invariablemente a lo largo de toda la canción -algo similar a temas como Behind the Wheel-. Pero la evolución de la melodía de la voz Dave entre las estrofas y el estribillo, así como la alternancia entre el riff de Martin a la guitarra y los teclados en las partes instrumentales, consiguen que, a pesar de tu base monótona, no se te haga pesado en absoluto.
Don’t Say You Love Me
Otra colaboración entre Gore y Butler que comienza con el típico rasgueo de guitarra de Martin que nos recuerda a canciones como Breathe del Exciter (2001) . Un tema lento con una melodía evocadora que se puede encontrar también entre lo mejor del álbum. La introducción de arreglos de cuerda le da un aspecto más cercano a la música ligera de los años 70.
My Favourite Stranger
Aquí se eleva algo el tempo de Memento Mori, pero no mucho. A estas alturas es evidente que el enfoque de todo el álbum es el medio tiempo, no quieren salirse de los márgenes en ningún momento y desbarrar. Lo que es una pena, porque temas como este piden un poco más de caña.
My Favourite Stranger es un ejemplo perfecto de la perezosa producción de la que adolece todo el álbum. Una base rítmica básica con cajas de ritmo de los 80 al estilo de la Roland TR-808, una sencilla línea de bajo en obstinato, un pad para rellenar y una guitarra aquí o allá. Ese bien podría ser el resumen del concepto base del noventa porciento de los temas de Memento Mori.
Soul With Me
A mitad del álbum llega «el tema de Martin», el único que canta él en esta ocasión. Una balada muy de su estilo, con una progresión armónica y melódica mucho más elaborada y menos simplona de todo lo escuchado hasta ahora. El resultado es correcto, pero otra vez nos recuerda a la música ligera de otras décadas.
Algo por otra parte normal, cuando una armonía tan kitsch va acompañada de una producción tan simplona y convencional no se puede esperar otro resultado. Si se hubieran trabajado más los arreglos de este tema con un toque más electrónico, que es al fin y al cabo lo que esperamos de Depeche Mode, habría sido mucho más interesante. Pero al final se queda como «el tema de Martin» y ya. Un trago por el que hay que pasar.
Caroline’s Monkey
Otro tema destacado de Memento Mori y la cuarta y última colaboración con Richard Butler. Caroline’s Monkey demuestra la cantidad de buena materia prima con la que contaba Depeche Mode en esta ocasión. Una canción con potencial de single, con un estribillo inesperado que cambia el tono de forma muy llamativa.
El problema es otra vez la producción a medio gas. Arreglos simples para un tema que pedía un tempo más elevado para ser un hit. Una oportunidad perdida que, por otra parte, encaja muy bien en el tono general del álbum. Salirse de los raíles no se salen en ningún momento.
Before We Drown
Por fin llega el primer tema escrito por Dave Gahan en colaboración, como es habitual, con Peter Gordeno y Christian Eigner. Se trata de un medio tiempo, con base electrónica sencilla, en la línea de todo el disco, pero que es de agradecer a estas alturas. En cierta manera recuerda al Trent Reznor de los últimos discos de Nine Inch Nails o de sus bandas sonoras, o a algo que bien podría hacer Gary Numan.
Aunque parezca sorprendente, en los últimos años Dave ha aportado a la banda algunos de los temas más solventes -como la estupenda Should Be Higher de Delta Machine-. Esta no es la excepción y Before We Drown contribuye a dar solidez a Memento Mori.
People Are Good
Volvemos a elevar un poco el ritmo de disco, aunque no mucho, no vaya a ser que alguien se asuste. People Are Good es el tema irónico de Memento Mori, con su ritmo machacón y simplón y su estribillo «Keep fooling yourself/People Are Good«.
Es el tipo de cosas que le hacen gracia a Martin, pero que a estas alturas resultan para los demás demasiado naif y sin fuste. Si al menos fuese acompañado de una producción musical excelente podría justificarse, pero tal y como ha enfocado Ford el álbum este tema resulta del todo prescindible,
Always You
Always You es la balada romántica del álbum. Por la cadencia es el típico tema de Martin que normalmente acabaría cantando por él mismo. Sin embargo, en este caso la voz principal la lleva Dave -con Martin a los coros, por supuesto-. Y es sin duda un acierto. Un buen tema que interpretado por Martin podría haber quedado demasiado cargante.
La producción sigue siendo sencilla hasta decir basta: caja de ritmos, bajo electrónico en obstinato y pads para rellenar. Aún así, puede que este sea el tema de todo el disco donde esta simplicidad encaja mejor. Un tema tecno muy digno.
Never Let Me Go
Otra canción que entra dentro del grupo de las marchosillas de Memento Mori, lo que ya sabemos que no es decir mucho. Extremadamente simple, lo que más destaca de ella es la guitarra distorsionada que suena a la versión pop de un tema de Nine Inch Nails. Otro tema que pide a gritos una producción más cañera y un tempo más elevado y que, cómo no, se queda a medio camino. Una canción que, en otro tiempo, habría ido directa a las caras B o los extras del disco.
Speak to Me
La última aportación de Dave Gahan a Memento Mori con la que se cierra el álbum. Una canción lenta y lánguida en la línea de lo que sabemos que le gusta hacer a Dave, a tenor de sus discos en solitario.
Los arreglos omiten por primera vez en todo el álbum la caja de ritmos y el bajo sintetizado machacón, lo que se agradece muchísimo. Ahora nos damos cuenta de lo cansados que hemos llegado al final de Memento Mori con una producción tan monótona y uniforme de las canciones. Speak to Me, con su orquestación ambiental es un alivio y un cierre más que correcto, necesario, para este quinceavo álbum de Depeche Mode.
Conclusiones
Memento Mori es de lo mejor que ha hecho Depeche Mode en este siglo. No llega ni de lejos a alcanzar la calidad de Delta Machine, pero el contar con un primer hit potente y pegadizo como Ghosts Again, y un puñado de temas más con potencialidad de ser singles, lo sitúan entre lo mejor de los últimos tiempos. Desde luego es muy superior a Spirit.
Por desgracia, la flojísima producción de James Ford ha desperdiciado todo el potencial de algunos buenos temas que podrían haber llegado mucho más lejos. Los miembros de Depeche Mode están mayores, pero no nos engañemos, no es ese el problema. El hecho es que siempre han sido perezosos. El único que trabajaba en el estudio de Alan Wilder y, sin él en la banda, todo depende de que quien los produzca sepa imponerse, motivarles y sacar lo mejor de ellos.
No es el caso de Ford, que no solo no es capaz de eso, sino que parece que incluso fomenta la pereza natural de Martin a la hora de trabajar. Andy Flecher comentaba al respecto de la grabación de Spirit que con Ford era la primera vez que no solo habían cumplido el calendario, sino que habían terminado el disco antes de lo previsto. Ahí está el resultado.
En el lado positivo hay que decir que, en su simpleza, Memento Mori tiene una solidez y mantiene una coherencia interna a la altura en ese sentido de álbumes como Violator (1990) o Ultra (1997). Aunque yo habría sacrificado todo eso por más riesgo, más ritmo y mayor densidad en los temas.
Memento Mori es un buen disco que seguramente vaya creciendo y arraigándose con el tiempo, como ocurre con la mayoría de álbumes de Depeche Mode, que son de difícil entrada, pero también de difícil salida.
Lo que me frustra es que le veo la potencialidad a unos temas que son de lo más inspirado que han hecho en mucho tiempo, y que están desperdiciados por una producción muy perezosa.