Joy: solo para fans de Jennifer Lawrence
Joy es un cuento de hadas moderno. Una historia de perseverancia y superación contra la adversidad de la anodina vida cotidiana. Basada en hechos reales cuenta, una vez más, la realización del sueño americano. Y sí, es la típica película de Navidad para todos los públicos, porque además está rodada en ese tono.
El director David O. Russell persevera en consolidar su estilo personal de hacer películas para el gran público. Y aunque eso en Hollywood es ya todo un logro -tener, y mantener, un estilo propio-, la verdad es que su trayectoria es irregular y su cine en general bastante flojo. Me gustó mucho La Gran Estafa Americana (2013), lo reconozco; El Lado Bueno de las Cosas (2012) y The Fighter (2010) se dejan ver y poco más -a pesar de las nominaciones de esta última-; y en cuanto a Extrañas Coincidencias (2004) solo puedo decir que era una basura, y eso que contaba con un elenco espectacular. Tanto es así que tardó seis años en volver a hacer otra película.
Vi Joy con muy pocas expectativas, y la verdad es que el resultado final encajó bastante en lo que esperaba ver. Con ese punto de cuento de hadas un poco extravagante Russell nos relata la historia de Joy (Jennifer Lawrence) por realizar su sueño de ser inventora. La verdad es que al principio la película es un tanto confusa y tarda de dejar claro hacia dónde va, pero una vez llegados hasta este punto el relato incluso tiene algún interés. Eso sí, en mi opinión las escenas finales no vienen a cuento.
Otra marca de la casa de Russell parece ser últimamente la de poner en todas sus películas de una forma u otra a la pareja Jennifer Lawrence/Bradley Cooper, como sea, aunque no tenga sentido. Por supuesto son actos de cara a la taquilla.
Lawrence, protagonista absoluta en este caso, hace un buen trabajo. De hecho se llevó el Globo de Oro y está nominada a los Oscars como mejor actriz. ¿Se llevará el premio? Espero que no por Joy. Creo que es una buena actriz a la que le falta un gran papel dramático que la consolide como una de las grandes. Capacidad tiene para ello, pero desde luego no lo va a conseguir con Los Juegos del Hambre, X-Men o los films descafeinados de Russell.
En cuanto a Bradley Cooper, que aquí hace de secundario -prácticamente un cameo- porque, como ya he dicho, hay que encajar a «la parejita» como sea para hacer taquilla; decir que me parece tan soso como siempre. No sé qué le han visto a este actor, la verdad.
El reparto de Joy también cuenta con grandes actores en papeles ridículos. Como es el caso de Robert De Niro haciendo el papel del padre -qué pena de hombre, para lo que se ha quedado el que un día fue un grande-; o Isabella Rosellini. Poner estrellas venidas a menos en papeles secundarios para adornar me parece más triste que glamuroso, y creo que más que beneficiar perjudica en general a la película.
Joy es una película irregular pero que se deja ver, sobre todo si es Navidad. Si te gustan las anteriores películas de David O. Russell esta también te gustará. Aunque se trata de una obra menor comparada con las anteriores. Que ya es decir.
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