La segunda temporada del American Crime Story se titula El Asesinato de Gianni Versace y, como su propio nombre indica, se centra en el crimen que acabó con la vida del famoso diseñador. O, mejor dicho, más bien trata sobre la vida de Andrew Cunanan, el asesino.
Antes de empezar a hablar sobre esta segunda temporada hay que señalar que American Crime Story venía con el listón muy alto de la primera. Y es que esta serie tiene como seña de identidad que cada temporada trata un crimen distinto.
Por si alguien se lo pregunta, aclaro que ser un tipo de serie de temporadas independientes y su título general es lo único que tiene que ver con la horrenda -de mala, no de terrorífica- American Horror Story.
En aquella primera temporada de American Crime Story se trataba el juicio a O. J. Simpson tras haber asesinado a su mujer. La calidad era excelente, el ritmo estupendo, las actuaciones de mucha calidad y la trama era absorbente. Muy recomendable.
¿Está esta segunda temporada a la altura? Bueno, en principio parece que la materia prima es más pobre. El asesinato de Gianni Versace da menos de sí, y el argumento acaba centrándose más en la vida de su asesino Andrew Cunanan.
Para hacerlo más interesante los guionistas optan por desfragmentar la historia y contarla del final al principio con continuos flashback como si de la película Memento (Christopher Nolan, 2000) se tratase. Da la sensación de que no es más que un recurso forzado para generar interés en algo que no lo tiene tanto.
Además parece que lo hacen por mantener «la calidad» de la serie. Como he dicho el precedente de la primera temporada dejaba el listón muy alto y algo había que inventarse para dejarle claro a la audiencia que esta segunda también sería algo especial.
Por desgracia no lo consiguen. El principal defecto de American Crime Story: El Asesinato de Gianni Versace es que cae en el error de estirar de más la trama para encajar en el canon actual de series de diez capítulos de una hora. Mientras que en el caso de El Pueblo vs. O. J. Simpson todo fluía y la temporada se hacía corta, la segunda temporada adolece de un ritmo irregular y una trama a veces repetitiva y carente de interés en algunos momentos.
Y es una pena, porque la miniserie comienza de forma inmejorable. El primer capítulo es una gozada y demuestra que hay recursos y calidad en la producción. La fotografía, la escenografía que nos enseña el recargado y excesivo mundo en el que vivía Versace, la música… Todo ello hace de este primer capítulo lo mejor de la serie.
Por desgracia a partir de ahí la trama se centra en contarnos la vida y peripecias del asesino Andrew Cunanan. Queda claro que la parte central de la serie está alargada de más para rellenar los nueve capítulos que la forman -ni siquiera diez-. La verdad es que no me interesa para nada la vida de esos asesinos que no son nadie, que no han hecho nada más que matar a alguien famoso, como el asesino de John Lennon y similares. No deberíamos dedicarles un minuto a este tipo de personajes.
American Crime Story: El Asesinato de Gianni Versace remonta al final en su último capítulo, pero eso no la salva. La cuestión es que se nos relatan dos mundos paralelos. Por un lado el de Gianni Versace, su hermana y su pareja. Por el otro el del asesino. Y la verdad es que no hay punto de comparación. Nos fascina el mundo Versace, pero no el del mindundi transtornado que es Cunanan.
Es cuando la serie vuelve a Versace cuando nos engancha. En especial por los personajes tanto de Gianni -encarnado por Edgar Ramírez-, como de su hermana Donatella Versace interpretada por una más que correcta Penélope Cruz, de la que no tengo nada malo que decir aquí de su actuación. Aunque la sorpresa la da Ricky Martin en el papel de Antonio D’Amico. Una auténtica revelación.
Darren Criss interpreta a Andrew Cunanan y la verdad es que hace un gran papel ya que casi sostiene él solo el peso de toda la trama. Quizá está un tanto estereotipado y sobre actuado en algunos momentos. Pero sea como sea su actuación es digna de mención.
Si algo aporta American Crime Story: El Asesinato de Gianni Versace, más allá de la propia trama criminal, es el retrato que hace del mundo gay en la década de los 90. Por un lado puede que fiestas y drogas -en especial en la alta sociedad-; pero también SIDA, muerte, marginación y desprecio por la sociedad y las autoridades. En ese contexto no es lo mismo un crimen cometido contra un heterosexual que contra un gay. Este último seguro que «se lo habría buscado» y la policía no ponía tanto empeño en resolverlo.
En definitiva American Crime Story: El Asesinato de Gianni Versace es una miniserie que no alcanza las cotas de su primera temporada, pero que sí mantiene cierta calidad técnica y narrativa, aunque con altibajos. Es una saga que merece la pena seguir, y esta segunda temporada la recomiendo, pero con reservas.