El Reino, un thriller de ficción muy real
El español Rodrigo Sorogoyen vuelve a los cines con El Reino, un thriller político sobre la corrupción. Sorogoyen dio el salto a la primera línea con Que Dios Nos Perdone (2016), otro thriller -en este caso policiaco- que tuvo bastante éxito de crítica y público. Como ya comenté en mi crítica, se trataba de una buena película, rodada con buen pulso, aunque le faltaba profundidad y originalidad. Mucho mejor fue Stockholm (2013), una película que si no la habéis visto os la recomiendo desde ya.
En El Reino nos encontramos con una película con un trasfondo mucho mayor que en las anteriores. En ella se retrata el panorama siempre actual de la corrupción política y empresarial en España. Y lo hace desde dentro, siguiendo las peripecias de Manuel (Antonio de la Torre), un alto cargo de un partido caído en desgracia.
Nunca se dice de qué partido se trata ni de qué comunidad autónoma, pero en el relato que nos hacen Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen -que vuelven a firmar juntos el guion como es habitual- podemos identificar muchos de los elementos que forman parte de nuestra actualidad. El partido político podría ser perfectamente el PP o el PSOE, nos encontramos con la corrupción urbanística del pelotazo donde están implicados todos los niveles del partido -algo muy realista-, tenemos su propia versión de los papeles de Bárcenas y el tratamiento de los medios de comunicación -con alusiones nada veladas a La Sexta y a Ana Pastor-.
Y ojo al título de la película. Que nadie lo pase por alto. «El Reino» se puede interpretar como una metáfora del reino de la corrupción que se van pasando unos a otros y alternándose el bipartidismo del PP y el PSOE en el poder, como se puede deducir del subtítulo «los reyes caen, los reinos continúan«. Los individuos vienen y van, pero el sistema corrupto está hecho para perpetuarse.
Ahora bien, también puede interpretarse literalmente. El reino es el Reino de España. Todo el país, cuyo sistema podrido viene de la Transición. Un proceso fallido donde las élites franquistas continuaron ostentando el poder y España pasó de ser una dictadura a ser una monarquía parlamentaria. Es decir: un reino con un rey puesto a dedo por el dictador. Cada vez sabemos más de los negocios sucios de Juan Carlos I, así que si el Rey lo hace, ¿por qué no lo van a hacer igual todos los demás? Creo que Sorogoyen ha sido muy valiente en muchas de las cosas que plantea en esta película.
Lo que más me ha gustado de El Reino es lo verosímil que es. El retrato del funcionamiento interno de los partidos del régimen y su corrupción es muy fiel a como puede ser en la realidad. Esa prepotencia de los que se creen que están por encima de todo, la complicidad de todo el partido aunque de cara a la galería condenen la corrupción, las amenazas e incluso la violencia y los asesinatos -recordemos cuántas personas del entorno del PP han fallecido en circunstancias dudosas desde que empezaron a saltar los escándalos de sus tramas de corrupción-.
Desde un punto de vista más cinematográfico El Reino está muy bien resuelta en todos los aspectos. El guion es muy solvente y avanza con buen ritmo. La tensión crece, en especial hacia el final, y el director consigue crear escenas de tensión excelentes y muy bien resueltas.
La única pega que le encuentro es a los discursos explícitos para darle al público algunas conclusiones masticadas. Pero esto más es una cosa mía, algo que no me gusta en general -habrá a quien sí-. Sin embargo el contenido del discurso final del protagonista es demoledor -y quizá sorprendente para la gente más despistada en cuestiones de política y comunicación-, con un ataque directo no contra los medios en general, sino contra La Sexta y el papel que juega este medio. Tremendo. Me faltó ponerme en pie en el cine y aplaudir.
Gran trabajo de los actores y actrices. En especial el de Antonio de la Torre -que repite con Sorogoyen después de Que Dios Nos Perdone-. De la Torre es el protagonista absoluto que carga sobre sus hombros el peso de toda la película -si no está presente en todos los planos, desde luego sí en todas las escenas-. He de destacar el trabajo de Luis Zahera como Cabrera, con algún momento digno de mención.
El Reino es un thriller político solvente y bien rodado que no solo se ve con atención, sino que desvela de forma muy verosímil que el interno de los partidos del régimen de este país, además de ser corrupto, puede superar la ficción. Y con esta película Rodrigo Sorogoyen se consolida como uno de los mejores directores actuales de este país.
- Algunas escenas de tensión