La semana pasada terminó en HBO la miniserie de ocho capítulos DEVS. Se trata de la tercera obra de Alex Garland, quien tuvo un potente debut con la película Ex Machina (2015) que lanzó a la fama a Alicia Vikander; seguido de una película para Netflix titulada Aniquilación (2018) con Natalie Portman. Lo cierto es que ambas películas prometen más de lo que finalmente acaban dando. La cuestión es si esta nueva propuesta está a la mediocre altura de las anteriores, o si por el contrario las supera.
DEVS es puro Alex Garland. Aunque cuenta con una trayectoria corta su estilo es inconfundible, y esa personalidad estética en un director es muy de valorar. La serie es, cómo no, ciencia ficción. La empresa Amaya trabaja en un proyecto ultrasecreto que es mucho más de lo que parece, pero que también tiene un lado oscuro. Lily (Sonoya Mizuno), una ingeniera informática, se ve envuelta en la misteriosa desaparición de su novio.
El paso a las series de televisión le da a Garland la oportunidad de tomarse el desarrollo de la trama con más calma, si cabe. Un ritmo lento, planos largos y una fotografía excelente hacen del visionado de DEVS una experiencia estupenda muy al estilo del director. Los ocho capítulos de los que consta la serie seguramente podrían haberse resumido quizá en solo seis. Pero en esta ocasión habría perdido la esencia de las cosas que se cocinan a fuego lento.
DEVS es ciencia ficción de la buena. No estamos hablando aquí de grandes explosiones, fuegos de artificio y efectos especiales, sino de esa ci-fi clásica que usa los recursos tecnológicos fantásticos para hablar de cosas muy humanas. En esta ocasión se abordan temas filosóficos como el determinismo y el libre albedrío para finalmente hablar del sentimiento de culpa y los remordimientos.
Una trama con personajes en general tan fríos no da para que los actores y actrices destaquen en especial. La protagonista Sonoya Mizuno hace un buen trabajo, así como Nick Offerman como Forest y Alison Pill como Katie. Pero si hay que destacar algún papel hay que mencionar el de la actriz Cailee Spaeny interpretando el rol masculino del joven ingeniero informático Lyndon.
Todo funciona bien en DEVS, no solo porque es un producto de excelente calidad, sino también porque es justo la obra que necesitaba Alex Garland para consolidarse como una de las figuras más importantes de la ciencia ficción actual. Además, se nota que ha madurado y que esta última producción es mucho más sólida que las anteriores. No os la perdáis.
- Excelente fotografía y ritmo