Una de la apuestas más interesantes de Netflix en las últimas semanas ha sido Creedme (Unbelievable). Se trata de una miniserie de ocho capítulos que está basada en el artículo de prensa «An Unbelievable Story of Rape» ganador del premio Pulitzer. Este a su vez se basa en hechos reales, lo que convierte a la serie casi en un docudrama.
Creedme es casi dos series en una. Por un lado tenemos la historia de la joven Marie Adler (Kaitlyn Dever), que ha sufrido una violación pero a quien nadie cree. Por el otro tenemos la típica trama detectivesca donde Karen (Merritt Wever) y Grace (Toni Collette), dos investigadoras que se toman en serio su trabajo -ellas sí, no como otros (topicazo)-, persiguen al violador en serie en cuestión.
Las dos historias están bastante bien equilibradas, puesto que a la misma vez que se nos relata el drama adolescente, este se entremezcla con los avances en la investigación del thriller policiaco. Una nos da la miga más interesante pero más angustiosa de la miniserie, la otra el alivio de ver que se está haciendo algo al respecto en una trama detectivesca mil veces vista, pero que nos encanta.
Lo que pone los pelos de punta en Creedme es que, en esta ocasión, son hechos reales. Hechos que transcurrieron en Estados Unidos hace como una década, pero que seguimos viendo tan actuales como si pasaran ahora mismo, cuando todavía hay que hacer campañas del tipo #YoSíTeCreo para apoyar a mujeres que denuncian haber sufrido abusos.
La historia de Marie funciona y cala porque está muy bien narrada, pero sobre todo por la interpretación de Kaitlyn Dever -a la que pudimos ver recientemente en la divertida Súper empollonas (Booksmart, 2019)-. Kaitlyn dota al personaje de una fuerza excepcional, aunque contenida. Se trata de una actriz muy joven a la que le auguro un futuro prometedor.
La otra historia, la de caza al violador, es mucho más convencional, como he apuntado antes. Sin embargo también funciona gracias al estupendo guion y el buen ritmo con el que está narrada. Y porque nos da algo que, no por manido, deja de gustarnos: una buena trama detectivesca.
La estrella de la serie es Toni Collette como la detective Grace Rasmussen. La conocemos de su famosos papeles en El Sexto Sentido (1999) o en Pequeña Miss Sunshine, y más recientemente en la floja Hereditary (2918) o la esperada Puñales por la Espalada (Knives Out, 2019). Lo cierto es que hace una buena interpretación, pero a mí me ha gustado mucho más Merritt Wever como su compañera la detective Karen Duvall. A Wever la vimos en la estupenda serie Godless -que vuelvo a recomendar- en el papel de Mary Agnes. En esta ocasión dota a su personaje Karen de una personalidad compleja pero sutil. Dura y profesional en su trabajo, pero muy naturalmente humana en sus relaciones personales.
Ignoro hasta qué punto de fidelidad la serie relata los hechos reales. Pero no es casualidad que las tres principales protagonistas sean mujeres fuertes. Creedme no va solo de una investigación criminal, sino sobre las relaciones de poder que se dan en el patriarcado: hombres que se creen en el derecho de abusar de mujeres, y unas instituciones mayoritariamente masculinas que no prestan la debida atención a problemas que, en el fondo, los hombres ven como ajenos. Así que si no son las propias mujeres quienes se lo toman en serio, ¿quién va a hacerlo?
Creedme funciona muy bien como drama y como thriller, pero el mensaje que nos manda es demoledor: sí, todavía ocurren estas cosas a diario. No os la perdáis.
- El guion
- El ritmo