Estoy Pensando en Dejarlo es la mejor película de Charlie Kaufman como director
Estoy Pensando en Dejarlo (I’m Thinking of Ending Things) es la última película escrita y dirigida por Charlie Kaufman, en esta ocasión para Netflix. Kaufman es responsable de alguno de los mejores guiones de la historia del cine, como el de ¡Olvídate de Mí! (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, 2004), El Ladrón de Orquídeas (Adaptation, 2002) o Cómo Ser John Malkovich (Being John Malkovich, 1999).
Se gradece que en momentos tan difíciles para el cine en general, y para el cine independiente en concreto, Netflix dé cabida a propuestas tan arriesgadas como a las que nos tiene acostumbrados Kaufman.
Como director esta es su tercera película. Su debut fue la irregular y excesivamente enrevesada Synecdoche, New York (2008) a la que siguió la estupenda película de animación por stop motion Anomalisa (2015). Podéis leer la crítica de esta última aquí.
La sinopsis, o el punto de partida de Estoy Pensando en Dejarlo es muy sencillo. Una pareja de novios se dirige a casa de los padres de él para que ella los conozca por primera vez. Irónicamente, ella está pensado en dejarlo, en cortar la relación cuanto antes.
Por supuesto, nada es lo que parece, y pronto la película empieza a tomar derroteros surrealistas que nos llevan por una viaje cada vez más extraño y abstracto. En este sentido Kaufman se mete de lleno en el territorio de David Lynch, y debo decir que lo hace con éxito. Esta película podría haberla filmado perfectamente el maestro Lynch. A parte del tono general, en concreto la escena de la cena con los padres tiene muchos paralelismos con la escena de la cena familiar al principio de Eraserhead (1977), o por lo menos a mí así me lo pareció.
La diferencia entre David Lynch y el Charlie Kaufman de Estoy Pensando en Dejarlo, es que este último es mucho más cerebral. Mientras que Lynch se centra más en la emoción que transmiten las imágenes -sin dejar de tenerlo todo muy pensado, claro-; Kaufman pone el foco en el discurso, en la literalidad del texto. Cómo se nota que es guionista antes que director.
Todas esas reflexiones que nos traslada Kaufman necesitan de mucho diálogo y de mucha voz en off. Este último, un recurso omnipresente en los guiones de sus películas y que, como he comentado en otras ocasiones, es más literario que cinematográfico -no lo habréis visto en ninguna película de Lynch, por ejemplo-. Sin embargo, en el caso de Kaufman, sus guiones son tan redondos y están tan bien medidos, que la voz en off no solo no estorba, sino que no se podría entender la película sin ella.
Hablando de entender, es posible que el público en general no entienda casi nada de Estoy Pensando en Dejarlo tras un primer visionado. Quizá eso sea lo de menos. Cuando nos enfrentamos a películas de corte surrealista es más importante la experiencia en sí de sumergirse en ella, que el hecho de resolver o no el puzle.
Pero la realidad es que la película no es tan complicada, por lo menos no tanto como algunas de David Lynch. Es solo que Kaufman no da apenas pistas de lo que está pasando hasta bien llegado el final. Es con la película ya terminada cuando podemos dedicarnos a juntar las piezas para entender de qué iba la cosa realmente.
Y aún así seguirá siendo lo de menos. Lo importante en Estoy Pensando en Dejarlo son la retahíla de reflexiones sobre la vida, la familia, el amor, la soledad y la necesidad de reconocimiento que nos trasmite el director. El resto, el trasfondo de lo que realmente está pasando, no es más que un Macguffin, pero al revés. Un Macguffin que no se muestra al principio para que la historia avance, sino que las pistas están al final, cuando la curiosidad sobre lo que está ocurriendo ya te ha llevado hasta ahí.
Por supuesto el mensaje que nos lanza Charlie Kaufman no puede ser más patético, triste y deprimente. Muy en la línea de su anterior película Anomalisa, aunque suele ser la tónica general de sus guiones, otras veces de forma mucho más sutil, como en el final de ¡Olvídate de Mí!.
Lo que está claro es que Kaufman ha mejorado mucho como director desde Synecdoche, New York. Aunque Anomalisa es maravillosa, el estar hecha con stop motion hace más difícil apreciar su pericia como director. Pero ahora podemos decir que, como realizador, Estoy Pensando en Dejarlo es sin duda su mejor película. Le ha costado despegar como director, pero ahora tenemos una combinación perfecta de guionista y director en la misma persona.
El reparto hace un buen trabajo. A Jessie Buckley la vimos en la serie Chernobyl (2018) y pronto la veremos en la nueva temporada de Fargo. Jesse Plemons, quien se hizo famoso por su participación en Breaking Bad hace una interpretación que quizá, de haber estado vivo, debería haber realizado Philip Seymour Hoffman. Aunque en cuanto a interpretaciones se refiere, lo mejor de Estoy Pensando en Dejarlo son sin duda Toni Collette y David Thewlis como los padres de él.
La película cuenta con una buena producción y una estupenda fotografía -en un formato 4:3 que quizá tenga sentido, o quizá no-, lo que sumado al buen hacer de Kaufman en esta ocasión la convierte en una rara joya en el catálogo de Netflix tan abarrotado por lo general de mediocridades.
Estoy Pensando en Dejarlo es una película para ver más de una vez y disfrutar doblemente de su extraña propuesta. Además, nos deja el buen sabor de boca de que tenemos Charlie Kaufman para rato.
- Un guion que podría haber filmado David Lynch
- Quizá con otros actores protagonistas habría lucido más